el ayuntamiento de castelló concede la licencia urbanística para mejorar el edificio parroquial

El Obispado se vuelca con la iglesia de la cruz de Ribalta: invierte 300.000 euros para ampliarla

Foto: ANTONIO PRADAS
23/01/2024 - 

CASTELLÓ. El 5 de enero de 2023 la parroquia Santo Tomás de Villanueva de Castelló, en la calle Moncofa, se convertía en portada de medios locales y nacionales, además de protagonista en programas e informativos de las cadenas de televisión. La polémica cruz de Ribalta (por fin) presidía el patio exterior de la iglesia. El Acord de Fadrell cumplía así su promesa de sacar el lábaro del parque para llevarlo al lugar escogido por el Obispado de Segorbe-Castellón, que en junio de 2022 había aceptado el ofrecimiento de custodiar el monumento ante la firme decisión del Ayuntamiento de cambiarlo de ubicación.

Aquel acontecimiento situó al oratorio en el centro de la noticia, generando una inusitada expectación en el barrio de Rafalafena. Al menos, durante las primeras semanas, hasta que la presencia de la inmensa aspa en la feligresía (seis metros de envergadura y siete toneladas de peso) dejó de observarse como algo inusual.

Un campanario y 12 meses de ejecución

Ahora, algo más de un año después, la Diócesis decide invertir en la iglesia para ampliar el edificio parroquial como oficinas y construir un campanario. Así consta en la autorización para la licencia urbanística, que la Junta de Gobierno Local prevé aprobar en su próxima reunión después de pasar este lunes por la comisión de Urbanismo La intervención tiene un presupuesto de 293.424,00 euros y un plazo de ejecución de hasta 12 meses.

El expediente señala que, una vez aprobado el permiso, las obras deben arrancar en un plazo máximo de tres meses. Asimismo, se establecen posibles irrupciones durante los trabajos, que no pueden exceder en total del medio año. Por otro lado, se concretan algunas obligaciones para el contratista en lo que se refiere a la ocupación de vía pública.

Foto: ANTONIO PRADAS

Las discrepancias políticas sobre el sentido del monumento

La cruz, obra de Maristany, se construyó en 1944 en honor a los Caídos por Dios y por España. Su instalación en el pulmón verde de Castelló se materializó después de la Guerra Civil. En 1979, el Ayuntamiento resignificó el lábaro por acuerdo plenario para dedicarlo a las víctimas de la violencia.

No obstante, el comité de expertos de la Conselleria de Calidad Democrática consideró que se trataba de un vestigio del franquismo, siendo un punto de encuentro y exaltación al dictador. De ahí que en 2017 el equipo de gobierno, denominado entonces Pacte del Grau, iniciara los trámites administrativos para extraer la pieza del Ribalta. En efecto, a principios de enero de 2023 se culminó la tramitación con la actuación en cumplimiento de la ley.

El actual ejecutivo, compuesto por el PP y Vox, siempre se opuso a la medida al considerar que en realidad el monumento tiene un sentido religioso. En base a ese planteamiento, sus distintos líderes manifestaron en repetidas ocasiones su disconformidad con la decisión tomada por el gobierno de izquierdas. Incluso, en el acuerdo de gobierno el partido de extrema derecha aboga por volver a instalar una cruz en el parque.

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