CASTELLÓ. El Acord de Fadrell urge a la adjudicataria, Solaris Purgaret, a iniciar la retirada de la cruz de Ribalta. La empresa, tras haber transcurrido dos semanas desde la firma del acta de replanteo, sigue sin actuar sobre el monumento, a pesar de que únicamente le queda un mes para cumplir el plazo de ejecución.
La mercantil continúa trabajando en la construcción de un encofrado de madera que proteja la estructura, de 6 metros, para garantizar tanto la separación de la plataforma como su traslado y posterior colocación en el nuevo emplazamiento. Fuentes municipales aseguran que, ante las advertencias acerca del retraso, la empresa se remite a lo que recoge el contrato, esto es, que la obra civil debe finalizar a mediados de septiembre, lo que significa que se mantiene dentro de los tiempos.
Sin embargo, parece complicado que Solaris Purgaret culmine la totalidad de la actuación en apenas cuatro semanas. Además de levantar la cruz y depositarla en la explanada de la parroquia Santo Tomás de Villanueva en perfecto estado, debe realizar movimientos de tierra a fin de eliminar el entarimado y habilitar nuevos andenes y macizos. Asimismo, el proyecto contempla la instalación de mobiliario y la creación de un jardín con especies arbustivas y arbóreas, recuperando el espacio ajardinado que existió en 1926.
Las cláusulas administrativas del expediente establecen penalidades para la adjudicataria por incumplimiento. Desde la resolución de la relación contractual, con el pago al Ayuntamiento de Castelló de la correspondiente indemnización, hasta la continuidad de la ejecución, pero con la imposición de una sanción en función de la gravedad y consecuencias de la demora. En este caso, la cuantía no puede ser superior al 10% (IVA excluido) del contrato.
Tras la formalización del contrato el pasado 28 de julio, la empresa firmó el acta de replanteo el martes 2 de agosto. Se trata de un acto jurídico por el cual la entidad adjudicadora (el consistorio) hace entrega de los terrenos a la concesionaria del proyecto para comenzar los trabajos. Ese mismo día, por la tarde, la mercantil procedió a vallar el perímetro con vistas a iniciar el miércoles el desmontaje de la cruz.
Unas horas después, Solaris Purgaret comunicó la imposibilidad de arrancar la ejecución al no disponer todavía del molde para proteger la estructura durante las fases de desarme y transporte. No obstante, la idea era construir ese encofrado en la misma plataforma de la cruz al objeto de ganar tiempo. Ante el alboroto del miércoles, con protestas y concentraciones, la empresa optó por crear el armazón en un taller.
Desde entonces, no ha habido novedades de ningún tipo, más allá de que a los pocos días de instalar las vallas la mercantil procedió a su eliminación por no cumplir las características que contempla el proyecto. Según la memoria descriptiva, la empresa debe colocar un vallado opaco perimetral con una altura mínima de dos metros. Asimismo, ha de balizar y señalizar el itinerario de acceso de la maquinaria a la zona de actuación. Del mismo modo, resulta imperativa la protección provisional de los elementos (alumbrado público, por ejemplo) y las zonas del recorrido (vial adoquinado, aceras, etcétera) susceptibles de sufrir deterioro por la ejecución.