CASTELLÓ. El portavoz de Vox en el Ayuntamiento de Castelló, Antonio Ortolá, ha querido mostrar su repulsa contra el último asesinato por violencia de género en la localidad de Antella (Valencia), situándose junto al resto de concejales en el minuto de silencio convocado en la plaza Mayor de la capital de la Plana. El líder del partido de extrema derecha ha estado acompañado por su adjunto, Alberto Vidal.
Ortolá ha recordado, a través de un comunicado, que "Vox sí condena la violencia contra la mujer”, además de condenar "cualquier tipo de violencia". Asimismo, ha señalado que "debe caer todo el peso de la ley sobre quienes maltratan, asesinan o violan a mujeres", pero ha subrayado que "la ley debe ser igual para todos, como reza nuestra Constitución, cometa quien cometa los actos delictivos".
Respecto a por qué la formación de ultraderecha sí se ha situado este martes junto al resto de ediles y no lo ha hecho en otras ocasiones, Ortolá ha matizado que sencillamente "porque hoy no había pancarta ideológica". "La Ley de Violencia de Género no sirve para proteger a las mujeres, por el contrario, sólo ha servido para criminalizar a los hombres; el número de mujeres asesinadas no desciende con esta ley", ha explicado.
"Debemos crear una cultura de respeto hacia la mujer, analizar los perfiles repetidos de agresores sexuales y dejar de importar discursos civiles y religiosos que justifiquen la violencia contra la mujer. Vox no quiere que mueran más mujeres", ha sentenciado.
Lo cierto es que la imagen de los concejales de Vox junto a los demás representantes de los grupos políticos podría interpretarse con un guiño hacia el PP, con el que intentó llegar a un acuerdo de gobierno en Castelló antes de la investidura de Begoña Carrasco como alcaldesa. Sin embargo, ese pacto finalmente no se produjo pese a las conversaciones iniciadas. Al contrario, Ortolá se mostró muy duro en el discurso de toma de posesión y atacó al grupo popular por no sellar una alianza como en el parlamento valenciano. Los reproches crearon malestar en el núcleo duro de la primera munícipe.
Tanto es así que, a partir de ese episodio, las relaciones entre las dos formaciones se enfriaron, si bien es cierto que algunas declaraciones de la propia alcaldesa en los últimos días y ciertas decisiones acerca del reparto de competencias habrían dejado entrever un acercamiento de posturas. El gesto de ahora se podría enmarcarse dentro de esa estrategia de reconducir las negociaciones.