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Las arcillas caoliníticas no calcinadas han quedado excluidas del cbam

La arcilla importada para producir azulejo esquiva el arancel al carbono de Bruselas

6/10/2023 - 

CASTELLÓ. Las arcillas caoliníticas no calcinadas -materia prima necesaria para la fabricación de azulejos- no estarán finalmente incluidas en el Mecanismo de Ajuste en Frontera por Carbono (CBAM por sus siglas en inglés). Gracias a las gestiones llevadas a cabo por Ascer a través de Cerame-Unie, y con la colaboración del equipo de la eurodiputada Inmaculada Rodríguez-Piñero, se ha logrado que las arcillas caoliníticas no calcinadas tengan un factor de emisiones de CO2 cero dentro del Mecanismo de Ajuste en Frontera por Carbono (CBAM), evitando que esta materia prima necesaria para la fabricación de baldosas cerámicas se vea afectada por aranceles a partir de 2026.

"Con esta exclusión hemos conseguido salvar otro obstáculo en Europa, de lo contrario, la aplicación del CBAM nos iba a encarecer las materias primas y nos iba a restar competitividad una vez más", señala el secretario general de Ascer, Alberto Echavarria.

Hay que recordar que la industria cerámica no está incluida en la lista de sectores a los que a partir de 2026 se les aplicaría el mecanismo (hierro y acero, cemento, abonos, aluminio, producción de hidrógeno y electricidad). No obstante, se detectó que las arcillas caoliníticas sí se habían incluido en el listado original de materias primas gravadas con un arancel. Las arcillas caoliníticas se dividen en las que se usan en el sector cementero (las calcinadas) y las que usa el sector cerámico (no calcinadas); solo las arcillas utilizadas en el sector cementero deberían haber quedado sometidas al arancel establecido por la nueva normativa.

El sector importó 40.000 toneladas de arcilla en 2022

Desde Ascer, se han llevado a cabo una serie de gestiones ante la Comisión Europea para diferenciar la tipología específica de arcillas que van destinadas al sector cerámico, y lograr así que estas quedaran fuera del CBAM. El sector cerámico español importó desde fuera de la UE cerca de 40.000 toneladas de arcillas no calcinadas en 2022, un volumen de materia prima que podría haberse visto gravado a partir del año 2026 y que hubiese supuesto un incremento del coste de la producción y una merma de la competitividad.

Desde Ascer han puesto en valor "el importante papel que la industria europea juega en el mantenimiento de la economía y del bienestar del conjunto de la UE, por ello consideramos clave la colaboración con las instituciones europeas para proporcionar en todo momento información acerca de los sectores y actividades económicas sobre las que se regula. Una interlocución directa con los sectores puede servir para evitar perjuicios involuntarios que acaban transformándose en pérdida de competitividad frente a terceros, destrucción de tejido productivo, deslocalización y reducción de empleo".

Según declaraciones de la eurodiputada socialista Inmaculada Rodríguez-Piñero: “estamos en período de ajuste de la CBAM, por lo que es muy importante que nuestros sectores productivos estén atentos a posibles externalidades que pueda generar su aplicación definitiva en 2026. Gracias al trabajo conjunto entre ASCER, el Parlamento y la Comisión, se ha conseguido que en el caso de las arcillas caoliníticas no calcinadas la legislación se ajuste a las necesidades del sector. Como siempre digo, hay que estar presente en Bruselas todos los días y, en eso, nuestro sector cerámico es de los que mejor trabaja sus relaciones con la Unión Europea. Debemos seguir trabajando así”.

Mecanismo de Ajuste en Frontera por Carbono

El Mecanismo de Ajuste en Frontera por Carbono (MAFC) es un nuevo Reglamento con el que la Unión Europea pretende que los productores de fuera de la UE reduzcan sus emisiones. De tal forma que  los productos importados paguen el precio equivalente de lo que ya asumen los productores europeos a través del sistema existente de comercio de derechos de emisiones. La primera afectará a las importaciones de los sectores de cemento, electricidad, abonos, fundición, hierro y acero, aluminio e hidrógeno y se empezará a aplicar a partir de 2026.

Desde Ascer, su secretario general considera que "es una muestra más de la deriva de la política europea y de los obstáculos que se están poniendo a la industria en general". 


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