Hoy es 15 de noviembre

AL OTRO LADO DE LA COLINA / OPINIÓN

China, de nuevo

Otra vez el candidato a hegemón, el dragón rojo, ocupa titulares por culpa del Covid-19, pero también es protagonista estos días por otras cuestiones menos conocidas

20/06/2020 - 

Todos los noticiarios del mundo llevan días repitiendo el mismo titular, rebrote en Pekín, rebrote en Pekín, rebrote en Pekín. Esta reaparición del coronavirus, en las tierras donde todo comenzó, ha preocupado a las Cancillerías de medio mundo, pues ha dado que pensar, que si el régimen comunista chino, con todos sus controles sociales, no ha podido evitarlo, que vamos a poder hacer lo países democráticos más laxos en los confinamientos, aunque unos más que otros.

Por otra parte, la sensación de incertidumbre que genera el virus de Wuhan, es mayúscula, a pesar de los continuos intentos de generar optimismo al anunciarse, descubrimientos y pruebas de vacunas por doquier, de las que se desconoce su posible eficacia; y recordemos que hay otros virus, como el del Sida, que a pesar del tiempo y el dinero invertido, se sigue sin descubrir ninguna, aunque si antivirales. Parecería además, que el virus practicase el engaño, por las continuas informaciones contradictorias que recibimos, y que recuerda aquello que el tratadista chino Sun Tzu decía hace unos 2500 años, el arte de la guerra se basa en el engaño, en esa particular guerra existente entre los seres vivos y los virus, y en la que por el momento, el ser humano no ha ganado ninguna batalla decisiva al Covid-19.

Y al hablar de batallas y de China, es inevitable sacar a colación las noticias recientes, de los últimos combates en los que se ha visto involucradas tropas del gobierno de Xi Jinping, en sus fronteras del sur. Porque esa fronteras chino-tibetanas que recorren el Himalaya son un foco de tensiones producto de diferentes factores; desde problemas por los procesos de descolonización del siglo XX, hasta la colisión de las tres civilizaciones allí presentes, la Sínica, la Hinduísta y la Islámica, pasando por los expansionismo inevitable de grandes potencias nucleares.

Los enfrentamientos a los que nos referimos son los ocurridos entre soldados chinos e indios, que ha provocado que en mayo se produjeran varias decenas de heridos entre los hindúes en el valle de Galwan en Ladakh, en la disputada región de Cachemira, tras la penetración en esa zona de varios miles de efectivos del ejercito popular chino, en concreto en la zona controlada por la India. Y que esta misma semana, en nuevos choques armados, han provocado unos 20 muertos entre las filas hindúes, según fuentes de ese país; advirtiendo el portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores de China, Zhao Lijian, que todo había sido debido a la provocación de la India por traspasar sus tropas la frontera por dos veces el lunes.

Estos combates, son resultado de una escalada, que esperemos que se detenga pronto, entre China y la India, que aunque en el corto análisis pudiera parecer ser producto de las múltiples disputas territoriales en diferentes puntos de sus largas y kilométricas fronteras, casi 3.500 km.,  son resultado de tres factores. El primer elemento de enfrentamiento, es el liderazgo regional  de esos dos países con una población parecida entorno a unos 1.400 millones de personas, pues aunque China es el gran líder asiático sin lugar a dudas, en el Sudeste asiático y en el subcontinente indio, el país de las castas y democracia parlamentaria más numerosa del mundo, la India, intenta llevar una política independiente y autónoma de influencias extrañas, sobre todo desde que el nacionalismo hindú rige los designios del país desde 2014, cuando Narendra Modi, se hizo cargo del gobierno. 

La anterior pugna por el liderazgo regional, se ve reforzada por el hecho de que India se puede sentir rodeada por dos corredores comerciales de China, al este y al oeste. El primero por Myanmar (antigua Birmania), corredor de unos 1.700 kilómetros, desde la ciudad china de  Kunming pasando por Mandalay (capital de Myanmar) continuando hasta la zona económica insular de Kyaukpyu  (estado de Rakhine), donde se quiere construir un gran puerto de aguas profundas, pues China ya tiene un oleoducto. El segundo por Pakistán, el llamado, Corredor Económico China-Pakistán, para conectar la región occidental de China con el Mar Arábigo y el Océano Índico, vía Pakistán, en un recorrido de unos 3.000 kilómetros, desde Kasgar (China) hasta el puerto de Gwadar, en Pakistán.

Y finalmente el enfrentamiento entre India y la China, sobre todo para esta última, en la zona del Himalaya, es debido al intento de dominar las cabeceras de los ríos y fuentes hidrológicas, pues la República Popular de China sufre de tal estrés hídrico (falta de agua para dar de beber, y cultivar para alimentar a su población) que ha tenido que comprar y arrendar extensísimas zonas agrícolas en Sudamérica para poder dar de comer a sus ciudadanos.  

Pero no se detiene aquí, la política hegemónica de China en el mundo, también Australia, a resultas del confinamiento de este país de Oceanía, y las limitaciones al ingreso de los estudiantes chinos, por el Covid-19, en sus Universidades para reanudar los estudios, ha llevado al  primer ministro australiano, Scott Morisson afirmar que "Nunca nos dejaremos intimidar por las amenazas ni negociaremos nuestros valores en respuesta a la coerción, venga de quien venga”, tras el incremento de aranceles a productos australianos (cebada, carne...) para su importación a China. Para finalmente el ministerio de Educación chino pedir a sus estudiantes que reconsideren la opción de estudiar en una universidad australiana o no, y piensen que estos suponen un 28% de los más de 750.000 estudiantes extranjeros en Australia, con unos más de 8.000 millones de dólares de ingresos en las arcas australianas, ha esto se le llama negociación o coerción.

Pero las noticias sobre China, y sus designios imperiales, en los últimos días, no se quedan ahí, los lectores que me sigan, y sobre todo mis sufridos alumnos de Criminología de la UCV, me habrán escuchado exponer, dentro de las Teorías Geopolíticas para dominar el mundo, tratar las teorías de los Espacios, es decir como utilizar los cinco medios a través de los cuales las actividades humanas se desarrollan, para ser un país hegemónico. Ya saben, primero fue el Terrestre, después el Marítimo, más adelante el Aéreo, para después despegar hacia el Espacio Sideral y finamente acabar en el Ciberespacio. Pues China ha logrado un hito en el liderazgo tecnológico en los dos últimos espacios, al lograr un sistema de comunicación cuántico imposible de espiar y de hackear ( por el momento), entre un satélite y una base en tierra, abriendo el camino a una comunicación cuya velocidad y eficiencia es 100.000 millones de veces superior a la de la fibra óptica terrestre según los responsables del proyecto. No me quiero alargar en cuestiones científicas, pero la tecnología cuántica es una autentica revolución, con un prometedor desarrollo futuro, así que el primer país que la domine va a tener una gran ventaja competitiva con respecto al resto de naciones del mundo en todos los ámbitos, ya sean sociales, económicos, políticos y dentro de ellos los militares, instrumentos todos ellos magníficos para alzarse con la hegemonía mundial, que cada vez se tiñe más de amarillo.

Fíjense como están las cosas, y les recuerdo aquel refrán de, “cuando no puedas con tu enemigo únete a él”, que las autoridades norteamericanas de su Departamento de Comercio, y después de cumplir un año a las restricciones a sus empresas del uso de tecnología 5G de Huawei, ha reconsiderado éstas, y ha pedido a la agencia federal competente que las reconsidere, y se permita a las empresas USA trabajar con la empresa china, líder en 5G Huawei, para establecer estándares para el desarrollo de las redes 5G.... Ya veremos lo que decide Donald Trump, pues ya saben que es capaz de asombrar a propios y extraños; vivir para ver....

next