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diez amigas de Vila-real y Burriana confeccionan 3.000 unidades para donar

Las mascarillas más 'positivas' contra el coronavirus

5/04/2020 - 

CASTELLÓ. "Solo dejo la máquina de coser para comer y cenar. Tengo a mis dos hijas marcando y a mi marido cortando gomas y ocupándose de la casa", confiesa entre risas Amparo Alcaraz, conocida entre el equipo de voluntarios de Protección Civil como la ‘coordinadora de mascarillas de Vila-real’. Y no es para menos. Desde el pasado 16 de marzo ha confeccionado con la ayuda de diez amigas de Vila-real y Burriana, entre ellas Amparín Villanova, de 87 años, más de 3.000 protectores faciales para prevenir el contagio del Covid-19. Los reparte de manera gratuita. "Estamos muy bien organizadas. Siete cosemos y las otras cuatro cortan y se encargan de transportar las telas todos los lunes, miércoles y viernes", remarca Alcaraz.

La idea surgió el fin de semana previo a la declaración del Estado de Alarma, cuando esta vecina de Vila-real escuchó en la televisión que había escasez de mascarillas. "Empecé a coser para mis amistades pero se fue corriendo la voz, mis amigas se unieron, esto se fue haciendo más grande y acabé pidiendo ayuda al alcalde porque mi casa parecía un narcopiso de la cantidad de gente que venía a por su mascarilla", bromea. 

José Benlloch atendió su llamada y le asignó la ayuda de Protección Civil. Todos los días, varios voluntarios recogen en su casa los paquetes con las mascarillas y las distribuyen en los domicilios señalados. La lista de destinos es larga: vecinos a título particular, media docena de farmacias, los niños con cáncer vinculados a la ONG Aspanion y sus familiares, el personal sanitario de cinco residencias de personas mayores e, incluso, agentes de la Guardia Civil. "La tienda Mantas Ana de Vila-real nos donó muchos metros de tela verde y negra que nos sirvió para confeccionar y entregar 45 mascarillas a los agentes del Cuartel de Almassora. Ahora estamos confeccionando 60 mascarillas más para la Policía Local de Burriana", añade Alcaraz. 

La lista de espera supera las 200 piezas de tela y no para de aumentar. Solo la impulsora de esta iniciativa solidaria cose a diario en su casa un centenar de protectores faciales más los que confeccionan sus amigas, un grupo autodenominado en las redes sociales como Las chicas positivas. "La gente es muy solidaria. El otro día vino a por sus dos mascarillas una mujer autónoma que limpia escaleras y me regaló muchos metros de tela. El problema es conseguir las gomas porque la gente no tiene en casa", admite Alcaraz.

Además de Mantas Ana, otros pequeños comercios como Tot Teles y Manolo Artesanía Fallera, de Vila-real y Burriana respectivamente, proporcionan material de manera altruista. Por su parte, las clínicas podológicas A&A y Aquilesia desinfectan cada día un gran número de piezas confeccionadas antes de su distribución.

La modista asegura que sus mascarillas de algodón no están homologadas pero sí son eficaces como aislante del coronavirus. Cada ejemplar se rellena de celulosa e incorpora un salvaslip que retiene las posibles partículas del virus y, por tanto, debe ser sustituido cuando está húmedo. Al final de cada jornada, la pieza debe ser lavada y desinfectada con agua hirviendo para volver a ser usada al día siguiente. Alcaraz ha publicado en su cuenta personal de Facebook un vídeo tutorial con los pasos a seguir para esterilizar los protectores que distribuye a domicilio. "Hay mucha gente de Vila-real que se ofrece a ayudarme y yo les doy el patrón para que ellos mismos confeccionen las mascarillas. Tengo una lista de ocho personas dispuestas a colaborar con nosotras pero no tenemos tanta tela disponible", lamenta. 

La iniciativa de Las chicas positivas es un bonito ejemplo de la ola solidaria que ha emergido coincidiendo con el obligado confinamiento decretado por el Gobierno. El Ayuntamiento de Vila-real activó el pasado 24 de marzo un registro municipal de voluntariado para intentar coordinar las ganas de muchos vecinos de arrimar el hombro desde sus casas. Apenas un día después ya se habían inscrito medio centenar de voluntarios, entre ellos el grupo de Chicas positivas. Amparo Alcaraz seguirá dando puntadas en su máquina de coser con la ayuda de sus hijas mientras su marido corta las gomas y se ocupa de la casa. Así estarán, día a día, hasta que la pandemia sea un mal recuerdo.

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