CASTELLÓ. Yo soy de donde hay un río, de la punta de una loma, de familia con aroma a tierra, tabaco y frío… El río Ariguanabo es muy antiguo, nació de un desgarramiento telúrico y una falla geológica, serpentea por un cauce interior y es el símbolo y corazón fluvial de San Antonio de los Baños, municipio donde nació Silvio Rodríguez Domínguez. Ser de donde hay un río marca carácter e identidad. Y todo fluye. Para el trovador el Ariguabano es el curso de la vida propia, el paso del tiempo y hoy es una emergencia medioambiental ya que está contaminado y amenazado.
Silvio Rodríguez pasó hace unas semanas por Valencia, en el marco de la gira española de la Orquesta Sinfónica Nacional de Cuba con motivo del 60 aniversario de la formación musical. El concierto, espléndido bajo la batuta del director Enrique Pérez Mesa, incluía una pequeña gran dosis de las canciones de Silvio Rodríguez, así como la excelente participación de Niurka González, prestigiosa flautista y clarinetista cubana y compañera de Silvio Rodríguez, y del pianista Jorgito Aragón.
La Habana, que es un estado de ánimo, como bien dice Eusebio Leal, el gran Historiador de la Ciudad, está viviendo plenas emociones con Silvio Rodríguez y su Gira Interminable. Ha recorrido casi todos los barrios habaneros más vulnerables y frágiles, a pie de calle, acompañado por otros artistas y estableciendo un diálogo directo con la gente en lugares desfavorecidos. La gira está congregando a miles de cubanos en torno a un escenario callejero, además, las fotografías que está realizando Rodríguez Domínguez de los barrios son excelentes y transmiten el compromiso con una realidad de la que no escapan.
Silvio Rodríguez también es un estado de ánimo. Sus canciones son el relato de la historia cercana de Cuba, la revolución, las emociones, los sueños, la resistencia de un pueblo que no deja de luchar por su futuro. Hace 58 años que el artista se convirtió en miliciano de la Revolución. Hoy manifiesta su deseo de una Cuba con más derechos políticos, pero, sobre todo, proclama y defiende el derecho del país a ser como quiera el pueblo cubano libre y soberano.
La música del cantautor ha ido fluyendo como un río desde hace décadas, impregnando, sacudiendo, estremeciendo, enamorando, comprometiendo y atrapando a diversas generaciones con músicas y letras eternas. Unicornio, Mariposas, Óleo de una mujer con sombrero, Causas y azares, Días y flores, Ojalá, Playa Girón, El necio, Sueño con serpientes, Te doy una canción. Una expedición política, social y cultural que sigue cruzando los mares y la memoria.
-En el bellísimo disco Expedición ya se apreciaba una compacta colaboración entre usted, Niurka González y la Orquesta Sinfónica Nacional de Cuba, con esta gira ¿qué sensaciones han recogido? ¿Qué diálogo han tenido con el público?
-Mi primera colaboración con una sinfónica fue a principios de los 80, invitado por Manuel Duchesne Cuzán. Expedición es un trabajo sinfónico para el que realicé las orquestaciones. Muchas de las canciones que integran ese disco fueron compuestas pensando en este formato y, efectivamente, fue grabado por integrantes de la Orquesta Sinfónica Nacional, bajo la dirección del Maestro Enrique Pérez Mesa. En esta ocasión me siento honrado con que ellos me hayan invitado a participar en esta gira, que se hace con motivo de la celebración de su 60 aniversario, y aquí estoy como parte de un programa que muestra un pedazo de la creación sinfónica en Cuba, que es muy rica y variada.
-Cinco canciones fueron las elegidas en su último concierto en València. ¿Por qué esas y no otras?
-Las canciones que integran el programa han sido Pequeña Serenata Diurna, La era está pariendo un corazón, Ángel para un final, Jugábamos a Dios y El Necio. Las versiones orquestales, que se han tocado en España por primera vez, han sido realizadas por el talentoso Jorge Aragón. Traté de escoger canciones que fueran conocidas, aunque también incluí Jugábamos a Dios, que compuse recientemente para la película “Afinidades”, dirigida por Jorge Perugorría y Vladimir Cruz.
-Uno de los últimos proyectos más destacados, junto a Niurka González, ha sido la Gira por los Barrios de la Habana.
-Hace 9 años tocó la puerta de mi casa en La Habana un policía que trabajaba en el departamento de Prevención en el vecindario de La Corbata, un barrio desfavorecido que queda al oeste de la Habana, y me pidió hacer un concierto para los vecinos. Recuerdo que por esos días estaba saliendo de viaje por compromisos de trabajo y le dije que lo haríamos al regreso. Desde aquel primer concierto hemos hecho 103 presentaciones, mayormente en La Habana, aunque también hemos visitado otras provincias. La experiencia de los barrios es muy especial: nosotros entregamos música, pero recibimos de vuelta estímulos en varias direcciones. A esta “Gira interminable” se han sumado muchos de los mejores representantes de la música y otras artes, que a lo largo de todos estos años han manifestado el deseo de compartir con nosotros lo que estamos haciendo.
"Con Trump estamos viviendo uno de los momentos de mayor obsesión del gobierno norteamericano con nosotros"
-El último 19 de abril escribía en el blog Segunda Cita: Hoy, Día de la Victoria, hace 58 años y 4 días que me hice miliciano en mi escuelita de J y 17… Comimos mierda y rompimos zapatos pero defendimos la dignidad de Cuba. Hoy toca “tener sentido del momento histórico" y "cambiar todo lo que debe ser cambiado". Yo estoy listo ¿Qué momento están viviendo en Cuba donde, además, acaban de aprobar la nueva Constitución?
-Desde el triunfo revolucionario de 1959 se han sucedido 12 administraciones norteamericanas, todas muy agresivas hacia Cuba (menos la de Carter, creo yo). Ahora, en la era de Trump, estamos viviendo uno de los momentos de mayor obsesión del gobierno norteamericano con nosotros, justo después de un acercamiento que el Presidente Obama y el gobierno cubano consiguieron. La extraterritorial ley Helms-Burton estrecha el cerco sobre nuestro país que, económicamente, está viviendo momentos difíciles. Ellos declaran públicamente que con el hambre y las penurias quieren conseguir que los cubanos reaccionemos contra nuestro gobierno. Aunque en Cuba la oposición no es muy popular, las limitaciones sí hacen daño: de hecho, muchos jóvenes quieren emigrar, alegando falta de perspectivas. Yo creo que el gobierno cubano debe responder a estas políticas agresivas y a nuestras duras realidades no con posiciones obsoletas de la guerra fría, que es lo que nos quieren imponer desde afuera, sino con inteligencia y audacia. El mismo gobierno cubano lleva años reconociendo qué aspectos de nuestro socialismo deben ser cambiados. Sin embargo, hay cierta burocracia que defiende aferrarse a estructuras y métodos obsoletos, como si las realidades y condiciones fueran las mismas de otros tiempos. Sobre todo en las redes, muchos abogamos por un socialismo más realista y discutimos aspectos de nuestros problemas, tratando de, entre todos, encontrar soluciones creadoras.
- Desde la Unión Europea se han priorizado las relaciones con América Latina y el Caribe, con un papel protagonista de España ¿Cómo valora estas relaciones con respecto a países latinos y Cuba?
-No se puede soslayar que España tiene responsabilidades históricas con toda Latinoamérica. Somos como somos, en parte por España. Nuestros vínculos históricos siempre tendrán validez, y me parece que se profundizarán mientras más nos alejemos de las mentalidades que primaron en nuestros primeros encuentros (o encontronazos) como culturas, o sea, tratarnos cada vez más fraternalmente.
-¿Cómo se encuentran pues las relaciones entre España y Cuba?
-Me parece que esa pregunta correspondería más a alguien del cuerpo diplomático. Pero, según lo percibo, las relaciones con el Estado Español son buenas. Últimamente me ha parecido admirable la posición de España respecto a la llamada ley Helms-Burton, que es una ofensa a todos los estados por su extraterritorialidad, aunque sólo se haya hablado de intereses económicos.
-¿Y las relaciones con el país valenciano? Usted es una persona cercana a esta tierra, la misma en la que un día residió el niño José Martí, además la Generalitat Valenciana ha viajado a La Habana para poder desarrollar proyectos comerciales, sociales, culturales… para hermanar pueblos.
-Valencia tiene la Asociación José Martí, un grupo de entusiastas activistas que desde hace años ejercen una solidaridad manifiesta con Cuba. Incluso han ido a mi pueblo, San Antonio de los Baños, a limpiar nuestro río con sus manos. Este río nuestro, por cierto, me ha vinculado desde hace al menos un par de décadas a valencianos sensibles, como Ximo Puig, que cuando era alcalde de Morella trató de hermanar a los dos pueblos, con el propósito de conseguir recursos para ayudarnos contra el deterioro ambiental. Son gestos inolvidables.
-En España estamos siguiendo Venezuela desde ópticas múltiples y diversas, ¿qué piensa sobre la situación del pueblo venezolano?
-Lo que me parece inadmisible es que desde el exterior de Venezuela se pretendan imponer medidas y atropellar la soberanía de ese país de Latinoamérica. Yo creo en el principio de la no injerencia en los asuntos internos de los países. Y creo que es correcto el diálogo, promovido desde Noruega, entre el gobierno venezolano y la oposición.
"La lucha contra el cambio climático es una cuestión de supervivencia planetaria: un mundo cada vez más explotado y violentado"
-La lucha contra las desigualdades y el cambio climático marcan los grandes desafíos de este siglo. ¿Los gobiernos del mundo están comprometidos lo suficiente?
-Las luchas contra las desigualdades son imprescindibles. Hay demasiada diferencia en los extremos de las oportunidades. A mi modo de ver bastaría con que todo el mundo tuviera un techo seguro, un trabajo, un médico, una escuela. Por otra parte, la lucha contra el cambio climático es una cuestión de supervivencia planetaria: un mundo cada vez más explotado y violentado, sobre el que cada día hay más millones de personas. Es un enorme desafío que ojalá no arrecie la dictadura universal de los que pueden.
- ¿Qué destino nos espera?
-Uno que veo muy difícil de eludir es la limitación del crecimiento demográfico. Porque estamos creciendo a un ritmo que va a ser insostenible dentro de no mucho. Ojalá seamos capaces de hacerlo convenciendo (y tomando consciencia y medidas contra el despilfarro inmisericorde de los recursos).
-En Europa estamos viviendo los peligrosos avances de liderazgos y políticas que promueven el odio y la confrontación ¿Cómo valora esta situación?
-Europa, durante siglos, ha sido un lugar importante de desarrollo de la ciencia, el pensamiento, la cultura. En la vida, a veces, los problemas son la consecuencia de malas decisiones anteriores. Todo lo que pretenda borrar el principio de causa y efecto a la larga será superado, porque el pensamiento y la cultura se podrán manipular eventualmente, pero la ciencia es implacable.
-Sus fotografías compartidas en Flickr son tan bellas como excelentes. ¿Qué instante preciso de la actualidad atraparía con su cámara? ¿Cómo es la mirada de Silvio Rodríguez?
-Creo que ni más ni menos que como la de cualquier persona con cierta edad y vivencias. Trabajé en la prensa en mi adolescencia y, como amante de las artes plásticas, siempre me gustó la fotografía. Además, es lo único capaz de “detener” el tiempo.
-Por último, preguntarle sobre la reciente creada Fundación Ariguanabo, ¿por fin va actuarse contra el alto grado de contaminación del río de su localidad natal San Antonio de los Baños? ¿Hay conciencia y políticas medioambientales en Cuba?
-La contaminación del Ariguanabo puede ser superada, porque no hay muchas ni grandes industrias que tributen en él. Cuando el río entra en el pueblo, lo crítico son los desagües de cierta zona sin alcantarillado. O sea, que poner el alcantarillado en el barrio de El Palenque (que así se llama) resolvería al menos parte del problema. Claro que esto es una meta que los gobiernos municipales y provinciales debieran hacer suya e impulsar. Una de las tareas que la Fundación Ariguanabo ha asumido es continuar y generalizar, con un programa, la conciencia medioambiental (esto algunos compañeros lo venían haciendo antes de la Fundación). Hay que trabajar en la consciencia de algunas autoridades y también de cierta parte de la población de San Antonio que no es oriunda, y no tiene tanto vínculo afectivo con nuestro río y sus bosques.