En el primer aniversario de la guerra de Ucrania, hace dos días el 24 de febrero de 2023 y tras haberlo estado anunciando recientemente, el Ministerio de Relaciones Exteriores de China ha publicado un documento que contiene su propuesta política para terminar y resolver el conflicto bélico de Ucrania. El máximo jefe de la diplomacia china, Wang Yi, un hombre poderoso que asesora directamente al Presidente Xi Jinping y que se encuentra incluso jerárquicamente por encima del Ministro de Exteriores chino (este caballero elegante siempre de raya diplomática, me interesa y se merece una columna), ha desplegado su actividad visitando Moscú con el propósito que su propuesta resulte viable. Al fin China está haciendo lo que debía haber hecho desde el principio de la guerra, es decir, tratar de conseguir que Rusia entre en razón ya que China es el único gran país que tiene esa palanca. Es cierto que China no lo hace con la contundencia que le gustaría a Occidente pero supone un cambio relevante de su posicionamiento respecto a la guerra. Y, sobre todo, implicaría precisamente un tanto diplomático que se apuntaría China en un momento que lo necesita. China tras tres años de pandemia tiene que recuperarse en el ámbito económico consiguiendo revitalizar sus exportaciones hacia Europa y evidentemente adoptar una postura de apoyo militar a Rusia resultaría contraproducente.
Por ello, antes de descartar de plano su propuesta, o criticarla probablemente con razones, conviene analizarla en detalle y considerar aquellos elementos que pueden resultar útiles para contribuir al fin del conflicto. Además, si la reacción de Putin es positiva, podría ser una oportunidad que deberíamos aprovechar.
Vamos a repasar estos doces puntos en los que detectaremos elementos claramente valiosos, algunos ambiguos y otros inevitablemente escorados hacia los intereses rusos:
- Respetar la soberanía de todos los países. La soberanía, la independencia y la integridad territorial de todos los países deben ser defendidas de manera efectiva. China exige que el derecho internacional universalmente reconocido por Naciones Unidas se cumpla. Esto pasa por el respeto escrupuloso de las fronteras de Ucrania. Este primer punto resulta probablemente el más positivo de los doce puntos. Para algunos comentaristas occidentales, con este punto los demás de la propuesta China resultan superfluos. Siendo coherentes, esto implicaría volver a las fronteras de Ucrania antes de 2014 cuando Rusia le arrebató Crimea. Echamos en falta para que este punto no perdiese su vigor que a la vez China condenase la invasión de Ucrania cosa que no ha hecho de forma expresa. Y este silencio o equidistancia han sido objeto de crítica en Occidente.
- Cesar en una dinámica propia de la Guerra Fría. China sostiene que se debe evitar que se creen bloques militares para preservar la seguridad de los países. Entiende que ese tipo de acciones lo que provoca es incluso mayor inestabilidad y que puede darse el efecto dominó. Aquí cabe apreciar que China da una de cal y otra de arena al parecer que condena (porque, como dije antes, expresamente no lo hace) por un lado la invasión por parte de Rusia del territorio de Ucrania pero también critica la decisión de la OTAN de incorporar a Ucrania justo en la frontera con Rusia y la amenaza para su seguridad que esto puede suponer. Este punto claramente beneficia al Kremlin que ha manifestado su oposición incluso antes de la invasión a que Ucrania se integrase en la OTAN.
- Cese absoluto de hostilidades. Esta decisión debería conllevar la salida de Rusia del territorio ucranio pero esto tampoco lo dice expresamente. El gobierno chino, entiende que la comunidad internacional debería actuar de forma constructiva para que Ucrania y Rusia alcancen un alto el fuego del conflicto.
- El anterior punto tendría como consecuencia la reanudación de las conversaciones de paz. El comunicado afirma que solo mediante la negociación se puede poner fin esta guerra. Considera que el diálogo y la negociación son la única solución viable a la crisis de Ucrania. Deben alentarse y apoyarse todos los esfuerzos que conduzcan al arreglo pacífico de la crisis. Se trata de uno de los elementos algo ingenuos de estos doce puntos (no es el único). Pero a veces es conveniente recordar lo obvio cuando parece que se ha olvidado. Por lo tanto debe darse un esfuerzo intenso por parte de la comunidad internacional para conseguir que se materialicen las conversaciones de paz entre el agredido y el agresor y generar estructuras que permitan que la negociación pueda llegar a buen puerto.
- Solucionar la crisis humanitaria. En Ucrania se está produciendo una tragedia humana inadmisible. El sufrimiento que ha provocado las muertes y la destrucción de la guerra deben pararse. Para ello China entiende que es prioritario que las operaciones humanitarias se rijan por los principios de imparcialidad y neutralidad evitando cualquier atisbo de politización. Solo así se protegerá la integridad física de los civiles. A estos efectos, China propone que se establezcan y en su caso se mantengan corredores humanitarios que permitan la evacuación de los civiles de las zonas de guerra. Pekín entiende que en este punto se debería delegar en la ONU por su acreditada capacidad de coordinación y de canalización de la ayuda humanitaria.
- Protección de civiles y prisioneros de guerra. Este punto está ligado al anterior. Y China recuerda a las partes en conflicto que el cumplimiento estricto del derecho internacional para estas situaciones bélicas no es ninguna opción. Actos bárbaros de agresión a civiles o instalaciones no pueden ser tolerados. Los niños deben estar especialmente protegidos. E incluso los prisioneros de guerra deben ser tratados con arreglo al respeto de sus derechos básicos y de las convenciones internacionales en la materia. En este sentido Pekín es partidaria del intercambio de prisioneros de guerra entre Ucrania y Rusia por lo que solicita que se establezca un procedimiento entre las partes en conflicto para lograr este objetivo.
- Mantener seguras las centrales nucleares. Este punto preocupa a China especialmente ya que el caos podría tener una consecuencias devastadoras para el mundo si se desencadenase por imprudencia o maldad el apocalipsis nuclear. Para ello, el gobierno chino manifiesta su tajante oposición a cualquier ataque armado contra centrales nucleares como acción de guerra por el peligro para la seguridad global que dicho acto conlleva. Recuerda a los contendientes la necesidad de que se cumpla la Convención sobre Seguridad Nuclear. También aquí Pekín entiende que el Organismo Internacional de Energía Atómica tiene que realizar su función de supervisor experto y fiable en este tipo de materias.
- Evitar la proliferación nuclear. Este punto está igualmente en estrecha relación con el anterior. China recuerda que el uso de armas nucleares es inaceptable y que se debe evitar que dicha posibilidad se extienda. La proliferación nuclear se debe prevenir y evitar a toda costa. Además el Gobierno chino manifiesta ser contrario y bajo ninguna circunstancia a la investigación, desarrollo y uso de armas químicas o biológicas por las catastróficas consecuencias que esto pueda tener no solo para las partes en conflicto si no para el resto del mundo.
- Facilitar y asegurar las exportaciones de cereales. No olvidemos que Ucrania es uno de los graneros del mundo y que de su exportación de cereales depende una parte importante de la población mundial. Asimismo si la exportación de cereales no se realiza, la presión sobre los precios y sus consecuentes efectos inflacionistas están resultando perturbadores para numerosas economías. Se trata de uno de los puntos de naturaleza económica más relevantes. Para ello, Pekín apunta que todas las partes deben ejecutar la Iniciativa de Granos del Mar Negro firmada por Rusia, Turquía, Ucrania y la ONU de manera completa y efectiva.
- Detener las sanciones unilaterales. Pekín es perfectamente consciente del daño que las sanciones suelen provocar a la larga en las economías de los países afectados. En este punto, le lanza claramente un capote a Rusia al expresar su rechaza de las sanciones unilaterales no autorizadas por el Consejo de Seguridad de la ONU. Y China es crítica con las medidas adoptadas por Occidente al respecto y solicita que se eliminen.
- Mantenimiento de forma estable de las cadenas industriales y de suministro. Todos somos conocedores del efecto negativo en la economía global que la guerra está teniendo en las cadenas de suministro de todo tipo, no solo industriales. Pekín insiste en la importancia de preservar la economía global oponiéndose a que el desabastecimiento se puede usar como un arma política.
- El último punto de los doce puntos mira al futuro y se centra en las acciones de reconstrucción de las zonas devastadas por la guerra. El gobierno chino llama a la comunidad internacional para que realice un esfuerzo en ayudar en la reconstrucción una vez (ojala) se concluya la guerra. Obviamente desde ya Pekín realiza su ofrecimiento de asistir y participar activamente en dichas tareas de reconstrucción.
Hay que destacar que estos doce puntos no constituyen un plan de paz. Están muy lejos del detalle, concreción y potencial eficacia de ese tipo de documentos. Se trata de un posicionamiento que sin embargo es muy útil y da muchas claves sobre dónde está China en el conflicto ahora y cómo podría convertirse en un elemento clave para su resolución.
En este sentido, probablemente China (frente a la propuesta de Lula en representación de lo que se llama ahora el bloque del Sur Global por cierto también apoyada por China) es el único país al que Rusia está obligado a escuchar. Por eso es interesante y no debe ser descartado de plano por mucho que adolezca de defectos importantes y por mucho que China sea un sistema autoritario.
Es cierto que adolece de premeditada ambigüedad, indeterminación y cierto buenismo. Pero sobre todo, si leemos entre líneas, no deja de resultar hipercrítico con el doble rasero de Occidente. Sin embargo, en este punto Occidente no puede dar muchas lecciones: su pasado colonial ha sido muchas veces abominable; la intromisión del poder militar de los Estados Unidos en interminables ocasiones desde que es imperio (desde nuestra guerra de Cuba hasta la invasión de Irak) y de la forma más despreciable (desde golpes de estado como el de Chile a la invasión pura y dura) no nos permite esgrimir la superioridad moral de la que muchas veces hacemos gala.
China, en un mundo cambiante, no puede evitar desde cierto justificado rencor apuntar a la falta de consistencia moral de muchos países occidentales. Y en todo esto el gobierno chino no está exento de cierta razón pero en ningún caso puede justificar un posicionamiento de ambigüedad o incluso de insensibilidad frente a un ataque determinado como es la invasión y agresión a Ucrania por parte de Rusia. Porque eso es simple y llanamente proclamar la vigencia total de la ley de la selva y la más brutal indiferencia frente a la tragedia humana que supone la guerra con la negación total de los derechos humanos más básicos sobre los que se sustenta la civilización más elemental. Por ello, si la propuesta de China contribuye, por ser China quien es y su singular relación con Rusia, a una solución a este conflicto, ¡bienvenida sea!