entrevista

El periodista Javier Abad arroja luz sobre la figura del 'Mosca': "Ha sido el mejor ciclista de Castellón"

15/05/2022 - 

CASTELLÓ. Los hitos que consiguió Eduardo Castelló no están al alcance de muchos. Fueron diez las temporadas que el ciclista castellonense se mantuvo activo: de 1964 a 1973. Una década que valió al icónico deportista para presenciar ocho Vueltas a España, tres Tours de Francia, dos campeonatos del mundo y lograr más de una quincena de triunfos, entre ellos el Campeonato de España de fondo en carretera. El 'Mosca', que es así como apodaban al corredor de la Vall d'Uixó, consiguió hacer historia en la provincia en un momento en el que, eso sí, este deporte vivía un momento mucho más dulce que ahora. 

No cuenta el ciclismo con tanta proyección ni tanta atención mediática como en tiempos pasados. Así lo siente Javier Abad, periodista y responsable de Política en el periódico Mediterráneo, quien acaba de publicar un libro, Eduardo, Castelló, Mosca i ningú més (Trencatimons, 2022) donde reivindica su figura, pero también la del ciclismo de la provincia. 

A lo largo de 400 páginas, Abad recorre carrera a carrera cómo fue su trayectoria y, por lo tanto, permite redibujar diez años de deporte, pudiendo acercar su historia hasta generaciones que ya no lo conocen . "Falta ese referente que enganche a los jóvenes de ahora", asegura el periodista, que aspira a divulgar su importante figura. Y es que a su currículum hay que añadir que Castelló creó también la Escuela de Ciclismo Castellonense. Sin embargo, son muchos los que desconocen la magnitud de su labor.

-¿Qué le ha llevado a escribir un libro sobre Eduardo Castelló?
-Mi familia y la de Eduardo siempre han estado muy unidas. Además, mi padre era un gran aficionado del ciclismo, en general, y de Eduardo Castello, en particular. De todas las carreras que participaba iba recortando noticias de los periódicos y las almacenaba. Hasta que se jubiló y decidió coger todos esos recortes, los ordenó como bien pudo y los pegó en cartulinas conformando cuatro tomos. Cuando Eduardo fallece en 2020, me propuse hacer algo con eso. Empecé a investigar, a meterme en las hemerotecas de los periódicos, donde estaban sus primeras carreras y lo junté con los recortes de mi padre. 

Ahora, por desgracia, el ciclismo tiene poca repercusión en los medios de comunicación, pero entonces, en los años 60 y 70, había páginas y páginas dedicadas a ello. Tanto, que al terminar me vi con 300 páginas de libro.

-¿Qué es lo más importante a la hora de construir una biografía?
-Hay que decir que no es una biografía de Eduardo Castelló como tal, es una biografía ciclista. Quitando el primer capítulo, que explica su infancia en su pueblo natal, la Vall d'Uixó, el resto es sobre ciclismo. Pero, lo que hice fue ir año a año, desde el 57 hasta el 73 que finalizó, contando cómo eran las carreras y el papel que él tenía en ellas. Gracias a las crónicas que encontré de la época es casi como si fuera en un coche detrás de él; como si contase la carrera en primera persona.

-¿Es entonces un homenaje en general al ciclismo?
-El libro son tres homenajes: a la figura de Eduardo, a mi padre y al ciclismo de la provincia.

-¿Cree que la figura del ‘Mosca’ merece más reconocimiento?
-El 'Mosca' ha sido el mejor ciclista que ha tenido esta provincia, es indudable, y además también fue uno de los mejores de su época. Fue campeón de Europa de montaña, campeón de España de fondo en carretera. Ha hecho ocho vueltas ciclistas a España, tres tours de Francia, corrió dos mundiales. Esto no está al alcance de muchos. Merecía una biografía ciclista como figura que fue en su época. Mi intención es que sobre todo la gente de Castellón lo tenga en cuenta, porque fue el mejor ciclista de esta provincia. 

-¿Es irrepetible? ¿No hay ningún deportistas como él ahora?
-Como diría Bob Dylan los tiempos están cambiando. El ciclismo es un deporte muy sacrificado. Castellón ha tenido buenos ciclistas, pero ahora es verdad que estamos huérfanos de esa figura, de ese nombre. Hay varios, pero faltaría ese referente para que los jóvenes se enganchen a este deporte. Es sacrificado y duro pero también es muy bonito. A mí es uno de los que más me atrae, aunque todo el mundo diga que el tour de la tarde es para aprovechar y dormir la siesta. El ciclismo es de los más bellos deportes que existen. 

-Hablamos de una biografía de cientos de páginas…¿de dónde saca un periodista tiempo para escribir un libro tan extenso?
-Cuando te entusiasma algo siempre hay tiempo. Un periodista está las 24 horas al día enganchado a la actualidad. El tiempo se saca de los fines de semana, cuando llegas del trabajo y después de cenar te pones a escribir en lugar de ver la serie o película de rigor. También sacas tiempo de las vacaciones de verano, del tiempo que pasas con la familia y del ocio. La verdad es que cuando lo terminé fue una liberación.

-Seguramente no es el tipo de libro que muchos esperan que haga un periodista político. ¿Intenta dedicarle a la política el menor tiempo posible cuando está fuera del trabajo? 
-El libro ha sido una liberación del día a día de la profesión, que tanto absorbe y sobre todo en el área en la que estoy, que es de política y economía. Ha sido desestresante para mí hacer otras cosas y no pensar durante esas horas en lo que es el periodismo.

-En todo caso, si tuviera que dedicar una biografía a un político, ¿a quién sería? 
-No la dedicaría a ningún político. No porque no la merezcan, pero la política es siempre subjetiva, nunca estarán de acuerdo todos con ella. Mientras que con Eduardo, estamos todos de acuerdo en que fue un gran ciclista. Una persona de un carácter muy afable y una persona que después de ser retirado del ciclismo supo ganarse la vida en una actividad comercial como Deportes Castelló, que fue un referente en la ciudad.

Foto: ANTONIO PRADAS

-Lleva más de treinta años haciendo periodismo. ¿Tanto diría que ha cambiado la profesión?
-El cambio ha sido muy grande, sobre todo con la incorporación de las nuevas tecnologías... y más que cambiara. Ahora cualquiera puede ser periodista con un teléfono móvil. Por eso, tenemos que estar más alerta que nunca, porque no todo vale. Antes las noticias venían por las fuentes que tú te podías buscar, los teletipos y poco más. Los gabinetes de prensa apenas existían. El periodismo de antes no tiene absolutamente nada que ver con lo que es ahora.

-Gracias a Internet las noticias llegan antes a los lectores, pero ¿en qué medida esto ha condicionado la labor del periodista?
-Condiciona mucho, porque antes trabajabas durante toda una jornada para ofrecer al día siguiente tu información en el papel, pero ahora no. Recientemente hemos tenido que informar sobre la dimisión del conseller castellonense Vicent Marzà, que ha decidido dejar el Consell. Al minuto ya estaba circulando por las redes. Esto te obliga a hacer un sobre esfuerzo, porque la noticia de que Marzà decide abandonar el Consell ya se ha dado. Al día siguiente tienes que ofrecer algo más. Es un trabajo añadido para el periodista.

-¿Le gusta entonces más este periodismo o el de antes?
-El de antes, por su puesto. 

-¿Cree que un periodista debe contar todo lo que sabe o hay información que es mejor reservarse?
-Un periodista vale más por lo que calla que por lo que cuenta. Todo no se puede contar, además porque para que un periodista mantenga su profesión durante mucho tiempo hace falta cuidar las fuentes. Es primordial tener una agenda y que esos contactos te respondan cuando haya una noticia. Tienes que mantener esa complicidad, no puedes perder las fuentes. Un periodista vive de eso, tiene que tener contactos en todos los sitios.



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