CASTELLÓ. Una firma azulejera más echa el cierre. La firma Polits l'Alcalatén, con la sede en el municipio castellonense de l'Alcora, ha entrado en fase de liquidación en el seno del concurso de acreedores en el que estaba inmerso desde hace casi un año. La compañía, dedicada al pulido y rectificado de piezas cerámicas, solicitó el concurso ante la delicada situación financiera y, tras el informe elaborado por el administrador concursal, la firma ya está en liquidación.
El edicto judicial, del pasado 12 de diciembre, acuerda el "cierre de la fase común" del concurso y la apertura de la fase de liquidación. Esto implica, por un lado, "la disolución" de la firma y el cese de los administradores, que serán sustituidos por la administración concursal. Pero además, supone el vencimiento anticipado de los créditos concursales aplazados y la conversión en dinero de aquellos que consistan en otras prestaciones.
La firma llegó a este puntos tras años en los que la deuda fue creciendo exponencialmente. De los pasivos de 2,7 millones de euros que presentaba en 2017 pasó a los 12,7 millones en 2020, año en que acometió una importante renovación de las instalaciones. El último ejercicio registrado (2021) presentó 12,1 millones de euros en deudas y fue el año con mayor deuda a corto plazo: 4,1 millones.
Entre los acreedores de la compañía y demandantes en el proceso concursal se encuentran sobre todo entidades bancarias. Desde el Banco Sabadell hasta Caixabank, pasando por Bankinter, Cajamar Caja Rural, el BBVA o Banco Santander, además de otras dos compañías, tal como reflejan los edictos del juzgado de lo mercantil número 1 de Castellón, que tutela el concurso.
Así pues, el auge del mercado del pulido y rectificado de cerámica no ha evitado la quiebra de la compañía, fundada hace 24 años. Según las cuentas presentadas por la firma, llegó a ganar 215.000 euros en 2017, aunque la cifra fue descendiendo a 150.000 y 39.000 en los años siguientes pese a mantener el nivel de ventas entre los 2,7 y los 3,1 millones de euros.
Sin embargo, el aumento de los gastos financieros fueron comiéndose la facturación y el año del inicio de la pandemia (2020), tuvo un resultado negativo de 122.000 euros pese a alcanzar unos registros de ventas similares a los de ejercicios anteriores. Una situación que en 2021 cambió al dispararse las ventas hasta los 5 millones, si bien los gastos financieros siguieron creciendo.