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al otro lado de la colina / OPINIÓN

90 años no son nada

En los momentos de mayor zozobra, y hoy es uno de ellos, es muy oportuno buscar la esperanza y el impulso mirando atrás y recordar todo lo que hemos podido avanzar hasta ahora

7/05/2022 - 

En el final del siglo XX, Zygmunt Bauman escribió “Modernidad liquida”, y puso negro sobre blanco la época del relativismo, de dudas y contradicciones, o incluso la superficialidad en la que vivimos hoy, aunque esta idea ya se ha manifestado en multitud obras, entre ellas literarias o  cinematográficas a lo largo de las últimas décadas, como esa polémica película “American Beauty”; aunque esas ideas son herederas de aquel filósofo presocrático llamado Heráclito de Éfeso que defendía que todo fluye, todo cambia, como el río en el que nadie podía sumergirse dos veces, en el mismo.

Así es como para analizar esos cambios esta semana en la Universidad Católica de Valencia en su grado de Criminología, celebramos un acto académico sobre la presencia en los últimos 90 años del regimiento de Caballería Lusitania entre nosotros los valencianos, con la participación del presidente de la Diputación Toni Gaspar, el coronel jefe de regimiento Roberto González , la Vicedecana de Criminología de la UCV Silvia Sempere y el que suscribe, donde también, como no, se trató la última actualidad internacional, así como una aproximación local de la Diputación, operacional del regimiento y Geopolítica durante esos 90 años.

Fue Flavio Vegecio Renato quien hace 16 siglos dejó escrita esa lapidaria y famosísima cita de Si vís pacen, para bellum (si quieres la paz prepárate para la guerra) en la que se transmite como en el ámbito geopolítico, anteriormente también denominado el arte de la guerra, en donde se juegan el derecho a vivir las sociedades así como la permanencia de sus estructuras políticas, no se puede dejar nada al azar, es fundamental la planificación porque si no después llegan las guerras, masacres y genocidios varios, y ya saben lo que dijo Erasmo de Rotterdam que la paz más desfavorable es mejor que la guerra más justa.

Por eso, antes de planificar es fundamental saber de dónde venimos, y sobre todo a donde vamos, porque algunos parecen que no saben que quieren ser de mayores, y eso que ya peinan canas. Cuando el regimiento Lusitania vino a Valencia (1931) llevábamos una docena de años de paz a nivel mundial, después de la firma en 1919 del Tratado de Versalles. La situación geopolítica era de un cierto equilibrio, de una tranquilidad o incluso calma, que podíamos decir que era la que precedería a la tormenta, eso sí con diversos episodios bélicos por el mundo, como la invasión en ese año de Manchuria por parte del imperio japonés o al siguiente año en América la guerra del Chaco entre Bolivia y Paraguay, o la otra guerra entre Colombia y Perú, etcétera.

Después llegaron los años 30 del siglo XX y se produjo esa vertiginosa carrera cuesta abajo hacia la guerra, al no saber las potencias de la época gestionar la frágil paz de Versalles, pues en ésta se pusieron los cimientos de la segunda parte de la Gran Guerra (como se llamaba la primera guerra mundial -IWW- antes de que existiera una segunda -IIWW-) o sencillamente su revancha, en donde los totalitarismos como la Alemania nacional socialista y la fascista Italia, aliados con el Japón del emperador Hirohito se enfrentaron con una gran coalición de diferentes países, tanto occidentales que eran democracias liberales, como la comunista-totalitaria (y antigua aliada del III Reich en la ocupación de Polonia) Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas –URSS-. Tras la IIWW se produjo la defunción definitiva de aquel mundo multilateral o multipolar, como era la época de los grandes imperios surgidos en el siglo XIX, dando lugar al mundo Bipolar.

Este mundo liderado por dos polos o dos hegemones, como eran la URSS y los Estados Unidos de América –USA- representaban dos concepciones distintas del mundo, por una parte el totalitarismo comunista de la URSS con su dictadura del proletariado y economía planificada, por otra la economía capitalista del libre mercado de las democracias liberales. Europa Occidental pasó a crecer a la sombra de los USA y de la OTAN gracias al Plan Marshall, pues renunció a la autonomía estratégica al fenecer su Comunidad Europea de la Defensa, que había surgido con el impulso de la Declaración de Robert Schuman de 9 de mayo de 1950, por el voto en contra de Francia en agosto de 1954.

Durante el medio siglo que duraron estos dos grandes bloques se produjeron multitud de conflictos a través de países interpuestos o aliados, lo que hoy se llama las Proxy Wars, denominándose al periodo Guerra Fría. Finalmente el sistema socialista colapsó y la URSS implosionó, y eso que Mijaíl Gorbachov intentó salvarlo a través de dos líneas de acción estratégica, la glasnost o transparencia y la perestroika o reestructuración, frente a la reacción de Ronald Reagan por la escalada soviética en la Guerra Fría a partir de mediados de los 70 con la invasión de Afganistán, proliferación de guerras en el Tercer Mundo o la revolución nicaragüense, etcétera., así como también el apoyo de otros aliados como Margaret Thatcher, y la confluencia ideológica-espiritual y por adelantado del Papa San Juan Pablo II y el factor polaco de Solidarność (sindicato Solidaridad), este fin de la URSS supuso la aparición de 15 repúblicas en el espacio post soviético, por lo que Moscú perdió un tercio de territorio y la mitad de población.

En 1991, tras la desaparición de la URSS y del Pacto de Varsovia tuvo lugar la emergencia del mundo unipolar, con el liderazgo de USA, siendo incluso denominado el gendarme del mundo y eso que el presidente George Bush (padre) en una entrevista de agosto de 1992 afirmó que "Estados Unidos no puede ser el gendarme del mundo", incluso algunos intelectuales de las latitudes occidentales emborrachados por la victoria llegaron a titular su obra como “El fin de la historia el ultimo hombre”, en concreto fue Francis Fukuyama el “visionario”, y nunca más lejano de la realidad,  pues la historia de la humanidad y sus civilizaciones nunca se detiene, es como la historia de las seres vivos nacen, crecen y desaparecen.

En la primera década de esa época unipolar se habló de los dividendos de la Paz al disminuir los gastos en Defensa, se produjo una ensoñación con esa paz, de la que los USA fueron despertados en 2001 con el estruendo de la caída de las Torres Gemelas, tras el atentado Yihadista, dándose cuenta de su vulnerabilidad. En la segunda década del liderazgo americano dio comienzo a la llamada Guerra contra el Terrorismo, y multitud de conflictos, sobre todo en el entorno de Medium East-North África -MENA- (mundo musulmán), mientras empezaba a resurgir Rusia como potencia y actor geopolítico, gracias a los recursos energéticos y al liderazgo de Vladimir Putin que se había puesto a su frente el 31 de diciembre de 1999, así como la transformación de China de no sólo la fabrica del mundo sino también en su banco, y encumbrarse a competir contra los USA bajo la jefatura de Xi Jinping

A partir de 2010, tras la crisis de la Sub prime de 2008 en USA y su contagio al resto del mundo, se produjo la escenificación del desafío ruso, personificado por Putin que ya había avisado en el 2005 (para el publico domestico en su DUMA, parlamento) del lamento de la desaparición de la URSS, como el mayor desastre geopolítico del siglo XX, después en 2007 repitió esas palabras para el público foráneo en la Conferencia de Seguridad de Munich, mientras Occidente descentrado estaba perplejo con infinidad de desafíos, y el posible surgimiento del multipolarismo, pero con las consecuencias internas que muchos han podido observar, como son la proletarización de la clase media y pobreza de la clase trabajadora, y la paulatina desnudez y debilidad de los Estados frente al globalismo.

Después en el 2020, cuando parecía que salíamos finalmente de aquella crisis llegó la Pandemia y sus consecuencias, que aún sufrimos. Y por si fuera poco en este 2022, la operación militar especial de Rusia o invasión de Ucrania, que sufrimos los europeos en nuestros bolsillos (por el momento) y los ucranianos en sus carnes. Estos días, además, nos encontramos en un momento muy complicado de esa invasión pues dentro de las múltiples incertidumbres operacionales, parece que se aproxima una fecha talismán para los rusos como es el 9 de mayo, Día de la Victoria, y frente a la que todo el mundo está a la expectativa de lo que pueda hacer Putin, dado que la ofensiva inicial, según lo que parece, no ha salido tal cual los planes habían previsto, y se puede esperar cualquier cosa de él, pero me barrunto que pueda haber escalada.

Por si eso fuera poco parece que China tiene problemas y serias dificultades con el Covid, pues con su forma de gestionar la lucha contra la pandemia están apareciendo problemas a nivel sanitario, además incluso políticas pues están teniendo lugar caceroladas de ciudadanos hartos de confinamientos (algo impensable para una dictadura como aquella) principalmente en Shanghai, donde su puerto está provocando unos serios problemas a nivel económico mundial, dado que es uno de los principales centros de comercio del Asia-Pacífico, y puede dificultar (siendo un elemento más) la recuperación económica global, y está ralentizando las cadenas de suministros internacionales, pues en los pasados días se produjo un atasco de unos 500 buques porta contenedores para descargar en aquella zona.

Ya ven desde que la Caballeria del regimiento Lusitania está entre nosotros la historia ha pasado tan rápida para la Humanidad, que para ella no han sido nada esos 90 años, esperemos que podamos vivir en Paz muchos más.

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