CASTELLÓ. El Ayuntamiento de Castelló expedienta a un policía local por no justificar sus reiteradas ausencias durante dos años, aproximadamente. En ese periodo de tiempo, el agente no aportó partes médicos ni ningún otro justificante que acreditara su enfermedad o dolencia para no acudir al puesto de trabajo, localizado en el denominado Centro Integrado Municipal de Seguridad y Emergencias (CIMSE), es decir, la sala que coordina los distintos operativos y que actúa como enlace de las unidades.
Según explican fuentes sindicales, se da la paradoja que la apertura del proceso sancionador se produce cuando el afectado, que se encontraba en calidad de interino, ya no pertenece al cuerpo policial al haber emprendido una nueva aventura profesional. Durante el tiempo en que permaneció de baja, percibió regularmente su retribución, cercana a los 2.000 euros, subrayan las mismas fuentes.
La incoación de un sumario disciplinario suele derivar, en la mayoría de los supuestos, en una multa para el implicado, que puede variar en función de la gravedad de los hechos. Incluso, en un despido si se trata de un funcionario eventual, sin plaza fija por no haber concurrido en una oposición. En este caso, al no encontrarse ya el policía en activo, está por ver en qué acabará el expediente, aprobado por la Junta de Gobierno Local en la sesión ordinaria de este jueves.
Al término de esa reunión, el portavoz suplente del gobierno municipal, Fernando Navarro, dio cuenta de los asuntos tratados y se refirió a los temas de actualidad, como la explotación de los servicios de temporada en el Gurugú, Pinar y Serradal. Al respecto, e interpelado ante la posibilidad de solicitar a Costas un adelanto de la campaña para que los empresarios de los chiringuitos Dharma, La Playa, Atlanta y Solé Rototom puedan montar antes el 1 de junio, evitó pronunciarse abiertamente, recordando que en 2020 "ya se les concedió una ampliación, porque el equipo de gobierno es muy sensible a sus intereses y reivindicaciones". En este contexto, advirtió que "la playa no es un bajo comercial, es un espacio natural", por lo que instó a los propietarios de los merenderos a ceñirse a las fechas de la autorización.
El espacio comercial más emblemático de Castelló sopla las velas de sus tres cuartos de siglo desde aquel 21 de diciembre de 1949 en que fue bendecido por el arcipreste Balaguer. Ahora afronta su más importante remodelación, que desde enero de 2026 obligará a un traslado temporal de sus puestos a una carpa en la plaza Santa Clara