CASTELLÓ. Éste sábado el CD Castellón despedirá la temporada en Castalia ante la UE Cornellà, en un partido intrascendente para los albinegros quienes se despidieron de su objetivo de ‘play off’.
Puede ser el último encuentro como orelluts para unos cuantos jugadores cuyo contrato vence el próximo 30 de junio. Entre ellos, uno de sus capitanes, César Díaz. El manchego firmó por el CD Castellón en el mercado invernal de la temporada 2017-2018. Tres temporadas y media más tarde, “el emperador” no tiene noticia alguna de la dirección deportiva y es consciente que el del sábado puede ser su último partido en Castalia: “bueno pues podría ser, porque de momento acabo contrato y no tengo noticias, tanto para una cosa como la otra, entonces no sé qué pasará. Tengo un poco de incertidumbre, después de varios años de, más o menos, tener el verano tranquilo en ese sentido de saber que tienes contrato, pero este año sin saber nada todavía. Creo, por lo que mi intuición me dice, es que quizá no siga, porque ves que ha habido varias renovaciones de compañeros que terminaban y entiendo que el club está esperando a que acabe la temporada para hablar con nosotros, pero ya veremos. No ha habido ninguna toma de contacto, así que no se sus intenciones, es cierto que supongo que piensan que se ha acabado una etapa aquí y ya está, pero cierto no hay nada y a la espera de acontecimientos estoy”.
El veterano delantero entiende que desde el club se pueda buscar un cambio, ya que ”ha sido un año en el que no se ha cumplido con los objetivos y es normal que el club busque cambiar cosas y alguna gente de este año no sigamos”.
César Díaz, a la hora de analizar los motivos del desplome del equipo en la recta final de temporada señala la irregularidad desde navidad: “es cierto que ha habido un cambio bastante grande respecto de la primera vuelta en la que el equipo fue, en un tramo de tres meses, el mejor equipo que había en este grupo, en ese momento demostró que podía optar a todo y, a partir de navidad, el equipo éramos un diente de sierra, un día si y otro no, y no hemos tenido esa solidez y esa regularidad a la hora de sacar resultados, que se ha demostrado que en las segundas vueltas cuesta mucho más ganar contra cualquier rival y en esa dinámica nosotros hemos estado mal, los números están ahí y no hemos podido llegar a optar al ‘play off’”.
El capitán reconoce que al final la incertidumbre en la propiedad si ha estado presente en el vestuario: “te diría que influye sí y no. Al final cada domingo que sales ahí te tienes que olvidar de todo y creo que todos hemos estado centrados en el futbol, pero es cierto que al final se crea un ambiente en el que a veces sin quererlo te llegan noticias, que si es posible una venta del club etc, Son cosas que no deben afectar el día a día, porque hemos estado cobrando, pero quizá no es el ambiente más idóneo el saber que todo el mundo está pendiente de estas cosas y afecta al ambiente de Castalia. Vivir esa comunión con la afición que este año, por nuestra situación, mucho viene lastrado por el descenso porque, anímicamente, hace mucho daño y más por un descenso en el que no pudieron disfrutar del fútbol profesional. Eso ha hecho mella, que la gente le ha afectado, no había ese ambiente de gala que ha habido otras veces y seguramente mucha culpa la tenemos nosotros que no hemos las cosas suficientemente bien para optar a ‘play off’, a pesar de que durante una buena parte del año si estuvimos ahí”.
El club albinegro puede vivir cambios que van más allá de la parcela deportiva. Es evidente que Vicente Montesinos estudia ofertas para vender su porcentaje accionarial y abandonar la presidencia. César Díaz afirma que “principalmente, ahora Vicente es el máximo responsable y el director de orquesta y él tiene que ser el que ponga sobre la mesa qué es lo que quiere sobre el club.
Estamos en una categoría en la que pintaban ingresos y que iba a ser económicamente viable y se está viendo que quizá es más deficitaria que la antigua segunda B, porque la exigencia en lo deportivo es mucho mayor. Hay que valorar lo que se quiere hacer como club, en esta categoría para hacer proyectos de ascenso hay que hacer desembolsos muy grandes y hay que ver qué se puede hacer en ese sentido. Como jugador del club y aficionado diría que hay que apostar por este club porque tiene un potencial tremendo y se merece estar en segunda división y ése es el objetivo que todo el mundo quiere”.
Respecto de su mejor recuerdo en su periplo como albinegro, César Díaz destaca que “he vivido de todo en estas tres temporadas y media, la primera para mí ha sido la mejor, con una permanencia y en el último partido que es algo que se daba por seguro en el proyecto y fue muy duro, pero un momento muy bonito porque fue la última jornada la que salimos de descenso. Al año siguiente ascendimos, pero sin poder hacer partícipe a la gente, por la pandemia, que es lo más importante como club y como institución. El año de segunda fue ilusionante, después de tantos años, y en el que lo tuvimos en nuestra mano porque el día que ganamos al Mallorca todos lo vimos conseguido y al final acabamos muy mal y no conseguimos salvarnos. Este año también, empiezas con esas dudas un proyecto que, a priori, por ser recién descendido tienes esa presión, pero en este grupo creo que éramos el noveno o el décimo presupuesto, que sabemos que es una liga súper competitiva y que había muchos clubes que apostaban por el ascenso. Ha sido duro, no hemos podido estar al final luchando por el objetivo. Hay que asumir que no hemos estado bien y aprender de ello”.
Cuando no duda es al ser preguntado por su mejor gol en el CD Castellón: “¿el gol? También el de la salvación. Fue bonito por la celebración y la felicidad en la gente. Yo eso lo había visto en un ascenso y se celebró como tal porque vine en enero y veía a la gente con un vestuario increíble y los veías sufrir porque no éramos capaces de ganar y no conseguíamos salir del descenso y era una angustia del día a día”.
César Díaz ha tenido tres entrenadores en éstas tres campañas y media y afirma llevarse algo positivo de cada uno: “me quedo con cosas de cada uno porque creo que ha habido épocas de todo, en la etapa de Óscar Cano, nos hizo disfrutar tanto a jugadores como a la afición, ya que teníamos un juego, por momentos excelente, luego cuando llega Juan Carlos Garrido, vino con una exigencia y una forma de trabajar que era totalmente diferente y ese revulsivo lo consiguió, sacó rendimiento a un equipo cuando lo necesitaba, aunque al final no saliera bien y ésta temporada con Sergi Escobar ha habido partidos, sobretodo, los de la primera vuelta, de pasar por encima de los equipos y esa intensidad ese ir a pares que no lo había hecho nunca, con esa presión tan alta y eso nos dio mucho durante mucho tiempo y también me ha servido para aprender. Cada etapa tiene su aquel por eso me quedo con un poco de todo”.
Por último, César Díaz quiere aprovechar, quizás su última entrevista como futbolista albinegro, para enviarle un mensaje a su afición: “gracias por todo lo que me han dado. Llegué en un momento en el que, futbolísticamente, necesitaba reencontrarme y en el que ser feliz y disfrutar del fútbol y lo conseguí desde el primer día que llegué, hasta hoy. Me he sentido súper querido y estoy súper agradecido del cariño que me han dado y que para mí es un orgullo poder haber estado aquí y vestir la camiseta del CD Castellón. Me gustaría seguir en este club porque merece la pena estar por cómo se vive el futbol”. Quien sabe que ocurrirá a partir de junio. Lo que sí es indiscutible que vaya donde vaya, César Díaz cuenta con el respeto y el cariño de la familia albinegra.