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El azulejo, otra 'china en el zapato' del Botànic: Economía y Presidencia 'se disputan' al sector

26/02/2019 - 

CASTELLÓN. Las iniciativas dirigidas a favorecer al potente sector de la cerámica castellonense corren el riesgo de convertirse en una nueva 'china en el zapato' en las relaciones internas de los socios del Consell -PSPV y Compromís- en un periodo electoral en el que no pasa desapercibido que es una industria que da trabajo directo a 16.000 personas en esta provincia, mientras que otras tantas dependen directamente de ella a través de empresas auxiliares. Y todo ello concentrado en apenas dos comarcas castellonenses, que hoy se encuentran a la cabeza de la producción mundial y solo superadas por el gigante chino.

Así, la Conselleria de Economía -dirigida por Compromís- y Presidencia -en manos socialistas- se disputan hoy el liderazgo de la cordialidad que preside cada una de las conversaciones que se dan en este ámbito. La inauguración de la nueva sede del Instituto de Tecnología Cerámica (ITC), en Almassora, ha sido este lunes escenario de la firma de un convenio de colaboración entre el propio presidente de la Generalitat y la patronal Ascer, cuyos contenidos -muy generalistas y donde apenas existen concreciones más allá de la sana voluntad de las partes por cooperar- no acertaban a adivinar desde Economía, cuyos máximos responsables han venido liderando las iniciativas que se han desarrollado a lo largo de la legislatura.

El brindis de año nuevo con la prensa, el pasado 3 de enero en Castellón, fue detonante de un bien disimulado desencuentro de los socios de gobierno, al anunciar Ximo Puig un acuerdo con la patronal cerámica que dejó con el paso cambiado a responsables del departamento que dirige el conseller Rafael Climent.

Lejos de amainar esta pugna, la feria Cevisama fue nuevamente escenario de este protagonismo bipolar de un Consell que, mientras desde Presidencia se asumía el éxito de traer y atraer a toda una ministra de Industria al recinto ferial, Reyes Maroto, desde Economía se tomaba la iniciativa de dar un paso más en apoyo al sector, con un reconocimiento internacional a los ocho mayores importadores norteamericanos, en un acto en el que no faltó la magia de Yunque o las visitas programadas y las cenas protocolarias para el mejor acomodo de los ilustres empresarios.

Y todo para contentar a un sector puntero, baluarte de la balanza comercial pero hoy en ligera desmejoría por el complejo contexto internacional, con barreras arancelarias y pugnas comerciales entre los grandes.

A esta serie de encuentros y desencuentros, no han faltado las visitas al Palau de los representantes de la patronal, que valoran el buen momento en las relaciones entre la industria y la Generalitat en su conjunto, pero que echan de menos mayores concreciones en ámbitos como la energía, la formación o el fomento del uso de la cerámica en los planes del Ministerio para la rehabilitación de viviendas como sí sucede con el programa autonómico Renhata impulsado por la Generalitat. Para los más técnicos se deja la búsqueda de argumentos que permitan afrontar las siempre incómodas denuncias de dumping en el contexto exterior, acusaciones "que jamás han pasado de ahí sin que lleguen a fructificar", como así se recuerda y se reitera desde la propia industria.

El convenio firmado este lunes en Almassora contempla, de modo general, el compromiso de la Generalitat de favorecer escenarios que promuevan la cerámica en el contexto internacional. La rúbrica se realizó dentro de una sala, pero la directora general de Internacionalización o el secretario autonómico de Empleo, ambos de Compromís, se quedaron fuera de ese espacio reservado para los fotógrafos y los firmantes, la delegación de Presidencia y una patronal satisfecha de esta doble -y buena- acogida a sus argumentos, eso sí, cargados de razón.





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