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un abogado al frente de azulejos peña, la mayor distribuidora nacional de cerámica

Juan Pajares: "Si la venta de azulejo en la anterior crisis cayó un 50% en 6 años, ahora ha sido en 2 meses"

25/05/2020 - 

CASTELLÓ. Si a la recuperación de la cerámica tras la pasada crisis del 2008 hubiera que ponerle nombres propios, sin duda Juan Pajares, director general de Azulejos Peña, sería uno de ellos, al ser el mayor distribuidor nacional de productos cerámicos y figura clave de la expansión del sector durante los últimos años. Desde su sede central de Arganda del Rey y la tutela de su media docena de tiendas distribuidas por la Comunidad de Madrid, este empresario atiende a Castellón Plaza.

Casi 31 años después de pisar la empresa tras contraer matrimonio con Ana Peña, heredera del fundador de la compañía, este abogado Master en Administración de Empresas por la IE Business School, es una de las personas más reconocidas y reconocibles del sector azulejero, al que se le puede ver en ferias internacionales, como es el caso de Cevisama, entidad que le premió en 2018 con sus primeros premios a la distribución. Hoy, en medio de una nueva crisis -esta vez a consecuencia de la pandemia del coronavirus- el sector mira de nuevo a perfiles empresariales como Juan Pajares, dotado para conocer un diagnóstico muy aproximado de la situación, además de ofrecer propuestas que contribuyan a un nuevo renacimiento del sector.

-Descríbame cómo ha llevado su sector este estado de alarma a lo largo de las últimas semanas.
Digamos que hemos pasado una travesía en el desierto, mar y montaña -exclama-. La verdad es que ha habido mucha incertidumbre porque no sabíamos muy bien a qué atenernos y se ha actuado de una manera muy improvisada. Al principio había que actuar de una manera, luego se paró del todo, después se pudo trabajar bajo una serie de parámetros nada claros; que las obras mayores arrancaban, las menores no… las publicaciones de BOE los domingos por la noche, a la hora de comer, en diferentes horarios, cierre de tiendas durante dos meses... Una incertidumbre muy grande y todos sabemos que es muy mala consejera para los intereses del sector y de la economía en general.

"nunca antes había asistido a una crisis como la actual. nunca".

-Lleva muchos años en esto... ¿se ha visto en otra así?
Nunca. Nunca nos hemos encontrado en unas circunstancias como éstas. Hay que tener en cuenta que la crisis del 2008 fue enorme, pero vino de manera más progresiva. Las ventas llegaron a bajar un 50% pero fue en un plazo de unos seis años, hasta el 2014, que fue el punto de inflexión. Entre medias, recuerdo que sí hubo un buen número de impagados. Ahora, de momento, no vemos impagos, pero seguro que habrá. Hemos visto cómo en apenas dos meses y medio se han reducido las ventas en un 50%. Nunca antes había pasado. Lógicamente, esta crisis es mucho más crítica y, como digo, todavía no han empezado literalmente los impagados, pero se prevé que cuando todo se reabra y los juzgados vuelvan a la actividad normal se sabrá la situación real del sector, de la construcción y de la economía en general.

Esa desescalada de ingresos a la que nos vimos abocados a lo largo de cinco o seis años en la crisis anterior, ahora ha ocurrido en apenas dos meses y medio.

Juan Pajares, en la sede de su compañía, en Arganda del Rey.

-¿Qué cree que es lo prioritario ahora?
Hay que dejar abrir las empresas, en general; eso sí, tomando las medidas sanitarias y de prevención que correspondan, lógicamente. En lo que concierne a nuestro sector, es importante abrir nuestras tiendas que, por lo general, son superficies muy grandes, superiores a los 400 metros, y donde se da una alta distancia entre las personas. También es importante profundizar en la cita previa. Parece que lo que se está promoviendo es lo contrario: limitar el aforo a los sitios más grandes a los 400 metros, lo que provoca una concentración que veo innecesaria. Y más en nuestro sector, donde es más fácil y más seguro ofrecer nuestro producto en amplias superficies.

Repito; hay que abrir la economía sin descuidar la salud, que es lo prioritario. Siempre hay que tomar todas las precauciones posibles. Pero no se puede parar la economía porque la crisis social se agravará y no se resolverá la crisis sanitaria. Ha pasado mucho tiempo de parón y hay que activar la economía, porque los negocios no pueden estar sin actividad por largo tiempo.

-¿Cómo ha afectado a su empresa las restricciones de movilidad en los tráficos?
Pues le diré que es lo que menos nos ha afectado a nosotros, porque el tráfico de mercancías siempre ha funcionado a lo largo de todo este tiempo. Cuando hemos enviado o recibido tráficos, tanto nacionales como internacionales, no hemos tenido grandes problemas, salvo esas dos semanas que se restringió totalmente la movilidad, pero fue algo puntual y enseguida volvimos a operar con el transporte.

"no creo en las subvenciones, porque suelen distorsionar el mercado; pero esta es una situación excepcionalmente complicada y hay que actuar".

-La reforma y rehabilitación son ámbitos muy tocados por esta crisis. ¿Cuáles son las urgencias en este sector?
Las reformas y la rehabilitación de viviendas suponen el 50% o más de todo lo que mueve el sector de la construcción en España. De ahí que es necesario que se le deje trabajar porque, si no, con el problema de empleo que hay, se traduce en un enorme problema social. Hay autónomos, empresas pequeñas, profesionales como los albañiles que llevan más de tres meses parados y esto no puede ser.

-¿Tan necesario es ir a una fiscalidad más amable con las empresas? ¿Qué cambiaría o mantendría?
No creo mucho en las subvenciones, porque al final lo que hacen es distorsionar la actividad y las expectativas económicas, el mercado. Y dicho esto sí puedo decir que en casos como estos no valen nada soluciones que hablan de retrasar un mes o dos las obligaciones tributarias. Esto lo que provoca son situaciones anómalas que no se entienden; por ejemplo, ahora las empresas están peor que hace un mes para afrontar los pagos, del IVA, las cuotas… se junta con la declaración de la Renta. Lo que al final pasa es que la pelota se hace más gorda. Lo que se tendría en un momento tan excepcional como éste es apostar por las ayudas directas, promover bajadas de impuestos o derogaciones en las obligaciones derivadas de parones largos de la actividad. Es la manera de luchar de manera eficaz, porque lo prioritario debe ser asegurar la viabilidad de los negocios y que puedan sobrevivir a esta crisis.

"es muy complicado mantener las plantillas cuando los ingresos caen un 50%. De ahí que sean necesarias acciones a favor de la empresa y los trabajadores. Evitaríamos un alto coste social y económico".

-¿Y cómo afectará al empleo?
No acierto a saber cómo acabará el asunto de los ERTE, pero como no se dé una salida a este problema y viendo cómo las empresas han bajado sus facturaciones entre un 30, un 40 o incluso un 50%, está claro que no se pueden seguir manteniendo la misma mano de obra y las plantillas actuales. En concreto, en sectores como los nuestros de la construcción siempre hay una persona, un operario detrás por mucha maquinaria que haya. Por ejemplo, para atender a un cliente necesitas a una persona detrás de un ordenador, para llevar un camión se necesita un conductor… El que alicata es una persona, no hay máquinas que alicaten. Si la cosa está parada durante meses, las empresas se verán abocadas a reducciones de plantilla, con lo que se consigue un doble efecto negativo: por un lado, el daño económico a las empresas y, por otro, el elevado coste social que arrastra.

-¿De qué manera cree que afectará la 'nueva realidad' a su sector?
Va a cambiar todas las relaciones personales, el contacto físico, sin duda. Por otro lado, todas estas medidas que se están tomando lo que conllevarán será, por un lado, mayores costes; y de otra parte, se complicarán mucho más las transacciones. Si bien en otros sectores comienzan a funcionar lo que se conoce como relaciones telemáticas, en el sector cerámico aún queda mucho por hacer en lo que concierne al comercio electrónico, internet… El producto cerámico tiene connotaciones que son complicadas de mostrar al cliente, porque ofrece texturas, aspectos que requieren contemplarlas al natural para tener una idea clara de cómo es un género determinado. Y eso que hay muchos y buenos catálogos. Pero, hoy por hoy, se compra mucho más teniendo acceso al producto físicamente que hacerlo on line.

Otra cuestión que va a cambiar es la necesidad de evitar aglomeraciones en las tiendas. En definitiva, la relación con el cliente cambiará y mucho, lo que hará que tengamos que afrontar mayores costes y, en principio, menos ingresos. Es una ratio que no suele salir muy bien, pero es a lo que nos debemos acostumbrar: a un escenario más restrictivo en lo que concierne a las relaciones personales y comerciales. Es algo que afectará más a unos sectores que a otros, como es el caso de los servicios, pero que arrastrará a la cerámica y a la construcción, porque estos son, en definitiva, otros tiempos.

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