CASTELLÓ. El equipo de gobierno del Ayuntamiento de Castelló, compuesto por el PP y Vox, hace un encaje de bolillos para que el actual coordinador general, Francisco Javier Catalán, asuma la jefatura de la Policía Local en calidad de Comisario. En efecto, se trata del único candidato para ocupar el puesto en comisión de servicios al haber sido excluido el otro postulante, José Ignacio Esparza, por no poseer como A2 el grupo profesional exigido (funcionario A1).
El ascenso del castellonense cuenta con el beneplácito del nuevo ejecutivo local que, a los pocos días de sellar su alianza en agosto, tomó dos decisiones clave en lo que se refiere a la estructura de mandos. Por un lado, acordó finiquitar la etapa de Antonio Collado como Comisario Principal Jefe al poner fecha de caducidad a su nombramiento (15 de septiembre). Por otro, impelió un procedimiento administrativo para cubrir una de las dos plazas de Comisario y, con ello, garantizar un nuevo responsable policial.
Al respecto, las bases señalan como principales funciones del cargo "la coordinación y supervisión de los servicios policiales". Asimismo, la duración de la comisión de servicios se establece por un periodo de un año, prorrogable hasta un máximo de dos, en caso de no haberse cubierto el puesto con carácter definitivo.
Como ya publicó este diario, la idea del concejal de Seguridad y Emergencias, Antonio Ortolá (Vox), pasa por impulsar los concursos de todas las jefaturas de una tacada antes de concluir 2023. Tras la marcha de Collado, además de esa vacante, están sin asignarse otro destino de Comisario y al menos dos de Intendentes, que serán cuatro en unos meses. Por el momento, no hay una hoja de ruta definida para esos puestos.
En la actualidad, Javier Brenes, como Intendente más veterano (lleva desde 2008), ostenta la condición de máximo jefe. En febrero de 2024, como otro compañero, se jubilará. Antes, Catalán habrá tomado posesión como Comisario para asumir la jefatura de la Policía Local, ya que en unos días concluirá el proceso de baremación, salvo que el concurrente excluido presente un recurso.
El castellonense ejerce como coordinador general desde hace un año, aproximadamente. Su incorporación se produjo a raíz de una modificación de la RPT, la última aprobada por el anterior ejecutivo local (Acord de Fadrell). En abril de 2022, la entonces alcaldesa, Amparo Marco, decidió crear esa figura para amortizar la plaza de Comisario Principal. El cambio, más allá de afectar a la denominación del puesto, buscaba reforzar la tutela sobre la Policía Local, en tanto en cuenta se trataba de un cargo de confianza directamente dependiente de la Concejalía de Seguridad.
En paralelo a esa comisión de servicios, el tripartito sacó otro procedimiento para Comisario Principal Jefe, un rango por encima del de Comisario. Tras concluir el concurso, con las entrevistas y suma de méritos, el equipo de gobierno escogió a Collado para el empleo. Su designación generó de inmediato el rechazo de la oposición en bloque (PP, Vox y Ciudadanos).
La derecha y la extrema derecha no tardaron en levantar sospechadas sobre la idoneidad de la elección, ya que el funcionario de carrera estaba siendo investigado por la Agencia Valenciana Antifraude por "haber incumplido de manera grave y reiterada las normas sobre incompatibilidades en el ejercicio de sus funciones". La diligencias se habían abierto por impartir cursos de formación como docente en el Instituto Valenciano de Seguridad Pública durante los ejercicios 2017, 2018, 2020 y 2021, siendo en aquel momento máximo responsable policial en el Ayuntamiento de Xàtiva.
Tanto el Partido Popular como Vox y Cs reclamaron en repetidas ocasiones (incluso en plenos) el cese de Collado por esa investigación, así como la apertura de un expediente. Sin embargo, el Fadrell se reafirmó en su decisión de mantenerle en el cargo, hasta que el 28 de mayo se produjo un cambio de signo político en el consistorio tras los resultados en las urnas.