Foto del archivo de Martín Romero CASTELLÓ. En 1994 Manowar aterrizó en Vila-real, fue el domingo 20 de marzo, el día que la provincia recibía a los reyes de heavy metal. En 1992 Manowar publicó un álbum, The Triumph of Steel, cuatro años después de su éxito, Kings of Metal, y era precisamente ese último disco el que venían a desgranar en la sala, Nave Industrial. Un elepé que llegaba con la marcha de dos de las columnas vertebrales de su anterior obra, y que incorporaba a Kevin Earl 'Rhino' Edwards a la batería, en sustitución de Scott Columbus, y a David Schankle en sustitución de Ross The Boss.
El artífice de aquel concierto fue Martín Romero, un hombre que había traído a Castellón bandas de la talla de Deep Purple o Kreator. Que había apostado por festivales de metal a principios de los 90 cuando casi nadie lo solía hacer. Además, lleva más de 30 años llenando de heavy metal Castellón desde el pub, Manowar.
“Yo ya llevaba años haciendo conciertos como Los Suaves – señala Romero - y quería algo más grande, además era uno de mis grupos favoritos de aquella época. Fue a raíz de Doctor Music, la agencia que en aquel momento llevaba el contacto con los Manowar, contacté con ellos y conseguí unas fecha en Vila-real”, recuerda.
En aquel 94 la banda neoyorkina había publicado un recopilatorio, The Hell of Steel, pero ellos venían a seguir presentando su anterior elepé de estudio. “El recopilatorio no era, porque de hecho se lo enseñé yo, no tenían ni idea que se había hecho ese recopilatorio. Ellos estaban de gira del último disco que habían sacado de estudio”, comenta el promotor.
Los dos almas máters del grupo, Eric Adams (vocalista) y Joey DeMaio bajo (bajista) habían parido un disco dividido en dos partes. Un primer tema, Achiles, Agony and Ecstasy in Eight Parts de 28 minutos, y el resto del disco, con menos minutaje, con temas más directos, amén de una gran balada, Master of the Wind. Con la portada de Ken Kelly portada, también portadista de grupos como DIO o KISS.
Paco Yécora trabajó en ese concierto, no fue el único, pero de ese guarda muy buen recuerdo. “Estuvimos trabajando en el concierto, eso fue un domingo, y luego el martes nos fuimos Martín y yo a Zaragoza a verlos. Estuvimos en el backstage y luego cenamos con ellos”, recuerda. “El primer concierto en el que trabajé fue en Barricada hace un montón de años. En Manowar solo me dedicaba a los camioneros y al grupo, me dedicaba a llevar a los camioneros al hotel y traerlos”, comenta.
Martín Romero era fan del grupo; de hecho le puso su nombre a su pub. Así que ese concierto era especial, además era la primera vez que la banda pisaba suelo castellonense y ya tenían un nombre dorado en el mundo de rock duro. “Vinieron primero el guitarra y batería, se alojaron en el hotel Intur, y luego llegaron DeMaio y Eric”, apunta. Debió ser una buena sorpresa encontrarse con un garito que tuviera su nombre. “Se sorprendieron con lo del pub, por el nombre, de hecho incluso les gustó. Después del concierto nos fuimos a cenar, en un restaurante en una cena privada, y luego nos vinimos al pub y eso, a puerta cerrada con ellos y con gente que trabajó para mí en el concierto, estuvimos de fiesta con ellos”
“Hasta que llegaron aquí no sabían que estaba, de hecho no pusieron ningún problema, al contrario. De hecho con Joey Demaio tuvimos muy buen rollo, me firmó incluso una foto y me puso su dirección personal de Nueva York, por si alguna vez iba a Nueva York lo llamara y todo muy bien”, recuerda.
Tener a Manowar en el pub Manowar tuvo que ser una experiencia inolvidable, incluso para la propia banda. “Se enrollaron bastante bien, Joey DeMaio muy enrollado, de hecho apareció aquí con un chaleco de Elvis in Concert, yo también soy fan de Elvis y él también lo es, y casualmente tenía aquí la discografía de Elvis y estuvimos viéndola”, comenta Romero.
Paco Yécora también estuvo en aquella noche única en el pub. “Cuando se acabó el concierto se vinieron todos, menos el cantante que estaba muy cansado, los demás se vinieron al Manowar a tomarse unas copas con nosotros”.
Sin embargo la entrada esa noche donde los magos neoyorkinos del heavy cantaron The Power of Thy Sword, ametrallando a guitarrazos al personal, tuvo una entrada menor a la esperada. “Público, menos de lo que esperaba realmente, fueron alrededor de mil quinientas personas, la nave era para más del doble, yo esperaba duplicarlo. Sería la fecha o el lugar, no lo sé, la cuestión es que hubo menos gente de la esperada”, señala el promotor, para apostillar Yécora, “había bastante gente, en esa gira llenaron los demás conciertos que hubo en España y en Vila-real pincharon, no fue la gente que se esperaba. Y el martes en Zaragoza a tope”.
En aquellos años los neoyorkinos estaban buscando el Guinness en ser la banda más ruidosa del mundo. Que sus conciertos lograran llegar a unos decibelios que nadie hubiera alcanzado antes. “Tenían un aparato que daba la sonorización para ver cuánto aguantaba la sala de decibelios y recuerdo caer polvo y cosas de la nave (risas)”, apunta Romero. “Ellos tenían que tantear lo que soporta la nave para luego poner la potencia. Fue bestial, fue bestial. Hacía honor al record Guinness (risas)”
También lo recuerda Yécora, “era una nave que antiguamente era una fábrica, entonces retumbaba un poco”, comenta. “Pusieron unas lonas para amortiguar un poco el sonido. Recuerdo que estuve currando todo el día, pero me lo pasé muy bien”. Como anécdota nos señala lo que hacía el grupo minutos antes de salir a darlo todo en el escenario. “Ellos detrás del escenario se montaron un pequeño gimnasio, porque se ve que antes de salir a tocar hacen unas pesas para marcarse los músculos. Muy majos todos, muy humanos”
Al año siguiente tocaron en València, en la sala Arena Auditorium, desgraciadamente no regresaron a Castellón. “Sí, y hubo unas dos mil quinientas, que es lo que realmente tuvo que haber aquí, haciendo una distancia de cuarenta kilómetros, la gente que fue a València podía haber venido a Castellón”. No obstante, toda la gente vinculada al rock o al heavy metal de Castellón recuerda el acontecimiento, como eso: un acontecimiento.
“La gente lo tiene como una cosa muy grande haber tocado aquí Manowar – comenta Romero, igual que Kreator estuvieron en la Pérgola o Deep Purple, cosas que los que lo vivieron en el momento flipan, y los ignorantes del tema: ah, Manowar ha estado aquí. Para los que estuvieron fue algo muy grande, lo siguen recordando”
Kreator siguen muy en activos, al igual de Deep Purple. La banda alemana de Thrash metal llegaba a Castellón con su disco, Coma of Souls de 1990. “Con Kreator dos mil trecientas persona, mil más que Manowar. Fue la hostia, vino gente de todos los lados, de Tarragona, toda la provincia de València”. En los albores de la década de los 90, Romero se aventuró a montar, entre otros eventos musicales, un festival, Summer Trash Festival (1991) en el Grao de Castellón. “Organicé un festival en el campo de Javier Marquina con Sodom, Coroner, y SA, que todavía tenían la maqueta, seguramente fue el primer festival que se hizo por aquí, por España a ese nivel, no había festivales así por esa época”
Foto del archivo de Martín Romero
