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Declaraciones de la rectora tras el cierre en negativo del presupuesto de la UJI

Alcón, sobre el déficit presupuestario de la UJI: "Es otra señal de la urgencia de recursos adicionales"

31/03/2023 - 

CASTELLÓ. La Universitat Jaume I anunció este jueves el cierre de su presupuesto del año 2022 en negativo, la primera vez desde su inauguración en 1991. Este déficit, de cerca de 15 millones de euros, "es una señal más de la urgencia de definir el reparto de los recursos adicionales para 2023 que la Generalitat se comprometió a dotar a las universades públicas para poder elaborar sus cuentas anuales y, sobre todo, de la necesidad de contar con un plan plurianual de financiación suficiente, equitativo y que, en el caso de la UJI, corrija la infrafinanciación".

Así lo ha destacado la rectora de la universidad castellonense, Eva Alcón, que asegura que la liquidación del presupuesto del año pasado ha evidenciado, "como siempre se ha advertido desde la UJI", que la deuda histórica "ha permitido afrontar gastos estructurales para el funcionamiento de la Universitat Jaume I y que la transferencia autonómica no cubría el incremento de gastos de funcionamiento, entre ellos las subidas salariales por normativa estatal o autonómica o el incremento de los costes energéticos". Asimismo, Alcón ha señalado que esta situación "se agravará en 2023". 

Plan plurianual del sistema universitario

La rectora ha apelado a la responsabilidad de aprobar un plan plurianual del sistema universitario público valenciano que permita a las universidades planificar sus actuaciones con horizonte de futuro y que contribuya a fortalecer el sistema en su conjunto. Cabe recordar que este jueves el Consejo de Gobierno de la Universitat Jaume I aprobó la liquidación del presupuesto de 2022, que incluirá las cuentas anuales de la universidad y que por primera vez desde 1991, cierra con un déficit. El total de ingresos no afectados asciende a 99,9 millones de euros, mientras que los gastos no afectados son de 115,12 millones de euros, lo que representa un déficit de cerca de 15 millones de euros. De este déficit, la mitad se justifica debido a que una parte de la deuda histórica correspondiente a 2022 se adelantó al ejercicio de 2021.

Es importante destacar que la Universitat Jaume I utiliza la anualidad de deuda histórica para atender los gastos estructurales necesarios para el funcionamiento de la universidad, por lo que no era posible reprogramar su realización. Además, durante 2022, la universidad ha llevado a cabo importantes inversiones para consolidar el campus, incluyendo la construcción de la Facultad de Ciencias de la Salud, el nuevo edificio de investigación y trabajos de rehabilitación energética de edificios. Estas obras se financiaron parcialmente con ingresos afectados, pero también con remanentes de tesorería no afectados que generaron un déficit en la liquidación.

Por otra parte, 3,2 millones de euros del déficit se deben a un aumento en los gastos de funcionamiento que no están cubiertos por los ingresos procedentes de tasas y de la transferencia autonómica. Este aumento se debe principalmente al crecimiento en el costo de la energía y las retribuciones de los empleados públicos. Aunque las retribuciones de los empleados públicos aumentaron un 3,5% en 2022, la Generalitat Valenciana solo compensó el aumento del 1,5% mediante una transferencia adicional a la prevista inicialmente.

"Situación financiera de extraordinaria complejidad"

La situación financiera de la Universitat Jaume I en Castellón atraviesa momento delicado. Aunque el presupuesto de gastos y los ingresos de proyectos específicos del ejercicio de 2022 sumaron un total de 143,33 millones de euros, la universidad se encuentra en una situación de infrafinanciación que preocupa a sus responsables. "Es urgente que se asigne el presupuesto de 2023 y que los criterios que se apliquen para asignar los recursos en el futuro corrijan esta infrafinanciación dado que, en caso contrario, la UJI se encontrará en una situación financiera de extraordinaria complejidad", insisten desde la UJI. 

El aumento de los gastos en energía, suministros, contratas y personal, sumado a la falta de información sobre la cantidad definitiva de ingresos procedentes de transferencias de la GVA, ha generado una situación de complejidad financiera en la institución. La UJI, junto con otras universidades públicas valencianas, espera que se asignen los presupuestos de 2023 y que se corrija la infrafinanciación para evitar mayores complicaciones en el futuro.

A pesar de los ingresos generados por convocatorias competitivas de investigación, contratos de investigación y subvenciones para financiar inversiones concretas, la universidad necesita una asignación de recursos adecuada para continuar con su labor educativa e investigadora. La situación económica actual requiere de una atención urgente y de una asignación presupuestaria que corrija la situación de infrafinanciación y permita a la UJI seguir avanzando en su misión.

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