CASTELLÓ. El inicio de las obras para retirar la cruz de Ribalta "ya" es inminente, según apuntan fuentes municiopales. La empresa adjudicataria, Vainsa Infraestructuras, acaba de formalizar el contrato tras la aprobación por parte del Ayuntamiento de Castelló del plan de seguridad. Esto significa que el Acord de Fadrell (PSPV, Compromís y Podem-EUPV) mantiene la previsión de realizar el traslado al emplazamiento de la parroquia Santo Tomás de Villanueva antes de la Nochebuena.
La idea es que los primeros trabajos arranquen a mediados de la semana próxima, como tarde. Antes de vallar la zona y colocar el encofrado a la estructura para proceder a su desunión de la plataforma, la mercantil debe informar con una antelación de al menos 48 horas acerca de la fecha exacta de ejecución. Esa comunicación se justifica ante la necesidad de emprender aquellas acciones policiales encaminadas a garantizar la integridad física de los trabajadores y curiosos, como en su día avanzó el portavoz del equipo de gobierno, José Luis López, por la polémica que rodea al proyecto.
Vainsa cuenta con toda la documentación en regla y acredita la solvencia económica y técnica que exige el contrato. Asimismo, cumple respecto a la constitución del aval, cuyo importe asciende a 2.945,41 euros. Así se recoge en el acta de formalización, en la que, entre otras disposiciones, se compromete a respetar el plazo de garantía de un año desde la entrega de las obras.
La supresión de la cruz resulta especialmente compleja en la primera fase, conforme al calendario de trabajo estructurado por semanas. Más allá de proteger el lábaro con un molde de madera durante el izado y carga en el camión, el transporte tiene que efectuarse con sumo cuidado para que evitar vuelcos y roturas. De igual forma, la empresa debe asegurar el perfecto estado de la pieza en las operaciones de manipulación, de manera que se coloque en su nueva ubicación sin roturas.
Un informe técnico advierte que la cruz presenta daños estructurales. La existencia de humedades por la falta de mantenimiento eleva el riesgo de desprendimiento del hormigón. El esqueleto interno muestra evidencias de oxidación, por lo que esa primera fase de separación genera dudas.
La actuación en Ribalta no solo se limita a retirar el monumento, en aplicación de la ley de Memoria Democrática. También implica la restitución del jardín que existió en 1926. Se trata de recuperar un espacio con especies de las que se tiene constancia en el pasado, pero que desaparecieron a lo largo de los años. Por ejemplo, cedros (Cedrus deodara), cedros japoneses (Cryptomeria japonica) o pinos canarios (Pinus canariensis). Otras variedades incluidas en la memoria son laureles cerezo (Prunus laurocerasus), tejos comunes (Taxus baccata) y geranios de California (Senecio petasitis).
La eliminación del vestigio franquista y la restauración paisajística tienen un plazo de ejecución de seis semanas. Si las obras empiezan antes del 24 de diciembre, es posible que concluyan entre finales de enero y principios de febrero. El objetivo estriba en que el proyecto esté culminado varios meses antes de las elecciones municipales de mayo de 2023.