VALÈNCIA. Son algunas de las rutas que más se repiten en verano. Cada una de las grandes ciudades de la Comunitat emprende en agosto un particular peregrinaje hacia sus zonas de descanso predilectas, que suelen ser localidades costeras y no demasiado alejadas del ruido de las urbes. El destino varía pues en función del lugar de origen, y mientras que en la provincia de Valencia los caminos suelen conducir al cabo de San Antonio, en Castelló de la Plana se quedan muy cerca del Grau o en Benicàssim y en el sur terminan en el Campello y Santa Pola.
Así lo revela el último de los estudios de movilidad experimental que el Instituto Nacional de Estadística (INE) elabora con el posicionamiento de los móviles de numeración nacional, y con el que se determinó si sus usuarios se despertaron en un área distinta a la de su residencia el 15 de agosto, una de las jornadas veraniegas por excelencia. Ese día, festivo en todo el país y situado justo en el ecuador de nuestro mes más vacacional, alrededor de un 35 % de la población valenciana no se encontraba en su domicilio habitual.
Ese porcentaje es muy similar al que registró la ciudad de València, cuyos habitantes tienen a Xàbia por uno de sus destinos preferidos. A mediados de agosto, más de 8.200 personas se habían desplazado allí desde el Cap i Casal, lo que constituye su mayor trasvase de población en esa época del año. Y al otro lado del Montgó, en Dénia, se encontraban también cerca de 5.600 valencianos, lo que confirma que este es un enclave popular para su descanso estival.
Del mismo modo, y dada su proximidad a la ciudad y su configuración turística, los municipios de Cullera y Sueca recibieron también flujos de visitantes valencianos muy relevantes el pasado agosto. Entre ambas localidades superaron los 12.400 viajeros llegados desde València, cifra que bate a las de otras áreas también frecuentadas por los veraneantes de la capital, como el Puig, Moncofa o Canet d’en Berenguer.
En cualquier caso, la predilección por Dénia, Xàbia, Cullera y Sueca no se circunscribe solo a València, sino que se reproduce también en otros grandes municipios de las comarcas de l’Horta, como Torrent y Paterna. Quizás es por ello que estas localizaciones, más asociadas al turismo local que al proveniente del extranjero, resisten mejor los envites de la crisis del coronavirus ya desde el verano del año pasado. En Dénia, la caída de viajeros solo se redujo un 19 % respecto a 2019, mientras que en lugares como Benidorm, donde el turista internacional es esencial, se desplomó más de un 68 %.
En los destinos de interior, sin embargo, sí se aprecian diferencias ya entre los mismos municipios de las comarcas de l’Horta. En València y Paterna se decantan por Llíria y los municipios que la envuelven, además de por puntos de Los Serranos como Chelva y del Alto Palancia como Viver. Pero en Torrent, en cambio, y seguramente por la ubicación de un número considerable de casas de campo que actúan como segundas residencias, lo más habitual es desplazarse a las vecinas Montserrat y Montroi. Viver y sus municipios colindantes son también un lugar atractivo para los habitantes de Sagunto, pero en cuanto a costa en el Camp de Morvedre prefieren a la cercana Canet d’en Berenguer: más de un 10 % de quienes salieron de allí el 15 de agosto terminaron en esta población.
Por su parte, en la provincia de Alicante, sus dos principales ciudades no coinciden en su destino de playa preferido. Por cuestiones de proximidad, los ilicitanos que no se quedan en las playas de su municipio se mueven a Santa Pola, donde, con un trasvase poblacional de en torno 11.500 personas, se encuentra el mayor flujo de población registrado por el INE entre dos localidades de la Comunitat. En cuanto a la capital alicantina, las salidas veraniegas son mucho menos frecuentes que en otras ubicaciones, algo que se nota también en las localidades de naturaleza turística como Gandia.
De esta forma, muchos de quienes dejaron la ciudad de Alicante el pasado agosto solo se desplazaron hacia el Campello, un destino que también es habitual entre quienes tienen su residencia en Alcoi. En otras urbes de la provincia, como Torrevieja y Benidorm, el porcentaje de sus habitantes que abandona su ciudad es de los más reducidos de la Comunitat Valenciana. De hecho, en Torrevieja el dato apenas varió entre 2019 y 2020 pese a las restricciones por la pandemia, y se redujo únicamente del 20 % al 17 %. Aun así, y como reconocen desde las asociaciones turísticas y hosteleras como Hostelería de España, por lo general se apreció un fuerte retroceso de la movilidad en 2020 que se ha recuperado en 2021, aunque todavía existe margen de mejora.
Por otro lado, en Alicante es más difícil encontrar desplazamientos relevantes hacia las otras dos provincias valencianas que hacia fuera de la Comunitat. De salir de su entorno, los alicantinos se dirigen en mayor medida a zonas de Murcia o Albacete, y también a algunos puntos de las islas Baleares. Por su parte, en la provincia de Castellón el lugar por excelencia en el que confluyen los habitantes de sus grandes ciudades es Benicàssim, población estrechamente ligada al mar y en la que se ubican multitud de apartamentos propiedad de personas cuyo origen está en Castelló de la Plana y Vila-real.
De hecho, más de 10.000 personas de estas dos localidades fueron localizadas en la noche del 14 al 15 de agosto en Benicàssim. En Vila-real, además, también gozan de popularidad dos poblaciones colindantes con la ciudad, como son Borriana y Almassora. Y en cuanto a destinos de interior, en Castelló prefieren las áreas que envuelven a Morella y Vilafranca del Cid, mientras que los mayores movimientos desde Vila-real se encuentran en el entorno de Lucena del Cid.
Aunque por lo general son menos intensas que las salidas a lugares costeros, en la Comunitat Valenciana, y en especial en València, son igualmente importantes los flujos de población hacia lugares como Campillo de Altobuey o Landete, en Cuenca. Este tipo de movimientos son típicos en verano y podrían responder a desplazamientos hacia segundas residencias que muchas veces son también los lugares de origen de quienes viajan. Así, y según datos del INE más de un 5 % de la población que reside en la provincia de Valencia nació en Castilla-La Mancha.
En lugares como Torrent o Paterna, de hecho, las rutas hacia Cuenca, Albacete o incluso Teruel son también frecuentes, y en Sagunto algunos de estos movimientos son tan habituales como los que terminan en otros municipios de la autonomía valenciana. Algo similar ocurre en Castelló de la Plana, que comparte además con València un pequeño trasvase de población hacia localidades de retiro veraniego en los Pirineos. En la capital de Alicante, en cambio, se incorporan poblaciones de Murcia, como Cartagena, y algunos destinos de costa en las Islas Baleares, sobre todo en Ibiza, Formentara y Menorca.