Los productos cerámicos españoles destacan en el certamen italiano por su elevada capacidad innovadora y estética.
BOLONIA (Enviado Especial). La trigésimo octava edición de la feria internacional de la cerámica y el baño de Bolonia, Cersaie 2021, reabrió este lunes su puertas tras el año en blanco al que ha estado sumida a lo largo del último año a consecuencia de una pandemia que, si bien tiene visos de ir superándose al ritmo de las vacunaciones cuando no pruebas de PCR, ha recortado de manera notable tanto la presencia de asistentes en este primer día de arranque como de expositores, unos 300 menos que en 2019.
Con todo, la presencia española, la más numerosa tras la anfitriona italiana, ha sido especialmente llamativa con un número de estands muy por encima del centenar y con ausencias que no han restado los ánimos a una delegación a la hora de volver a reencontrarse físicamente con unos clientes.
Entre las notables ausencias, la falta de asistentes procedentes de los países asiáticos, especialmente chinos e indios, además de países del Este, especialmente Rusia. Las restricciones sanitarias a consecuencia de la covid y la falta de "cintura de la entidad ferial a la hora de promover la gestión de los visados" ha provocado este éxodo casi general de unos clientes que ha hecho que esta edición se perfile como "la más europea de cuantas se han dado en los últimos años", tal como coinciden en señalar responsables de diversas empresas.
El brutal encarecimiento de las materias primas, especialmente los costes energéticos, ha vuelto a ser a pie de feria uno de los principales motivos de conversación en el sector de la industria cerámica. "Los precios del gas y unos derechos de emisión en Europa por las nubes son otro virus a los que tenemos que hacer frente", según estos mismos testimonio, que reconocen que les preocupa más la evolución de estos precios que la propia pandemia.
Para afrontar estos elevados costes las empresas se han visto abocadas a repercutirlos en el precio final del producto con incrementos que varían enormemente y que van del 3-4% hasta el 8%, en algunos casos.
Por otro lado, esta edición de Cersaie se ha mostrado muy diferente a otras anteriores no solo por la liturgia que acompaña a las medidas preventivas frente a la covid, que obliga a los presentes a llevar mascarillas, la obligatoriedad de portar el certificado europeo Covid o someterse, cuando no, a pruebas PCR para el acceso al recinto de BolognaFiere.
En este contexto general el azulejo español ha llegado a la feria dando fe de su poderío innovador tras prácticamente año y medio de investigación y desarrollo con propuestas que han despertado gran interés en la feria. Esta amplia oferta habla no solo de la generosa presencia de grandes formatos, sino también de variopintos productos multiformatos, con novedosas soluciones estéticas que han hecho abrigar buenas expectativas para un positivo cierre de feria.