CASTELLÓ. El nuevo Plan Municipal de Movilidad Urbana Sostenible de Borriana ya en vigor no incluye el macroproyecto Golf Sant Gregori, encallado desde mayo, cuando una sentencia judicial apartó a la empresa promotora que había impulsado hasta ese momento las obras de urbanización, que no habían logrado cumplir los plazos marcados. La exclusión del plan de movilidad de Borriana es así reflejo de la enorme incertidumbre existente acerca del plan urbanístico más ambicioso de la historia de la localidad. El nuevo ejecutivo municipal PP-Vox no recurrió la sentencia y ahora explora qué nueva estrategia seguir.
El plan de movilidad pretende fomentar los desplazamientos a pie, en bicicleta y en transporte colectivo con el año 2030 como umbral y prevé inversiones cifradas globalmente en 3,6 millones de euros. Además, también sitúa la peatonalización del centro de Borriana como un objetivo a más largo plazo para revitalizar el comercio y la hostelería. Sin embargo, el nuevo gobierno local no es partidario de restringir aún más al tráfico el centro de la localidad.
De momento, el consistorio ha modificado el reglamento que regula el estacionamiento de pago para ampliar a tres horas el tiempo máximo de aparcamiento en la antigua Terraza Payá y ha incluido en el nuevo contrato algunas plazas de parking más de la calle Mayor, entre la plaza Major y el Pla, con un límite máximo de dos horas.
El plan de movilidad contempla otras medidas como la culminación del anillo de circunvalación, la mejora de las paradas del autobús interurbano, la implantación de un carril bici, un itinerario peatonal y un autobús a demanda para mejorar la conexión con la estación de tren, así como la inclusión de vehículos eléctricos en la flota municipal y la instalación de los primeros puntos de recarga. Todo eso aún está por definir.
El documento en vigor lo desarrolló y lo aprobó el anterior ejecutivo municipal PSPV-Compromís pero deberá desarrollarlo en esta legislatura el nuevo gobierno PP-Vox. Cuando estaban en la oposición, los populares se mostraron contrarios a crear aparcamientos intermodales en las afueras de Borriana porque entendían que perjudicaría al pequeño comercio más céntrico. Desde las filas de Vox también rechazaron la peatonalización del Pla durante los fines de semana o la supresión del parking de la antigua Terraza Payá.
Otro aspecto fundamental del Plan de Movilidad cuyo desarrollo debe valorar el nuevo ejecutivo municipal es la ampliación de la red de carriles bici. Ahora mismo, Borriana dispone de más de 24 kilómetros. El último tramo que se incorporó fueron los 1,2 kilómetros construidos en 2019, cuando la empresa Becsa ensanchó la calzada de la carretera del Grao por un importe de 719.739 euros, más otros 56.980 euros en expropiaciones tras la posterior subsanación de un error técnico en la superficie de dos parcelas.
El siguiente tramo de carril bici que se sumará a la red municipal será el de 1,1 kilómetros de longitud que ahora construye Pavasal en la avenida Mediterráneo, en el tramo entre el Puerto y la calle Juan Carlos I, con una inversión de 2.134.990 euros.
Las obras arrancaron en abril, con la posterior suspensión de un mes y medio a causa del Arenal Sound. Las máquinas empezaron a trabajar a pesar de las más de 850 firmas vecinales, recogidas por la Asociación de Hostelería de Borriana, que reclamó sin éxito aplazar el inicio a septiembre para no interferir en la campaña turística estival.
La avenida Mediterráneo contará con una nueva zona peatonal junto al carril bici, las mismas plazas de aparcamiento que había hasta ahora, mejoras en la calzada y en las aceras, la renovación del saneamiento y también del alumbrado público con leds.
También está prevista la renovación de canalizaciones subterráneas. Por ejemplo, los cuatro colectores de recogida de aguas pluviales y dos estaciones de bombeo para alejar el caudal pluvial de la calle Sueras, donde siempre se forman grandes balsas cuando llueve, y se sustituye la canalización del agua potable en tres puntos que estaban muy deteriorados. Se instalan bancos, papeleras, aparcabicis y se traslada la parada del autobús a otro lugar muy cercano.
Además de la fecha de inicio elegida, otro aspecto controvertido del proyecto es la reordenación de las plazas de aparcamiento del grupo de viviendas Roger de Flor, ya que ahí la anchura del vial será de 18,25 metros frente a los 23,25 metros del resto de la avenida y, además, el carril bici hará una curva. Sin embargo, el nuevo ejecutivo PP-Vox ha impuesto un paréntesis en las obras para ampliar el número de plazas de parking previstas inicialmente. Los trabajos se reanudarán en octubre, según aseguran fuentes municipales. El anterior gobierno aceptó ese cuello de botella para ahorrar dinero en expropiaciones.