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los elevados costes energéticos y los derechos de emisión unen a ambas industrias

España e Italia, de duros competidores a fieles aliados cerámicos frente a Bruselas

10/11/2021 - 

CASTELLÓ. La industria cerámica española y la italiana, otrora duras competidoras en el panorama internacional, han dejado aparcada su evidente rivalidad como sector para ir juntos de la mano a Bruselas para reclamar soluciones que permitan aliviar las sobrecargas que les suponen los actuales derechos de emisión, los altos costes de la energía -con un precio del gas que ha quintuplicado su precio en un año- o unas materias primas disparadas.

Ascer y Confindustria Ceramica, las dos organizaciones empresariales que agrupan a los sectores de ambos países, como industria gasintensivas que son, preparan de este modo un encuentro con representantes de la Comisión Europea en la que está confirmada la presencia de sendos ministros de ambos países, con participación de la ministra española para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, y su homólogo italiano.

De esta forma, Castellón y Sassuelo, territorios español y transalpino que comparten la característica de concentrar la producción cerámica en ambos países y que aglutinan buena parte de la fabricación mundial del azulejo frente a los gigantes asiáticos, han hecho causa común no solo ante los productos extracomunitarios, sino también intracomunitarios. Así desde España e Italia se reclama que Bruselas tenga en cuenta los avances que, en materia de emisiones, han llevado a cabo desde los años ochenta. Una circunstancia que en su día no se dio en los países del Este europeo, como Polonia o Hungría -aún sobredependientes del carbón- pero sobre los que hoy la Unión Europea aplica tabla rasa en perjuicio de los intereses hispanoitalianos.

Visita de los presidentes de las patronales cerámicas de Italia y España al stand de Porcelanosa en Cersaie, acompañados por el jefe del Consell, Ximo Puig.

La pareja situación que vive la industria cerámica española e italiana llevará, de este modo, a una situación extrema a ambas si sigue desbocado el precio de la energía. Si para los productores castellonenses esto supondría un sobrecoste de unos 700 millones, según avanzaba a Castellón Plaza el presidente de Ascer, Vicente Nomdedeu, el quebranto económico para los hoy aliados italianos puede suponer una factura de 1.250 millones de euros en 2022, lo que representa una cuarta parte de todo lo que factura el sector.

Para ambas organizaciones, estos costes serán inasumibles, advierten a ambos lados del Mediterráneo, ya que el gas representaría ya más del 25% de los costes de fabricación. Como ejemplos, la multinacional española Pamesa, el principal grupo cerámico europeo, ha venido a señalar que el incremento de la tarifa del gas les supone pasar de un coste mensual de 8 millones de euros a 33; y en el lado italiano, empresas como el Romani Group han visto cómo esta fuente de energía ha pasado de costarles de 0,2 euros/MWh a más 1 euro/MWh , que es el equivalente a un aumento en la factura energética anual de 8 millones de euros a 25 millones de euros, según ha señalado el presidente Giorgio Romani en su cuenta de LinkedIn y que recoge el portal CWW.

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