CASTELLÓ. Un estudio realizado por la Diputación de Castellón y la Universitat Jaume I (UJI) de Castelló concluye que los obstáculos más persistentes en el emprendimiento de la mujer rural son los cuidados, la conciliación y la formación. Asimismo, desde el punto de vista empresarial también señalan otras dificultades como la burocracia y la fiscalidad.
Así se desprende del programa ‘Mujeres emprendedoras en el entorno rural de la provincia de Castellón: Diagnóstico de los obstáculos y facilitadores de su emprendimiento y bienestar' impulsado a través de un convenio de colaboración entre la administración provincial y la universidad pública de Castelló.
Para realizar el estudio se han entrevistado a 30 mujeres de acuerdo a un perfil definido por personas expertas y que fueran emprendedoras en un municipio rural de menos de 5.000 habitantes. De las entrevistas se extrae que algunos de los aspectos personales y sociales que condicionan a la mujer a la hora de emprender un negocio son: la situación familiar, el entorno social y la concepción del liderazgo femenino como una barrera.
El presidente de la institución provincial, José Martí, ha señalado que desde la Diputación de Castellón aspiran a "empoderar a estas mujeres para que alcancen un mayor liderazgo y cuotas de participación, por lo que los resultados de este estudio tienen que servirnos como guía para seguir trabajando por la igualdad”.
Tal como se recoge en el informe, las mujeres encuestadas consideran que la responsabilidad de cumplir con el rol de los cuidados les condiciona a la hora de la toma de decisiones respecte a su vida personal, profesional y de emprendimiento. Asimismo, requieren espacios de sororidad y la intervención de las instituciones para facilitar la conciliación.
En cuanto a los aspectos externos (económicos y laborales) consideran que les falta formación, apoyo de las instituciones, se sienten superadas por la competencia y reconocen limitaciones tecnológicas y demográficas. Asimismo, las mujeres encuestadas relatan que los problemas de desplazamiento y la burocracia supone otro escollo en el desarrollo de un proyecto.
En el estudio se recogen algunas de las frases literales que las mujeres encuestadas han dado y que ponen de manifiesto la influencia del ‘género’ en las estructuras sociales, económicas, políticas y personales.
Por ejemplo, una de las encuestadas declara sentir una falta de apoyo a la hora de impulsar su negocio porque “me he encontrado con gente que dice que hacer jabón es una tontería”.
En cuanto al rol de cuidadora, una encuestada dice tenerlo tan interiorizado que es difícil dejarlo a un lado: “Nos cuidamos poco y no nos han enseñado a cuidarnos. Nos han enseñado a cuidar”. A ello se suma el hecho de que cuando deciden emprender e integrarlo con el mandato de ser cuidadora desarrollan un sentimiento de culpa, preocupación y malestar: “Hay veces que me siento culpable porque tuve que trabajar un fin de semana”, asegura otra encuestada.
Otros aspectos que también ponen de relieve las declaraciones de las mujeres que han participado en este proyecto son la exigencia de la perfección y obligación de cumplir con el mandado de poder con todo y el síndrome de la impostora. “Sientes malestar porque no llegas a todo y tienes que llegar a ser una super woman”, dice una encuestada mientras otra relata que “no decir lo que tú haces o no publicitarlo es un obstáculo muy grande, la autocensura también puede ser un obstáculo”.