Fotos: Antonio Pradas
CASTELLÓ. El Acord de Fadrell pone la directa con el Plan General (PG) de Castelló después de aprobar la pieza Estructural el pasado 28 de junio. Ante la necesidad de ganar tiempo, los técnicos municipales trabajan actualmente en tres frentes muy concretos. El primero corresponde a la implementación de una plataforma informática que permita a los funcionarios de la Comisión Territorial de Urbanismo consultar y descargarse el citado documento Estructural para su revisión. El segundo se refiere a la resolución de las alegaciones del Pormenorizado, la otra herramienta del planteamiento urbanístico. Y el tercero obedece al desarrollo de las unidades de ejecución incompletas.
En este último caso, cobran especial protagonismo los barrios periféricos de montaña. En concreto, la Choquera y el Racó del Mercader. Se trata de una amplia zona de más de 132.000 metros cuadrados, en el entorno del pantano de María Cristina, y cuyo coste de urbanización se eleva hasta los 6,5 millones de euros, según figura en el informe de viabilidad económica del PG. A pesar de la abundante presencia de vivienda consolidada, carece de algunos servicios básicos, como el alumbrado público o el alcantarillado. De ahí la necesidad de diseñar un programa de actuación adecuado.
En realidad, es el mismo caso que la Marjaleria, donde el consistorio prevé mejorar las infraestructuras a través de planes de minimización de impactos y de reformas interiores. La redacción de esos proyectos debe concluir justo en el momento de validar el Plan General por pleno para, así, acometer las intervenciones de forma secuenciada y estructurada.
Como ha sucedido con el núcleo residencial de Los Ángeles, el Ayuntamiento se encargará de la dirección y ejecución de las obras. Incluso, asumirá el 10% de la urbanización. El 90% restante será sufragado por los propietarios de los terrenos mediante contribuciones especiales, que se pasarán en los sucesivos años.
"Queremos que esté todo listo para cuando la Comisión Territorial de Urbanismo nos devuelva el Plan Estructural", reitera el portavoz del gobierno municipal, José Luis López, quien confía en tener novedades a partir de septiembre. "No creemos que vaya a haber problemas", añade, en relación a la aceptación de las alegaciones incorporadas, siempre conforme a lo que establece la Declaración ambiental y territorial estratégica (Date).
La Ordenación Estructural afecta al término municipal completo y define el modelo urbanístico, a la vez que configura las bases en las que se divide el territorio en sus distintas zonas y usos, coordinando y regulando su localización. Asimismo, clasifica y califica el suelo, estableciendo las condiciones básicas para su desarrollo y sostenibilidad. Por otro lado, concreta las zonas de distinta utilización del suelo, vertebrándolas mediante la infraestructura verde y la red primaria, dotaciones y equipamientos públicos. Por su parte, la parte Pormenorizada regula la edificación (rasantes y alturas), teniendo un carácter subordinado.
Según las previsiones del equipo de gobierno, el planeamiento urbano debería ser una realidad antes de finalizar el presente año. En este sentido, el plazo de vigencia de las actuales normas urbanísticas transitorias de urgencia se amplió en febrero. Así, en lugar de concluir el 21 de junio de 2021, lo hará el 30 de abril de 2022. El Fadrell entiende que ese margen permitirá liquidar el Plan General a tiempo.