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de Forcall a Puebla de Arenoso

La arquitectura que teje recuerdos y recupera espacios en olvido

10/08/2023 - 

CASTELLÓ. ¿Qué papel tiene la calle en nuestro día a día? Aunque la pandemia nos hizo echarla de menos como nunca, ¿se habita lo suficiente? "La calle no es un tubo por el que desplazarse", opina el arquitecto Javier López Bautista, sin embargo, en muchas ocasiones lo parece y esto nos afecta por completo. "No es bueno que la gente viva demasiado en las madrigueras. Hay que volver a hacer más vida en la calle, porque en realidad a nuestras viviendas hemos de ir a descansar, pero vivir no se vive ahí". 

Si nos fijásemos más en nuestro entorno nos daríamos cuenta de que ciertamente hay más espacios degradados que listos para su uso. Un problema que se intensifica en las poblaciones pequeñas, donde muy probablemente hay una plaza, pero decenas de áreas dedicadas a vertederos improvisados y aparcamientos. La solución, explica Bautista, no es convertirlo todo en "plazas duras", pero tampoco emplearlas para malas practicas como es la acumulación de escombros. "Sería casi imposible dar un cifra exacta de los espacios que existen en malas condiciones". 

Cada año la Diputación de Castellón organiza el concurso de regeneración urbana CRU, con el que emplaza a remodelar espacios de la provincia que no tienen ninguna utilidad. Un reto en el que los diferentes arquitectos deben, además, usar la cerámica como material principal. Las propuestas de Javier López Bautista han resultado ganadoras en las últimas dos ediciones, y gracias a esto se ha podido reconvertir dos lugares olvidados de Forcall y Puebla de Arenoso. Poblaciones de no más de 500 habitantes, que cuentan más bien con pocos recursos.

Un lugar efímero

En Puebla de Arenoso, el profesional topó con un lugar de "tránsito" que reunía todas las condiciones necesarias para metamorfosear. La llamada calle Veca ha sido prácticamente "echada a un lado". Situada al sur de la población, conecta únicamente por la cv-20, y en consecuencia se ha convertido en una vía abandonada que muy puntualmente se utiliza para el almacenaje. Sin embargo, pese a la lejanía con el centro, su ubicación es perfecta, porque sirve de paso entre el pueblo y el cementerio, donde además se encuentra la antigua ermita, varias bodegas, el antiguo matadero y el lavadero municipal. 

"Es un espacio pequeño sin consolidar, que la población simplemente olvidó que existía. Y, en realidad, su ubicación es de las más privilegiadas del municipio por el significado histórico, religioso y sentimental que tiene". 

Para su nueva vida, el valenciano se planteó convertirla en un mirador. "Un lugar más reflexivo. Un lugar efímero, que no te invita tanto a permanecer, sino a pensar y apreciar el entorno". A esta idea decidió llamarla 'La Mirada circular', ya que el mirador -cubierto por una ligera pérgola- aprovecha las vistas, pero no fuerza ni enmarca el paisaje, sino que se abre al entorno para que sea el espectador quien decida qué ver. "Es un camino cargado de simbolismo y espiritualidad, el propio ciclo de la vida, el comienzo y el fin. La propuesta mediante una materialidad sobria, sencilla y sosegada, pretende ser un descanso en ese camino". 

Todavía en fase de ejecución, se espera que los vecinos puedan disfrutar de ella a partir de noviembre.

Un punto de encuentro

En el caso de Forcall, Bautista propuso recuperar un solar que estaba siendo usado como aparcamiento improvisado y lugar en el que apilar escombros. Aunque, en este caso también, su potencial era evidente. "Conecta con la vía principal y además está cerca de una residencia de ancianos. A partir de aquí pensé en crear un espacio que conectara tanto a nivel temporal con el pasado de la población, como con el presente y el futuro".

Esto se tradujo en un lugar de reunión para el uso y disfrute de los vecinos. Un espacio que da servicio a la residencia, pero que además pone en valor el antiguo nevero que allí había. También se incorporó un olivo, como un nuevo "hito", símbolo de lo que perdura. "La plaza en sí misma es una cápsula del tiempo, unas placas metálicas grabadas, unas mezcladas con el pavimento y otras situadas de forma radial en torno al olivo, conmemoran lo que los vecinos desean transmitir a generaciones futuras".  

Finalmente no todos los planes del arquitecto salieron adelante, porque se decidió ubicar en medio de la plaza un centro de salud y se modificó el proyecto, pero a día de hoy se ha conseguido convertir la plaza en un punto de encuentro vivo para los vecinos. "Hace poco hablé con el alcalde y me dijo que se utiliza mucho, sobre todo la residencia, porque se resguardan en invierno y lo utilizan para tomar la fresca en verano. Teniendo en cuenta que el consultorio todavía no está abierto, ni se sabe cuándo será, se usa más de lo que esperaba", manifiesta Bautista.

En cualquier caso, ambos proyectos- y el del resto de profesionales- han valido para demostrar lo importante que es recuperar el espacio. Hacerlo propio y cuidarlo. 

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