Quique Setién junto a Fernando Roig. VILLARREAL CFVILA-REAL. Este martes la destitución de Quique Setién como entrenador del Villarreal ha cogido por sorpresa tanto al entorno del club groguet como al mundo del fútbol en general. Los pobres resultados y la mala sintonía que, según se dice, guarda el técnico cántabro con los pesos pesados del vestuario, han sido las principales razones para que la cúpula del Submarino tome esta decisión a estas alturas tan tempranas de la temporada.
La de Setién es la sexta destitución que realiza el Villarreal en su banquillo en los últimos siete años, y no todas se dieron única y exclusivamente por motivos deportivos. Aunque no se puede considerar que sea un número demasiado exagerado de cambios de entrenador, sí que resulta algo elevado teniendo en cuenta la fama que tiene el Submarino de ser un equipo estable y que otorga mucha confianza a los proyectos que desarrolla.
Desde los 50 días que duró Luis García Plaza hasta los tres años y medio de Marcelino, las trayectorias de los entrenadores del Villarreal han sido de todo tipo y han tenido finales muy distintos. El único factor que todos han tenido en común es la nacionalidad, ya que, a excepción de Manuel Pellegrini, el Submarino nunca ha contado con un entrenador extranjero.
Una de las destituciones más sonadas y recordadas por la afición grogueta fue la de Marcelino García Toral el 11 de agosto de 2016. El entrenador asturiano fue despedido tras tres años y medio en los que el rendimiento del equipo había sido intachable. En Liga siempre consiguió entrar en Europa, e incluso en la última temporada logró un cuarto puesto que daba acceso al play-off de la Champions League. Además, el cuadro amarillo venía de quedarse a las puertas de la final de la Europa League tras caer eliminado en semifinales ante el Liverpool.
Así pues, cuando Marcelino se preparaba para empezar su cuarta temporada al frente del Submarino, la directiva decidió destituirle. Obviamente la decisión no obedeció a cuestiones deportivas, más bien todo lo contrario. La relación del técnico con el vestuario estaba muy desgastada, como se pudo apreciar tras el enfrentamiento que mantuvo con Mateo Musacchio en tras un amistoso en Riazor días antes de su despido.
A ello se sumó que la directiva y el cuerpo técnico guardaban ciertas discrepancias en torno a la confección de la plantilla. Con todo, el Villarreal terminó despidiendo a un entrenador que lo tenía asentado en la zona alta de la tabla. Una semana más tarde, el club quedó fuera de la Champions tras perder el play-off de acceso contra el Monaco.
Precisamente en esa eliminatoria quien se sentó en el banquillo amarillo fue Fran Escribá, un técnico cuya trayectoria como groguet guarda muchos paralelismos con la de Quique Setién. No así, ni mucho menos, su estilo de juego. Escribá, actual entrenador del Real Zaragoza, dirigió al Villarreal durante la temporada 2016/2017.
Logró quedar quinto en Liga y cayó eliminado en dieciseisavos de Europa League y en octavos de la Copa del Rey, resultados prácticamente idénticos a los de Setién. La directiva confió en él para empezar la siguiente temporada, de la misma forma que lo ha hecho en esta ocasión con el santanderino.
Sin embargo, a Escribá le mató lo mismo que a Setién: un mal inicio en su segunda temporada. El Submarino acumuló dos victorias, un empate y tres derrotas (la última de ellas, por 4-0 en Getafe, fue el detonante) en las seis primeras jornadas y la directiva optó por prescindir de sus servicios el 25 de septiembre.
Fue entonces cuando la entidad de Fernando Roig firmó a Javi Calleja, quien levantó el rumbo del equipo y lo devolvió a la quinta plaza. Se ganó seguir una temporada más, pero, como Escribá y Setién, no duró demasiado en su segundo curso. La historia se repite. Calleja no empezó la temporada al nivel que estuvo en la anterior y no llegó a comerse los turrones. El 10 de diciembre, al borde del descenso con 14 puntos tras 15 jornadas disputadas, el Villarreal decidió prescindir de él con el objetivo de que el nuevo técnico alejara al equipo de la zona roja.
No obstante, el escogido, Luis García Plaza, se convirtió en el entrenador amarillo con el paso más efímero del siglo XXI. Tan solo duró 50 días en el cargo y no consiguió ningún triunfo en Liga. Cuatro empates y dos derrotas en la competición doméstica fueron suficientes para que la directiva grogueta, con el equipo penúltimo, llamara de nuevo a Calleja.
El madrileño logró salvar al equipo en la campaña 2018/2019, en la que terminó decimocuarto. En la posterior campaña el Submarino se mostró muy consistente y regresó a los puestos altos de la tabla, terminando en quinta posición. Un factor a favor de Calleja en aquella temporada fue que la plantilla no contó con el desgaste que supone jugar competición europea.
No obstante, a pesar de los buenos resultados, la directiva no permitió que Javi Calleja continuara al frente del equipo. Su destitución, que se confirmó el 20 de julio de 2020, no fue a causa del rendimiento deportivo, ni tampoco debida a malas relaciones con los futbolistas ni con la directiva.
El motivo de su despido no fue otro que Unai Emery. La entidad de la Plana tenía un acuerdo con el de Hondarribia desde hace unos meses y el gran final de temporada con Calleja no sirvió para echarlo atrás. El espectacular currículum de Emery pesó más en la balanza que el hecho de dar continuidad a un entrenador de la casa que lo estaba haciendo bien. Y la jugada fue acertada.
La historia de Emery en el banquillo del Submarino es de sobra conocida por todos. Es el único de esta lista que no fue despedido, sino que se marchó por su propia voluntad. En su presentación dijo que soñaba con ganar títulos con el Villarreal, y nueve meses después estaba en Gdansk levantando el primero de la historia del club: la Europa League 2020/2021.
Tras esa gran campaña, el Villarreal rozó la gloria alcanzando las semifinales de una Champions League en la que eliminó a Juventus y Bayern de Munich. En ambas temporadas el equipo, centrado en Europa, terminó séptimo en Liga. Con todo, nadie dudaba de que Emery debía ser el entrenador del Villarreal.
No obstante, a comienzos de su tercera temporada, el 25 de octubre, los cantos de sirena del Aston Villa fueron demasiado atractivos y el técnico vasco abandonó el Villarreal para regresar a la Premier League. La importante mejora salarial y el proyecto que le ofreció en conjunto inglés llevaron a Emery a dejar un Villarreal en el que era querido y apoyado.
Fue entonces cuando Fernando Roig y su equipo optaron por un cambio de estilo en el banquillo. Del pragmatismo y la solidez de Emery se pasó a la posesión y el fútbol ofensivo de Quique Setién. A la plantilla le costó acostumbrarse y, aunque el golpe por caer de la Conference League en octavos de final fue muy duro, finalmente el equipo encadenó buenos partidos a nivel de juego y de resultados y terminó quinto en la tabla. Aún así, las dudas en parte de la afición no se habían disipado.
Tras una pésima pretemporada y solo cuatro jornadas de Liga, el entrenador de Santander ha sido finalmente destituido este 5 de septiembre. Ahora, como siempre que se va un entrenador, varios nombres sobrevuelan el banquillo del Villarreal. El principal candidato parece ser Julen Lopetegui, técnico de un perfil similar al de Emery y que también sabe lo que es ser campeón de la Europa League.
