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ENTREVISTA | MELCHOR HIGUERAS, PRESIDENTE Y FUNDADOR DE XIETA INTERNATIONAL

"La cerámica es el arte de transformar la naturaleza en un producto industrial con vida propia"

21/07/2021 - 

CASTELLÓ. Melchor Higueras Tobajas, presidente y fundador de Xieta International, es ante todo un experto financiero de la industria auxiliar de la cerámica que habla del sentido humanista de las empresas, de filosofía, de compromiso social y de los valores. Y algo habrá tenido que ver sus más de cuatro décadas en contacto directo con Asia, cuna de la meditación. Este ciudadano del mundo, como le gusta ser, catalán de nacimiento y castellonense de adopción, trabaja en esa molécula que moltura los principios básicos de la industria azulejera, de los esmaltes y tintes, las pinturas, la minería e incluso en la fabricación de fármacos. Las bolas de alúmina son la base de un proceso que conoce bien y que le han llevado a estar muy presente en el mercado internacional. Apasionado de la cerámica, lleva a gala trabajar en lo que le gusta y ensalza esta industria como el arte de transformar la naturaleza para crear un producto industrial con vida propia.

Tras 40 años de andadura profesional, Melchor Higueras anuncia que vuelve "a casa" y adelanta a Castellón Plaza la próxima construcción de su planta productiva en el término de Onda. Espera que esté lista en 2023; eso sí, "con el permiso de la autoridad y si el tiempo no lo impide", tal como le gusta señalar al presidente de Xieta, poco dado a las entrevistas y a la exposición en los medios, como el propio Melchor Higueras confiesa.

-Antes de nada, háblenos de su proyecto para trasladar su planta productiva asiática a Onda.
Hemos creado Xieta European Technology S.A., una sociedad que está destinada a ser la parte productora de futuro de la empresa. Será la encargada de poner en marcha la nueva planta productora que estará en Onda y trabajará desde Onda. Esta planta será la encargada de abrir esta nueva etapa para las nuevas generaciones. Será la central operativa del grupo que, espero, esté lista antes de que me jubile de manera definitiva [ríe]. Es mi deseo. Es un proyecto que ya está ahí. Esperamos empezar a construir las naves en 2022 para acabar a partir del verano del 2023. Desde luego será un proceso muy complejo porque, aparte de la construcción, hay que instalar una maquinaria cuyo traslado y montaje puede tardar un año, más o menos.

Foto: Antonio Pradas.

-¿Y qué busca Xieta con esta central operativa en Onda? ¿Qué objetivo tiene?
Volver a casa [sentencia]. Ya hemos dado demasiadas vueltas por el mundo [sonríe]. Para esta etapa cuento con Luis Balaguer, nuestro director comercial y que será la imagen de futuro de Xieta. Es el encargado de sacar adelante este proyecto.

-Pero cómo se inició en este mundo, hábleme de sus comienzos... cómo se estructura su empresa.
Hace cuarenta años, cuando empezamos, el mercado estaba básicamente en manos de italianos, americanos y británicos. Hasta entonces la industria empleaba para molturar sus materiales elementos muy básicos como la piedra. Eran otros tiempos y las bolas de alúmina estaban, en cierta manera, casi por descubrir. Es verdad que ahora contamos con una industria muy potente, puntera en innovación, pero si nos remontamos cuatro décadas atrás, hablamos de un mundo muy distinto al de ahora. El sector cerámico ha evolucionado de una manera importante, sobre todo en los últimos 20 años y eso es algo evidente.

En aquellos inicios se me ocurrió que donde había que ir no era adonde iba todo el mundo, sino que tenía que ir adonde iban pocos. Entonces viajé por Indonesia, Malasia, Tailandia, a la China posMao, Vietnam, Taiwán, vendiendo bolas de alúmina a los fabricantes de cerámica de aquella zona de Asia. Y así es como empezó nuestra expansión internacional, aparte de vender, naturalmente, a Italia, Portugal y Francia.

-¿Y cómo han organizado desde entonces este entramado empresarial?
Se trata de un grupo de empresas en diferentes países. Nuestra base de organización se ciñe en estar cerca del cliente y montar empresas en cada país, pero son empresas independientes. Producimos en China, donde está la fábrica actual. Desde ahí distribuimos a las distintas empresas, que no son delegaciones, sino que son sociedades independientes. Estamos especializados en técnicas de autogestión de sociedades.

Melchor Higueras, durante la entrevista. (Foto: Antonio Pradas)

-¿Y cuáles son las ventajas y los inconvenientes de ese sistema de organización?
Lo importante es hallar la fórmula para encontrar tu sitio en el mercado; eso sí, sin estorbar demasiado [ríe] y, sobre todo, aprovechando los espacios que quedan y donde podemos hacernos fuertes. En el mercado internacional o eres un gran holding y te puedes permitir luchar a campo abierto, o eres una Pyme que intentas adaptarte a cada mercado de cada país y haces tuya sus singularidades. Generalmente en los diferentes países, las Pymes propias suelen funcionar mejor que una delegación de una empresa extranjera.

Cuando una empresa de carácter familiar como es la nuestra va a un mercado externo determinado, no puedes ir con las mismas armas que una multinacional, es imposible. Entonces, tienes que buscar la mejor forma para encajar en ese contexto. A la conclusión que llego es que cada país, lo que quiere, es que seas de su país y que el valor añadido que tú puedas ofrecer se quede allí.

-Pero este modelo es muy complejo de gestionar... ¿no?
Desde luego. Este sistema requiere de un enorme esfuerzo, evidentemente, pero afortunadamente tenemos una organización que nos permite siempre buscar cómo optimizar al máximo los mínimos recursos.  Si vienes de abajo, no puedes aspirar a tocar el sol, pero debes aspirar a llegar a lo más alto. Es como un elemento filosófico que es bueno valorar.

Melchor Higueras enseña algunas de las bolas de alúmina que produce y comercializa. (Foto: Antonio Pradas)

-¿Y por qué un financiero como usted se mete en el negocio de las bolas de alúmina?
Es algo circunstancial, como todo en la vida. Tengo la suerte, como ahora se suele decir habitualmente, de trabajar en lo que me gusta, por tanto, no es trabajo. Es una forma de vida.

-Y se decantó por este sector...
Sí. Me salió la oportunidad de abrirme a este negocio. Me gustó. Yo siempre he dicho que la cerámica es un mundo en el que si entras, nunca sales. Es un sector que tiene algo especial, una atracción de la que no te puedes desprender fácilmente. No sé qué es. No conozco a ningún empresario del azulejo que haya dejado su negocio para ir a otro sector. Además, es que no sabemos [vuelve a sonreír]. Ese trabajar y producir con la novedad en la mente, modificar algo que nos viene dado por la naturaleza para hacerlo útil y bello, nos atrapa. Y para llegar al producto final, depende todo de tantos factores… Pero esa búsqueda constante de la mejora del producto es algo que te engancha, porque es un producto vivo. Hagas un azulejo, una bola, un revestimiento cualquiera, un refractario… al final está partiendo de algo que te ofrece la misma naturaleza para lograr un producto que se está transformando en cada proceso y va a adquirir su propia vida en cada uno de ellos. Eso es para mí lo que más atrae de la cerámica.

Gama de productos de Xieta.

-¿Qué aporta su producto al mercado?
Nosotros no solo vendemos un buen producto, sino lo que lo que ofrecemos a nuestros clientes es la empresa. La empresa, para mí, no es un nombre, no es un accionariado, sino que son las personas que la conforman. Si estas personas trabajan en lo que les gusta, disfrutan de lo que hacen y creen en el producto, el éxito está garantizado. Porque, al final, el mejor embajador del producto es el propio trabajador. Para una venta eso es lo importante, más incluso que los argumentos propios que acompañen al producto. Lo principal es que quien defienda estos argumentos sienta la empresa como suya y transmita a nuestros clientes una confianza plena en nuestra compañía y nuestros productos.

-Por lo que me dice, usted es un empresario con un marcado carácter humanista...
Puede ser. Es que yo concibo la empresa como un escenario donde prima la complicidad de quienes están y forman parte de ella. Si realmente cada uno de quienes forman parte de ella se siente valorado y respaldado, todo va siempre a mejor.

Es necesario incorporar este sentido humanista a las empresas. Nosotros lo hacemos por pura convicción porque creemos que es lo mejor. No veo la empresa como un conjunto de máquinas, sino como una organización en la que el verdadero valor son las personas y que éstas estén motivadas en algo que realmente les gusta.

-¿Tan importante es el buen clima laboral a la hora de hacer competitivo un producto?
Me gusta estar a gusto en la empresa, divertirme trabajando y, sobre todo, que mi gente esté segura. De 2008 a 2012 el sector sufrió una crisis terrible, pero nosotros no hicimos regulaciones de empleo, ni expedientes, ni reducción de salarios, nada de nada. La empresa absorbió con sus propios recursos los efectos nocivos de esta gran depresión. Con la pandemia de covid, hemos seguido igual.

La presencia de Xieta en ferias es continua y constante.

-En estos cuarenta años qué momentos destacaría en la historia de su empresa.
Ha habido muchos hitos en este tiempo, pero sin duda, el más importante de todos ha sido la pandemia. Al estallar la covid, las largas horas encerrado en casa me sirvió para analizar la situación y me replanteé muchas cosas. Me di cuenta de que el mundo que conocíamos ya no será el mismo a partir de ahora. Lo que nos encontremos será muy distinto a lo vivido. Seremos personas con los mismos deseos, las mismas inquietudes... los negocios seguirán, pero no serán iguales las formas de interrelacionarnos tanto entre empresas como entre particulares. Y esto tiene que ver mucho en lo que afectará a las ferias. Hay quien puede pensar qué sentido tienen hoy en día cuando uno puede conectarse vía telemática y reunirse con personas de cualquier parte del mundo. Desde luego, se tiende a perder algo tan básico en la naturaleza humana como es el contacto físico.

Pero si llevamos esto al lado social, observemos qué contacto físico tiene nuestra juventud. Es todo tecnológico. El cambio que viene más importante lo vamos a tener ahora, porque las nuevas generaciones serán totalmente distintas a las nuestras, serán generaciones puramente tecnológicas. Si no estás en internet no existes, ni como empresa ni siquiera como persona.

-¿Hasta qué punto es importante la I+D+i en su empresa?
Es básica. El departamento más potente que tenemos es éste. Sin duda. Geólogos, ingenieros, químicos... tienen la clave. La base del producto es el estudio. Le diré como ejemplo que el precio de venta hoy en día es prácticamente el mismo que teníamos en el año 92. Aunque hemos avanzado mucho en cuanto a la calidad de producto, la base es la misma, la bauxita, el óxido de alúmina. Estos productos se han encarecido bastante en estos años, no digamos el transporte… pero no lo hemos repercutido totalmente en el precio. Los avances en I+D han sido claves para la sostenibilidad, pero también para poner en valor las prioridades financieras con el fin de mantener los precios en la mayoría de los casos y no repercutirlos en el cliente. En el 90% de los productos,  nosotros hemos asumido el sobrecoste.

-Es un ejercicio continuo de ingeniería financiera...
Indudablemente, pero estamos cualificados y preparados para eso.

Equipo de Xieta en su sede de Onda.

-Y dicho esto, cuál es su opinión sobre la formación cualificada y los perfiles profesionales.
Los planteamientos en materia educativa y formativa que se han dado -y se dan siempre- han tenido muy buena intención. El problema es que o se hace solo pensando en el aspecto académico, en el conocimiento por el conocimiento, o se hace más pensando en el aspecto más funcionarial y para las grandes industrias. Es para ellos para los que se prepara a estas nuevas generaciones. No sabría dar una solución. Pero solo hago una reflexión a modo de pregunta: ¿qué porcentaje del tejido empresarial español corresponde a una Pyme y qué porcentaje del empleo total le corresponde?. La respuesta, creo, viene dada.

La mitad de los empleados a nivel general no tienen, de inicio, la formación precisa para el puesto de trabajo que van a desarrollar, o la que tienen no sirve para sacar el máximo provecho a sus posibilidades. Esto lo único que genera es frustración. Es lo que pasa, por ejemplo, con tener a un joven muy formado en puestos de media o baja cualificación. Y eso está pasando.

-Usted… que tiene una visión global de la economía y la empresa, ¿son tan diferentes los distintos mercados?
Tremendamente diferentes, pero la gente suele confundir mercados por países. Es un error. Hay países en los que hay varios mercados y son muy distintos. Si vas a la India o China, hay muchos diferentes. La uniformidad por países no existe, así al menos lo veo yo.

Melchor Higueras lleva a gala trabajar en lo que le gusta. (Foto: Antonio Pradas)

-Hábleme de su producto y por qué un cliente se decanta por el suyo y no por el de la competencia.
Es un producto tecnológicamente avanzado, de consumo. Lo único que determina que se decante por el nuestro en lugar de otros, es que tengan la opción de probarlo y, en definitiva, solo se valora calidad-precio. Si tienes una calidad-precio que le compensa, el cliente compra. Aquí no hablamos de aspectos estéticos. La bola se desgasta o no se desgasta. Genera que el molino produzca más o produzca menos. Es un sector muy técnico.

Las Nanobeads es nuestra última novedad. Es una bola de alúmina de alta densidad, que mide desde los 0,25 milímetros de diámetro hasta los 20 mm., con una densidad de 3,70. Al ser totalmente esférica y estar fabricada con nanotecnología, su rendimiento en molinos rápidos es excelente para cualquier materia prima a molturar.

Además, esta bola especial para molinos rápidos, es utilizada con gran éxito para molturar en la industria farmacéutica, la industria de alimentación y muy especialmente para la fabricación de tintas, ya que es un producto que no tiene prácticamente desgaste.

-¿Y qué aplicaciones tienen sus productos?
Las bolas y revestimientos de alúmina de alta densidad son ampliamente utilizadas en la molturación de materias primas en diversos sectores de la industria cerámica, minera, cementera, pintura, etcétera.

-¿En qué sectores se mueve?
Nuestro mercado se ha expandido bastante y hemos crecido también en el ámbito de la minería y el cemento, las tintas y las pinturas, aunque hay que decir que  nuestro mercado principal sigue siendo el cerámico.

Sede actual de Xieta en Onda.

-La industria está inmersa en grandes desafíos de carácter medioambiental, ¿qué opina de ello? ¿Producción en seco o en húmedo?
Sobre la producción en seco o en húmedo, es una cuestión que va por países y las condiciones propias de cada mercado. Y sobre la cuestión medioambiental mi reflexión es que entiendo que todos queremos coches eléctricos que no contaminan, pero ¿alguien se ha puesto a pensar lo que contamina la fabricación de la batería? Entiendo que el ahorro de emisiones no llega a desaparecer del todo, sino que el coste medioambiental se desplaza de lugar a lo largo de esta cadena. La energía limpia está bien, muy bien, pero creo que la industria, pese a que da pasos importantes a un coste enorme para las empresas, aún tiene mucho camino por delante y será muy complicado lograr esos objetivos de cero emisiones.

Pero lo que está claro es que esto no se puede analizar desde el ámbito de país, ni siquiera europeo, sino que es un asunto global. En este mundo, alcanzar el equilibrio nos atañe a todos.

-¿Qué previsiones que maneja?
Hoy en día, la mejor previsión es no hacer previsiones. Si acaso se deben hacer día a día o, como mucho, mes a mes. No puedes ir más allá.

-¿Pero tanto fluctúa el sector?
No es el sector. Es el mundo el que fluctúa. Por ejemplo, en noviembre estábamos mandando contenedores desde China a mil euros, un mes después los precios estaban por encima de los cinco mil. Cómo se puede prever esto en apenas 15 días y en todas estas circunstancias. Lo que parecía circunstancial, ahora estamos ya en verano y siguen subiendo los fletes.

-Usted me decía que le da un gran valor a la motivación laboral... ¿qué le ha llevado a esto y qué representa la figura de Hans Van Der Heijden en su vida y en la vida de su empresa?

Yo vengo de una familia trabajadora, e intento no olvidar nunca mis orígenes; por lo tanto, procuro que mi empresa trate a los trabajadores como a mí me gustaría ser tratado.  Asimismo, hemos implantado nuestra área social, desde donde intentamos ayudar a los demás de diversas formas: colaboramos con Unicef, Médicos sin Fronteras… con numerosas asociaciones humanitarias que nos permiten ser lo que queremos ser.

Hans Van Der Heijden es un estímulo constante para Xieta.

Hans Van Der Heijden, un holandés afincado en Castellón, trabajaba como técnico en la industria cerámica. Era muy buen profesional. Tras un accidente de tráfico quedó sin movilidad en más de medio cuerpo. Era un atleta y siguió siéndolo pese a todo. Dijo que lo importante lo tenía, que era estar vivo. Pese a esta adversidad, comenzó a competir con la bicicleta, empezamos a patrocinarlo para que tuviera buen equipo y que despuntara en la competición, como así lo viene haciendo.

A todos nosotros nos ha servido de inspiración para hacer lo que hacemos. De hecho, su imagen es una motivación constante para todos. Es uno de nuestros grandes embajadores. Es el espejo donde mirarnos, por sus ganas de vivir, sus ganas de hacer, de competir… cumple con nuestra filosofía y por eso su imagen, a través de posters, preside, por ejemplo, nuestros comedores. A Hans lo tenemos siempre muy en cuenta, porque es un ejemplo que queremos seguir como filosofía de vida y el mejor aliciente para seguir creciendo, trabajando y disfrutando.

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