CASTELLÓ. El Ayuntamiento de Castelló ya evalúa el proyecto con el que los hosteleros de las Tascas pretenden mejorar los niveles de ruido de la calle Barracas y así dejar de ser Zona Acústicamente Saturada (ZAS). Después de que este martes los empresarios presentasen por registro el documento, el consistorio ya ha asignado a un técnico su análisis y "se está estudiando su viabilidad", señala el concejal de Urbanismo, Rafa Simó.
El edil añade que ahora el técnico responsable deberá analizar que el proyecto "no contravenga ninguna ordenanza; que con él no se va a privatizar la calle, como ya han denunciado algunos vecinos; o los derechos de fachada y de paso", por ejemplo. Además, un ingeniero municipal también deberá evaluar que las medidas correctoras efectivamente comportarán la reducción de los niveles de ruido que permitirían dejar de considerar zona ZAS a esta zona gastronómica y de ocio de la ciudad, tal y como mantienen los empresarios.
La tramitación para poder implantar en un futuro este techo retráctil, que se prevé larga, ha dado así comienzo. Mientras tanto, desde la casa consistorial defienden las medidas que han venido llevando a cabo para "hacer viable el negocio en convivencia con el descanso, que es nuestro objetivo, el mismo que el de los hosteleros", señala Simó.
El edil apunta que, desde agosto de 2018, ya no se considera horario nocturno a la franja que va de las 22.00 a las 23.00 horas, sino que es a partir de esta última cuando así se considera, lo que ofrecerá un margen de decibelios añadido cuando deje de ser considerada ZAS la calle Barracas. "El cambio de esta ordenanza es fundamental", apunta Simó. Y para corroborarlo indica que Castelló Sense Soroll recurrió la medida, algo que no evitó que saliera adelante "sin el apoyo del PP". Asimismo, también destaca que el año pasado se aprobó la norma "para poder declarar las Tascas zona gastronómica", algo para lo que también es previamente necesario reducir los niveles de ruido y dejar de ser ZAS.
Por eso el quid de la cuestión está en las mediciones de ruido. Los hosteleros insisten en que no se han realizado en los últimos años y por eso el Ayuntamiento no se las facilita. Y Simó los contradice: "Se hicieron en 2017 antes de Magdalena, llovió y no fueron válidas, se repitieron y en ambos casos salieron negativas". Sobre su entrega a los empresarios apunta que esto se producirá "cuando nos lo aconseje la parte técnica del Ayuntamiento".
En cuanto a si las mediciones deben ser continuas, algo que recoge la modificación de la regulación de la ZAS de las Tascas publicada en enero, según denuncian los responsables de los locales, el regidor apunta a otra norma, el anexo 3 de la normativa general de la ZAS en la ciudad, que recoge que estas mediciones podrán ser en efecto continuas (a través de sistemas de monitorización) "o mediante campañas de muestreo programadas", tal y como se viene haciendo.
De hecho, señala Simó, "desde 2010 nunca ha habido mediciones continuas, ni por este equipo de gobierno ni por el anterior". Para realizar las continuas y monitorizadas, más caras, se está a la espera de que las programadas den resultados alentadores "y el problema es que en los últimos diez años no hay ninguna medición positiva que muestre indicios a los técnicos para valorar durante año la posibilidad de variar la zona ZAS". Con estos condicionantes, el culebrón de las Tascas no tiene visos de cesar en los próximos meses.