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una de las calles más antiguas de castelló

El callejón del Ecce Homo, una parada turística en estado de deterioro

14/06/2022 - 

CASTELLÓ. Una de las primeras paradas de la Ruta de la Cerámica de Castelló nos lleva al callejón del Ecce Homo, el rincón posiblemente más pequeño de la ciudad y también uno de los más antiguos. Situado en pleno centro, la parte más ancha de este pasadizo que conecta a la calle Mayor y la calle Arcipreste Balaguer no mide más de dos metros. Un lugar semi oculto, que posiblemente muchos todavía no conocen, pese a su importancia también histórica.

Si por algo el Ecce Homo es valioso, además de por ser testigo del cambio que ha vivido Castelló en las últimas décadas, es por el patrimonio que guarda en su interior. Dos altares, en cuyo interior están los rostros del Jesús Ecce-Homo y la Virgen ('La Dolorosa'), representados por dos piezas cerámicas, y que sin embargo se encuentran en completo estado de deterioro. Pese a ser parada obligatoria para los turistas que lleguen a la ciudad, parte de las repisas en las que los altares se apoyan han caído. A ello se suma, los azulejos quebrantados y las grietas en la pared. 

"El callejón está dejado, pese a formar parte de la guía turística de la ciudad y ser parte de la vía pública", advierten sus vecinos, quienes han solicitado al Ayuntamiento de Castelló que se arreglen los desperfectos. Una demanda, que según explican, el consistorio se compromete a resolver, aunque desde que lo comunicasen hace un mes no se ha llevado a cabo. "Desearíamos que se pudiera reparar pronto, para devolverle su dignidad a este punto tan importante para los castellonenses", insiste, por su parte, el vecindario. 

Además de ser un punto de relevancia histórica, como señalan, forma parte de los 15 puntos con los que el Patronato de Turismo anima a conocer de otra forma la ciudad de Castelló. Fue a principios de 2021, cuando tras entrar en la 'Ruta Europea de la Cerámica', el Ayuntamiento diseñó una ruta específica con la que dar a conocer el patrimonio cerámico de la localidad. Un itinerario que propone recorrer otros puntos emblemáticos de la capital de la Plana como el parque Ribalta, el antiguo edificio de Correos, la Casa de las Cigüeñas, en la plaza de la Independencia, o el Palau de la Festa. Motivo por el cual, la degradación del Ecce Homo no queda a ojos de unos pocos. Son decenas las personas que lo visitan cada semana. Así mismo, continúa siendo lugar de rezo para las personas devotas.

La historia que hay detrás 

El callejón del Ecce Homo no siempre ha sido llamado así. Y es que antes de servir como pasaje, fue construido para dar paso a una acequia que atravesaba el centro de la ciudad. Después pasó a ser conocido como el Carrer del Pes de la Farina, por ubicarse allí la Oficina de Pesos y Medidas, pero en 1672 cambia de nombre a causa del asesinato del presbítero Vicente Tornt, el cual fue cometido en el mismo callejón. 

Fue entonces cuando, por petición del obispo de Tortosa, se colocaron dos capillitas con la imagen de Jesucristo y la Dolorosa, alumbradas permanentemente y protegidas con una bóveda vaída. A partir de esto, el Carrer del Pes de la Farina pasa a llamarse el callejón del Ecce Homo. No eran pocos, por entonces, los municipios que decidieron dedicar al menos una de sus calles a Cristo, representado con la corona de espinas sobre su cabeza. Además, en este caso, junto a las pinturas se colocaron varias oraciones, todavía presentes, con las que se quería remendar el daño causado. 

Foto: ANTONIO PRADAS 

Hoy, el callejón del Ecce Homo continúa siendo lugar de parada para religiosos, pero también para quienes quieran conocer la historia arquitectónica de la ciudad. Y es que aunque ha sufrido varios cambios- los azulejos originales, pintados a mano en el siglo XVIII, tuvieron que ser sustituidos-, actualmente se pueden observar dos lienzos que fueron colocados tras la Guerra Civil. Así mismo, la vuelta, la clave y la moldura corrida son barrocas, y pertenecen a una anterior capilla del siglo XVIII. El resto de decoración es de finales del siglo XIX.

Eso sí, todo turista interesado debe saber que el callejón del Ecce Homo no puede ser visitado a cualquier hora. En el acceso al pasaje hay una puerta vallada que sus vecinos, con el permiso del Ayuntamiento, cierran cada noche para evitar que sea "vandalizado".

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