CASTELLÓ. Lejos queda aquella época en que las madres o las abuelas elaboraban el pan en casa, con paciencia y sin prisas, y lo llevaban a cocer al horno del pueblo. Una tarea heredada por los panaderos, un oficio que se aferra a mantener ese carácter romántico. Pero la evolución de la sociedad y la concentración de la población en núcleos urbanos ha conducido a la necesidad de multiplicar la elaboración diaria de pan debido al incremento de la demanda, lo que supone la implantación de sistemas de mecanización para reducir tiempos en el proceso de producción de las panaderías, tanto artesanales como industrializadas.
Y una de las fases del proceso es la carga y descarga del horno del obrador. La imagen asociada a esa tarea es la tradicional pala de horno que maneja el personal de la panadería. Pero hoy en día hay soluciones “que permiten ahorrar tiempo y esfuerzo a los profesionales del sector”, explican las hermanas Nuria y Mari Pepa Colomina, actuales gerentes de Talleres Colomina. Esta empresa familiar está especializada en la fabricación de maquinaria para panaderías, cuyo volumen de negocio se centra, sobre todo, en los sistemas de carga y descarga de hornos en los que se aplican las últimas novedades en informática, robótica y electrónica. “Los modelos que fabricamos aportan valor al producto final de la panadería, ya que el ahorro de tiempo se puede invertir en otros procesos”, explican las gerentes, quienes aseguran que “la tecnología y el sabor no están reñidos”.
La empresa fue fundada por el abuelo de Nuria y Mari Pepa hace ahora 68 años en Valencia, pero en 1992, hace casi tres décadas, se ubicó en Sot de Ferrer, un municipio del Alto Palancia de poco más de 400 habitantes. En sus inicios la firma se dedicaba a la fabricación y reparación de quemadores de fuel para hornos morunos, pero los avances tecnológicos y las necesidades de las panaderías llevaron a diversificar la oferta cuando la empresa ya estaba dirigida por José Colomina Llopis, el padre de Nuria y Mari Pepa. Ahora, la tercera generación quiere consolidar la trayectoria de la empresa pionera en el sector con la “fabricación de cargadores semiautomáticos o automatizados para hornos de panadería y de robots que facilitan la colocación de la masa en el horno”, explican.
La maquinaria que diseña Talleres Colomina sirve tanto para panaderías industriales como para las que elaboran el pan de forma artesanal, ya que solo interviene en el proceso de introducir y sacar el pan del horno y no en el amasado o fermentación, que es el que requiere de tiempo y paciencia. De hecho, diversos maestros artesanos del pan como por ejemplo, Javier Moreno, de La Madrugada de Murcia, utilizan los cargadores ideados y diseñados por la empresa ubicada en Sot de Ferrer.
La fabricación de cada una de las piezas “se hace a medida para cada cliente, ya que los espacios y hornos de cada obrador son diferentes, algunos tienen 10 pisos y en cada uno de ellos puede haber diversas puertas, por ello parte del proceso es manual”, explican Nuria y Mari Pepa. El cargador realiza la acción de subir o bajar según el piso seleccionado. Una vez llega a su destino entra y sale automáticamente y vuelve a una posición cómoda para su traslado frente al horno. En el caso de los cargadores múltiples pueden llegar a colocar dentro del horno unas 250 barras en 14-20 segundos.
“El avance de la tecnología nos ha ayudado a diseñar un producto más innovador y con más posibilidades”, explican las gerentes, cuya calidad traspasa fronteras, ya que no solo vende a todos los territorios de España, sino que países de la Unión Europea como Francia, Italia, Portugal, Grecia y, en especial, Bélgica, son clientes de la firma de Sot de Ferrer. El proyecto de negocio de la empresa era expandirse a nuevos mercados, pero la crisis provocada por la covid-19 ha frenado, de momento, esa aspiración. Ahora solo cuentan con dos trabajadores en el taller, cuando han llegado a tener ocho y es que “ha sido un año muy difícil, ya que a pesar de que las panaderías estaban abiertas, la casi desaparición durante meses de la restauración, hostelería y la reducción del consumo vinculado al turismo ha supuesto también pérdidas para los negocios de panadería y algunos lo están pasando mal”, explican Nuria y Mari Pepa.
Un año en el que Talleres Colomina ha participado en el programa conjunto de la Diputación de Castellón y de la Universitat Jaume I, Talent Rural, con el que se quiere potenciar la relación de los estudiantes con los municipios del interior, realizando prácticas y viviendo en la localidad que trabajan. En este caso, una estudiante del Máster de Diseño y Fabricación de la UJI ha pasado dos meses trabajando junto con los empleados de la empresa.