Fotos: ANTONIO PRADAS
CASTELLÓ. Una semana después de la retirada de la cruz, la zona vallada del parque Ribalta no presenta ninguna actividad. Los trabajos para restaurar el jardín todavía no son visibles, ya que desde el traslado del monumento la empresa adjudicataria, Vainsa Infraestructuras, no ha realizado nuevas actuaciones. Fuentes municipales restan importancia a la inacción de la mercantil y se remiten al plazo de ejecución de mes y medio para garantizar que el proyecto estará finalizado dentro de lo establecido en el contrato.
Tampoco hay novedades en la explanada de la parroquia Santo Tomás de Villanueva, donde se ubica el lábaro desde que se colocó el pasado 4 de enero (en realidad, el día 5 al alargarse las operaciones). La estructura de seis metros de altura sigue tal cual, esto es, protegida con el encofrado y reforzada con contrafuertes. Al no haberse separado el entablillado, el aspecto exterior resulta una incógnita.
El informe técnico que forma parte del expediente advierte que la cruz presenta daños estructurales. La existencia de humedades por la falta de mantenimiento implica cierto riesgo de desprendimiento del hormigón. En caso de producirse alguna rotura durante la retirada del armazón, la mercantil está obligada a reparar los desprendimientos para dejar el lábaro en óptimas condiciones.
Según el programa de desarrollo de las obras, durante los primeros 14 días la concesionaria debe acometer los movimientos de tierra en Ribalta. Esta fase comprende la eliminación del pavimento existente hasta llegar al terreno natural. La demolición de la plataforma, muros y escaleras facilita las posteriores labores de extendido y compactado de la zahorra, tierra natural y firme de terrizo.
La siguiente etapa de la ejecución, de 21 días, contempla la colocación del bordillo, adoquinados, pavimentos varios y los bancos de piedra y cerámica. Durante la cuarta semana, se proyecta la instalación del riesgo. La última fase obedece a la jardinería. Al respecto, se trata de recuperar el espacio que existió en 1926 con especies arbóreas que han ido desapareciendo con el paso de los años.
Además de definir la nueva área con un seto de Pittosporum tobira, la variedades vegetales se disponen en función de la luminosidad. La zona interior se puebla con arbustivas. En concreto, con Prunus laurocerasus, Taxus bacatta o Senecio petasitis. Además, se incluyen hiedras (Hedera helix). El punto con más luz se reserva para los cedros (Cedrus deodara), cedros japoneses (Cryptomeria japonica) o los pinos canarios (Pinus canariensis).
En vista de que la ejecución arrancó el pasado miércoles, 4 de enero, la entrega de la obra civil tiene que producirse a mitad de febrero una vez transcurrido ese periodo de mes y medio. Así lo establece el pliego de prescripciones técnicas y administrativas, que subraya lo imperativo de cumplir tanto el plan de seguridad como la correcta gestión de los residuos.