CASTELLÓ. Desde hace dos años Empar Pérez Adelantado asiste al club de lectura que la biblioteca pública de Castelló 'Rafalafena' organiza para adultos. Para quien nunca haya estado en uno, el funcionamiento es muy sencillo. Un moderador propone una lectura que en el plazo de un mes todos deberán leer para posteriormente ponerla en común. "Es muy gratificante porque lo que tú no has visto, lo ha visto otra compañera. Cada una aporta su perspectiva y comentarios", cuenta Pérez, quien entre otros títulos, este año ha podido desmenuzar El gatopardo de Giuseppe Tomasi di Lampedusa, un libro que asegura dio mucho 'juego'. Aunque, seguramente, no tanto como el proyecto en el que ahora está metida. Empar Pérez se encarga de dirigir otro club de lectura en la biblioteca, en este caso, infantil. Un reto que le propuso la directora del espacio, Rosalía Cantero, este verano y que aceptó con mucho gusto, pero también nervios.
Huyen los niños y niñas de toda aquella actividad que les parezca una obligación, por eso, ¿cómo conseguir que vean la lectura como otra forma de entretenimiento? "Competir contra las maquinitas es muy duro, son muy atractivas y hay niños que tienen problemas severos de adicción a las pantallas desde muy pequeños. Por eso, es importante que la lectura les dé placer. De lo que se trata es de que quieran recurrir a ella para llegar también a mundos mágicos o, aunque no sean mágicos, que les puedan interesar", explica Pérez. Sin embargo, conseguir esto no es sencillo. Menos en edades de 8-10 años como es el caso del Club de Lectura de Rafalafena.
Aunque la profesional no es precisamente una novata en la materia -ha ejercido durante casi 40 años como profesora, primero en una escuela y después en instituto-, tuvo que documentarse bien y buscar actividades culturales parecidas en Internet para saber cómo hacerlo por tal de no fracasar en el intento. "Cuando enseñaba en la escuela, recuerdo que mis alumnos eran grandes lectores, pero el contexto ahora es distinto". Tiene Empar Pérez una hora, cada 15 días, para enganchar a una decena de niños y niñas a la lectura.
En la primera sesión fue la propia maestra quien leyó en voz alta El llibre de les virtuts per a nens, un clásico de William J. Bennett, traducido al valenciano. Pero antes ofreció una pequeña explicación que sirvió para contextualizar la obra y generar expectativas entre sus oyentes. A partir de aquí, los caminos que se pueden seguir son distintos: "Además de la parte de lectura, dramatizaremos el libro, lo comentaremos y también jugaremos a pensar un final alternativo de la historia", señala Empar, que, no obstante, en su primer encuentro no pudo poner todo esto en práctica, porque tenía que ver cuál es el nivel de lectura de sus usuarios.
"No puedes llegar y darle a un niño un libro para que lo lea en su casa y que tras unas semanas vuelva para comentarlo. Ni siquiera tengo la certeza de que en la próxima sesión vuelvan a estar los mismos. Nosotras en el club adulto sí somos fijas, pero a un niño no le puedes obligar. Aún así, tengo la esperanza de que pueda funcionar. Desde la biblioteca no nos queda otra que intentar complementar el trabajo que hacen los profesores en el aula", defiende Pérez. Además de esto, se les enseñara a realizar préstamos en la biblioteca, para que escojan su libro preferido que leer en vacaciones o en cualquier momento.
Dicho todo esto, compite la lectura con muchas otras actividades extraescolares: ¿por qué apuntarse a un club es importante?
–Empar Pérez Adelantado: "Los libros infantiles siempre tratan temas transversales, que nos importan en realidad a todos como sociedad, como puede ser la paz, el amor... Es lo que se denomina inteligencia emocional. La lectura que tenemos seleccionada para la próxima sesión Guillermo y el miedo, de Christine Nöstlinger, es ideal para trabajar este sentimiento. Los niños sienten mucho miedo a quedarse solos, a tener la luz apagada, y en muchas casos no quieren compartirlo. Con este texto les ayudamos a desmitificar el miedo y les enseñamos a expresarse. Son libros, además que gustan siempre".
Asegura sentirse afortunada, ya que siempre ha podido vivir de las palabras. Periodista, escritora y correctora literaria, Irene Genovés (Valencia, 1974) aprendió muy pronto a compaginar su carrera como reportera con la escritura para niños, con más de medio centenar de relatos publicados en los proyectos educativos de la editorial Santillana. Ahora acaba de salir a la luz su primer libro infantil en solitario, De Tutucán a Cantutú, un viaje al mundo de la imaginación «para todas las edades»