CASTELLÓ. El presidente de la Diputación de Castellón, el socialista José Martí, consigue romper a la oposición por segunda vez en esta legislatura. El voto favorable de Ciudadanos, ampliando la mayoría del equipo de gobierno (PSPV y Compromís) para sacar adelante el presupuesto, aísla a un PP que, además, se queda solo en su estrategia beligerante de atacar al bipartito en busca de rédito electoral. La puesta en escena del principal partido de la derecha, más allá de significar toda una declaración de intenciones con vistas a la precampaña, resulta forzada cuando la rigidez ideológica impide replicar ante las interpelaciones de sus adversarios, como ocurrió en el pleno extraordinario de este martes.
La líder del PPCS, Marta Barrachina, evitó el cuerpo a cuerpo con el concejal de Hacienda, Santiago Agustí, y el portavoz valencianista, Ignasi Garcia, para explicar cómo pensaba encajar sus enmiendas en las cuentas provinciales en vista de que "las descuadran en 47 millones de euros", advirtió el segundo. "Sea valiente y diga de dónde va a sacar el dinero", coincidieron ambos.
El Partido Popular, como hiciera en 2020 para debatir sobre las cuentas de 2021, rechazó apoyar el proyecto económico, rompiendo de alguna manera la armonía alcanzada el pasado año, cuando el PSPV y Compromís lograron que no hubiese votos en contra para avalar el presupuesto de 2022. La oposición se abstuvo en bloque después de incorporarse sus enmiendas. Bien es cierto que ese gesto no impidió cierta crítica por parte del grupo popular. Eso sí, en un tono muy diferente al esgrimido por la mentada Barrachina este martes.
La presidenta del PPCS acusó a Martí de "no ser de fiar" y calificó la coalición progresista de "sectaria". Ante lo que definió como "recital" de Agustí y Garcia a la hora de defender el presupuesto, reprendió al bipartido por "abandonar a las familias, endeudarlas y traerles malas noticias con subida de impuestos", subrayó. La popular abanderó la vehemencia tanto en su primera intervención como en la réplica. No alteró su tesis pese a que el diputado socialista y el portavoz valencianista le retaron a que explicara el encaje de bolillos para integrar sus propuestas.
Por el contrario, la representante de Ciudadanos, Cristina Fernández, varió su dialéctica en la segunda parte del pleno a fin de justificar el voto favorable a las cuentas de la Diputación. Un respaldo que agradeció Martí en su perorata de cierre. El presidente de la institución provincial admitió su frustración por no haber obtenido el apoyo del PP en ninguno de los cuatro años de mandato, ya que se marcó como objetivo el día de la toma de posesión avalar en algún monumento el proyecto económico con la aquiescencia de las cuatro fuerzas que componen la corporación.
"Este presupuesto es asumible por todos los grupos. Lamento no haber llegado a un acuerdo con el PP. Creo que os equivocáis", señaló dirigiéndose a los diputados populares.
Con la aprobación del documento económico, cuya cuantía asciende a 188 millones de euros, el equipo de gobierno fija la hoja de ruta para 2023, consolidando la tendencia expansiva. Todos los presupuestos desde 2020 se han caracterizado por su línea ascendente. Ese incremento, empero, no se ha traducido en grandes pactos políticos. En el primer ejercicio, la oposición se abstuvo para acreditar las cuentas de 2020. En el segundo, Cs se desmarcó y votó a favor. Una maniobra que se enmarcó dentro de la denominada "política útil" de la formación liberal, dispuesta entonces a buscar consensos con el PSOE con independencia del ámbito territorial. En el tercer año, el pasado, se repitió lo sucedido en 2019, mientras que ahora se vuelve a dar la misma situación de hace dos cursos.