CASTELLÓ. Llevan siete meses y van camino del octavo sin abrir. Las salas de conciertos no saben qué más pueden hacer, pero necesitan una solución. Ya la pidieron hace más de un mes en una manifestación que se vivió por diferentes puntos del país. Y ahora, con una realidad que se va volviendo cada día peor, vuelven a alzar la voz. No les hizo falta ni siquiera que se decretase el estado de alarma, el ocio nocturno de Castelló convocó la semana pasada una movilización que tendrá lugar el miércoles, a las 19 horas, en la Plaza Mayor. En ella quieren pedir de nuevo una ayuda y una reactivación que no les termina de llegar.
"Tenemos el mismo apoyo que el de un electricista que empezó a trabajar hace meses, es decir, ninguna", sentencia Álex Bachero, propietario del pub Terra. La diferencia es que, en el caso de las salas, siguen en el limbo sin poder hacer conciertos, sin poder abrir con barra y, en resumidas cuentas, sin poder trabajar. Hay excepciones como la del mismo espacio de Castelló que, al tener licencia de café concierto, puede organizar directos al igual que lo hace un teatro o un auditorio. No obstante, como también está incluido en el epígrafe de ocio nocturno no puede servir bebidas ni comida. "Si he organizado algún directo ha sido por no estar cerrado, pero no por ganar dinero. Lo ganado de la entrada se lo llevan los grupos, nosotros no tenemos ingresos", explica Bachero a este diario. Y es que difícilmente pueden sobrevivir los locales sin vender copas, ni captar la atención del público si no es con entradas más baratas.
Como solución las salas de conciertos han pedido que les dejen funcionar igual que un bar, en horario diurno y colocando mesas y sillas, para ofrecer máxima seguridad en sus actuaciones. Las normas serían, de hecho, las mismas que las de cualquier tasca, cerrando a las doce de la noche y con aforo limitado, pero con la diferencia de que aquí la música sería la absoluta protagonista. Sin embargo, la conselleria de Sanidad no ha abierto ninguna puerta a la esperanza y se ha mostrado rotunda desde que aprobase a mediados de agosto la orden que decretaba el cese de la actividad de discotecas, pubs y salas de conciertos. Un cierre que se ha ido prorrogando todo este tiempo y que, ante la situación epidemiológica actual, es bastante probable que no vaya a cambiar.
"La gente cree que no abrimos por el día porque no queremos. No podemos abrir a ninguna hora, nos han cerrado por el tipo de licencia que tenemos, no por la actividad que realizamos. En mi caso, antes abría de lunes a sábado, a las tres de la tarde", le respondía la sala Because pop 'n' roll, en su cuenta de Facebook, a un usuario que precisamente les planteaba el 'tardeo' como posible solución.
Lo cierto es que esta opción la han barajado incluso los ayuntamientos de otras localidades valencianas. Así, desde hace menos de una semana, los pubs y discotecas de El Perelló pueden abrir temporalmente como cafeterías. Para obtener la licencia comercial, cada establecimiento debe solicitarla, hacer una declaración responsable y pasar una inspección del técnico industrial. Además, tampoco podrán servir comida si no tienen las instalaciones correspondientes, pero como poco, podrán tener la persiana levantada y hacer música.
Y no son los únicos, el pionero en hacerlo fue el municipio alicantino de Novelda. Hace prácticamente un mes que los locales de ocio nocturno han retomado su actividad bajo esta nueva nomenclatura, que continuará vigente hasta que el departamento de Sanidad levante las restricciones que pesan sobre toda la Comunitat. Elda, Calp o Elche han sido otras de las ciudades que se han animado a apostar por esta fórmula legal. Una condición que no ha corrido la misma suerte en la capital de la Plana. El Ayuntamiento de Castelló manifestó a los propietarios de las salas que, aunque no tendrían ningún problema en cambiar la licencia, es una decisión que pertenece a Conselleria y por lo tanto, también las sanciones de incumplimiento competen a la policía autonómica y no local.
Con todo, esta no es la única solución que piden las salas de conciertos de Castelló. La reconversión a bar sería más bien una alternativa a corto plazo, a largo sería recibir ayudas económicas que les permita subsistir. Si bien la Concejalía de Cultura aprobó una línea de subvenciones por 60.000 euros para las salas de música de la ciudad, los propietarios de los locales consideran que esto no es suficiente para hacer frente a ocho meses de cierre. "El tema está en que seguimos pagando todas las facturas. No nos dejan abrir pero tampoco nos eximen de pagar los impuestos. Solo Ignasi Garcia (concejal de Reciclaje y Gestión de Residuos) nos ha paralizado el pago de la basura, pero esto evidentemente no es suficiente", expone Isaac Sempere, propietario del pub OZ, esto no es Kansas.
Por todo esto, la música en directo volverá a enmudecer en una concentración que reunirá, por primera vez en Castelló, a los profesionales del ocio nocturno. Es la 'penúltima' bala que les queda en una crisis sanitaria y cultural que ya ha dejado en la ciudad el cierre de dos salas: Anvil, abierta hace menos de un año, y La Burbuja, en pie desde hace seis.