CASTELLÓ. El portavoz de Podem-EU en el Ayuntamiento de Castelló, Fernando Navarro, advierte del peligro de desmovilización si hay "agraviados" en el acuerdo final que sellen ambos partidos para reeditar la confluencia y concurrir juntos a las elecciones del 28M. El líder morado, una voz autorizada pese a su decisión de no repetir, cree que resulta imperativo realizar un esfuerzo para "encajar las piezas". Solo así considera posible una alianza satisfactoria, en la que además se sienta integrado "el conjunto de los sectores sociales".
Navarro achaca la falta de avances en las negociaciones para revalidar la convergencia a la coyuntura actual, con dos direcciones desiguales [autonómicas] que buscan asegurarse sus cuotas de poder. "Es un contexto complicado. Al final, todos los pactos preelectorales son complejos. El espacio de la nueva izquierda se está organizando a todos los niveles. La dinámica de Castelló no está siendo diferente a lo que está sucediendo en otros territorios", explica.
El portavoz de Podem-EU insiste en la necesidad de alcanzar una entente en la que tengan cabida las distintas sensibilidades a fin de evitar afrentas. En su opinión, conseguir ese grado de complacencia debe suponer una prioridad, independientemente de los tiempos pese a que quedan menos de tres meses para los comicios. De hecho, recuerda el pacto in extremis alcanzado con Compromís en las generales de 2015. Aunque apenas hubo margen para una campaña potente, los resultados constataron que se trataba de la mejor alternativa para las fuerzas a la izquierda del PSOE.
Si bien la formación que lidera Marisol Barceló y el partido que encabeza Silvia Peris llevan más de un mes de reuniones, lo cierto es que los avances experimentados son insuficientes. Ni siquiera se atisba un acuerdo inmediato ante los alejados planteamientos. El principal escollo surge a la hora de marcar unos mínimos y unos máximos. Las exigencias de la fuerza morada, siempre a instancias de Valencia, dejan a EU en una situación de inferioridad tanto en lo que se refiere a la cabeza de lista como a la composición del resto de la candidatura.
El desencuentro en algunas cuestiones difícilmente vislumbra un acercamiento, salvo que una de las dos partes decida al final ceder de manera significativa. La disonancia se evidencia incluso para plantear los escenarios postelectorales. Aunque Podem y Esquerra Unida aspiran a mantener los dos concejales que ostentan en esta legislatura, los sondeos internos apuntan a una disminución de votantes, con efectos directos sobre la representación en el Ayuntamiento de Castelló.
Ante un hipotético descenso en el número de ediles, conservando al menos uno, el partido morado defiende un mandato sin alternancias y con su candidata al frente, a diferencia de lo que plantea la otra parte, con un curso de cuatro años compartido. Una sugerencia que EU propone también en otros territorios de la Comunitat Valenciana en sus conversaciones con Podem.
Los únicos puntos de encuentro en el tira y afloja para seguir con la confluencia obedecen a los ejes programáticos. Aquí no surgen dudas respecto al modelo a seguir y cómo debe enfocarse la (pre)campaña. En las demás asuntos, hay más desavenencias que avenencias.
El acuerdo contempla a Barceló (Podem) como alcaldable y a Peris (EU) de número dos