CASTELLÓ. Ciudadanos Castellón cierra a pie de calle a menos de un año de las elecciones. El partido liberal baja desde este miércoles la persiana de su sede provincial en la capital de la Plana cinco años después de inaugurarla. La desaparición de la marca evidencia el declive de la formación naranja pese a que desde la dirección autonómica se insiste en subrayar que la medida busca una mayor agilidad administrativa con la centralización de los recursos en un único cuartel general.
Sin embargo, en algunos sectores de Cs el hecho de perder la imagen corporativa en una vía tan céntrica como Gaibiel se interpreta como un paso más hacia la evanescencia. En este contexto, las mismas voces afean al comité regional que su única decisión de enjundia en las últimas semanas haya sido clausurar los locales de ámbito provincial, cuando se viene reclamando desde hace tiempo iniciar el procedimiento interno para elegir los candidatos.
Ni siquiera existe un calendario fijado con vistas a concretar las primarias, con independencia de la demarcación territorial. Los movimientos internos para promover candidaturas obedecen más a iniciativas personales que a directrices de los órganos superiores. Sin ir más lejos, es lo que pasa en Castellón, donde la secretaría de organización trabaja en el diseño de los alcaldables sin esperar al pistoletazo de salida de València.
Ciudadanos se trata de la única fuerza política con representación en las principales instituciones que, en lugar de reforzar su identidad pública, decide retirarse de la calle a las puertas de un año especialmente intenso con la convocatoria de tres comicios distintos. Desde diciembre, partidos como el PP, Vox, Podem, Compromís o Esquerra Unida (EU) han potenciado su visibilidad a través de diversas acciones. En el caso de la formación valencianista, mediante carpas informativas con el propósito de explicar su gestión a la ciudadanía. Por lo que respecta al resto, con la apertura de lo que se conoce como sedes de proximidad (casualmente todas en Gobernador) o con un cambio de local para acercarse al centro.
Desde la dirección regional, además de justificarse en la optimización de recursos, se advierte sobre la singularidad funcionarial del propio partido, más proclive a explotar las redes sociales para organizarse que a utilizar los espacios presenciales. Incluso, se señala que la sede provincial de Castellón carecía de dinamismo administrativo y su actividad se limitaba a reuniones ocasionales o comparecencias esporádicas de sus dirigentes. Por ejemplo, la visita del secretario nacional de organización, Borja González, el pasado mes de octubre.
El local de la calle Gaibiel abrió sus puertas en 2017. Cs apostó por habilitar un punto de encuentro para la militancia ante el exponencial crecimiento después del éxito en las elecciones municipales de 2015. Ese triunfo resultó significativo en Castelló ciudad, donde la fuerza liberal irrumpió en el Ayuntamiento con cuatro concejales (cinco hasta el recuento de los votos en el extranjero y los nulos). Además, los satisfactores resultados en la provincia contribuyeron a obtener dos escaños en la Diputación. Durante los sucesivos años la sede vio desfilar a los principales cargos orgánicos en la Comunitat, como Fran Hervías, Vicente Castillo o Toni Cantó.
Ese esplendor tocó su techo en mayo 2019, con los postreros comicios locales. El punto de inflexión se produjo con las generales de noviembre de ese año. El derrumbe plebiscitario, pasando de los 57 diputados obtenidos en la cita de abril a los pírricos 10, precipitó la dimisión de Albert Rivera como presidente. A partir de ese momento, Cs entró en barrena, sobre todo desde 2021, como así han ido acreditando los sufragios en Cataluña, Madrid o Castilla y León.