CASTELLÓ. La telaraña orgánica de Esquerra Unida (EUPV) atrapa a Podem Castelló para reeditar la confluencia con vistas a las elecciones municipales del 28M. La formación que lidera Silvia Peris alarga varios meses el debate interno respecto a la confección de la lista. Esa reflexión amenaza con prolongarse hasta febrero. Así lo apuntan fuentes cercanas a la negociación, que reconocen que esa demora deja a la formación morada en una situación un tanto insólita, sobre todo si se tiene en cuenta que su número uno, Marisol Barceló, se oficializó hace más de un mes.
Sin una candidatura cerrada entre ambas fuerzas políticas, resulta harto complicado iniciar la precampaña o avanzar en el diseño de una estrategia electoral. Es más, ni siquiera está definido cómo se desarrollará el proceso de primarias para consensuar el equipo con el que se concurrirá a los comicios. Todo hace indicar que se repetirá la fórmula de 2019, cuando se celebró un proceso de votación abierto a los afiliados e inscritos de los partidos implicados (Castelló en Moviment completó el trío).
Sin embargo, el sistema elegido dependerá del acuerdo final, así como de la posibilidad de incorporar en la convergencia a nuevos actores, como Alianza Verde. Tanto EUPV como Podem Castelló insisten en sumar partidos a la izquierda del PSPV. Al respecto, parece descartado incorporar a Compromís en vista de que la formación valencianista rechaza cualquier pacto que implique renunciar a su marca.
En este punto, y con independencia de que las voluntades evidencien la buena sintonía para revalidar la confluencia, lo cierto es que sin una alcaldable (o un alcaldable) visibilizar en la calle el nuevo proyecto supone en la actualidad misión imposible. De hecho, el compás de espera obliga a Barceló, candidata de Podem Castelló, a limitar su acción política a la gestión interna del propio partido.
Fuentes de la formación morada confían en que al menos durante las próximas semanas se pueda producir un acercamiento con EUPV al objeto de dar continuidad a la confluencia. En este sentido, las mismas fuentes plantean seguir el mismo modelo de otras ciudades, como Gandía, en la que sin estar nombrados los cabezas de lista las direcciones sí han sentado las bases del acuerdo participar en las próximas elecciones de forma conjunta.
Lo que parece evidente es que las dos fuerzas políticas están condenadas a entenderse. Juntas tienen más que ganar que perder, ya que por separado reducen sus opciones de entrar a formar parte de la corporación en el Ayuntamiento de Castelló. De ahí que en las últimas municipales decidieran aliarse, consiguiendo finalmente dos concejales, Fernando Navarro y María Jesús Garrido.