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tribuna deportiva / OPINIÓN

El Villarreal ya ha ganado la Champions

3/05/2022 - 

"Un soneto me manda hacer Violante, que en mi vida me he visto en tal aprieto..." He recordado ese irónico guiño poético de Lope de Vega, y de nuestra EGB -ya ha llovido- cuando Ángel Báez -un extremeño de pro que hace vida y profesión en Castellón, y con el que compartí años y vivencias en la mítica redacción de El Periódico Extremadura, en Cáceres, me ha pedido que escribiese sobre este epílogo de la semifinal de Champions, en La Cerámica, de este martes. Y a pesar de los pesares, y de que uno anda ya medio retirado de la escritura, a un tipo como Ángel no le puedo decir que no. El de Fuente de Cantos es el director de este medio, Castellón Plaza, y ya ejerció de perfecto anfitrión cuando la Universitat Jaume I de Castelló me invitó a dar una conferencia tiempo ha. No hay más remedio, de bien nacidos es ser agradecidos, vamos a ello. 

Viví en el Liverpool FC una de mis mejores etapas profesionales. Es más, creo que excedió, con creces, el ámbito puramente profesional. Porque Liverpool te cautiva, te gana para la causa, te hace cómplice, te enamora, te mimetiza... Y no solo en lo deportivo y futbolístico, que también. Quizá por eso, entre otras cosas, hace mucho tiempo que acuñé la discutida frase -más de una polémica y/o discusión me ha costado- que asegura que "quien no ha visto un partido en ‘Anfield’, no ha visto fútbol en su puñetera vida”. Y lo sigo creyéndolo como verdad verdadera y ateniéndome a las consecuencias. Para ello me amparo en el contenido, claro, pero también en el continente. En el antes, en el durante y en el después. En la épica de ‘Anfield’, en la heroica de ‘The Kop’, en el mito del ‘You’ll never walk alone’... Lo he escuchado más de un centenar de veces en los prolegómenos de un partido del LFC y me sigue removiendo el alma y poniendo el vello de punta. Los propios jugadores del Liverpool FC, al menos los que estuvieron allí en nuestra época, reconocían que, cuando se obligó a que el himno -ojo 'a capella'- se interpretase antes de la salida de los equipos al césped y ellos lo oían desde el propio vestuario, recibían como una inyección de una pócima mágica que los hacía crecer exponencialmente.

Pero es que antes del partido se vive una auténtica cultura del fútbol en los pubs y en las calles que circundan el rompeolas espiritual ‘scouse’. Algo que se repite al final, cuando ha terminado el encuentro e independientemente de cuál haya sido el resultado. No quiero extenderme, creo que ya está entendido el sentido de mis palabras y el refrendo a la dichosa frase que acuñé estando allí hace más de una década.  

Pues bien, aplicando una simple regla de tres, quien no ha jugado en ‘Anfield’...  Y el Villarreal lo hizo con absoluta decencia, con una enorme categoría. Con 0-0 y con 1-0. Quizás el 2-0 -y los minutos acumulados haciendo un más que elogioso trabajo- desvirtuaron un poco sus intenciones de cara al final, pero solo al final y por ser muy exigentes. Es lógico, comprensible y hasta asumible. Con todo, esto es fútbol y, como bien ha dejado bien claro Sir Jürgen Klopp, “el resultado puede resultar peligroso, muy peligroso”. No sé lo que va a pasar este martes. No soy adivino. Pero si el Villarreal se emplea como en la ida, va a haber que sudar para certificar. Tiempo al tiempo. 

Foto: Carme Ripollès

Con la puesta de largo en ‘Anfield’ ya en la mochila, y, compartiendo esta última, con la nómina de rivales continentales a los que se ha medido en esta ya, para siempre, histórica temporada pase lo que pase, Chelsea para empezar en la Supercopa, Atalanta, Manchester United y Young Boy en las clasificatorias más Juventus y Bayern Múnich (ojo al dato, que decía el clásico) en octavos y cuartos... El Villarreal CF -perdónenme, es opinión personal y, por tanto, tan discutible como todas las mías- ya ha ganado su Champions. Y por méritos propios, a las pruebas me remito. 

Porque luego está el mérito que tiene hacerlo desde una ciudad de un poco más de 50.000 habitantes, que no es ni siquiera capital de provincia... Pero que ha trabajado mucho y bien, y haciendo las cosas de forma brillante, absolutamente brillante. Ha levantado una sólida cantera en la que asentar su obra de ingeniería futbolística y a la que ha dotado de una infraestructura a la altura de muy pocos clubes, ¡ojo!, de Europa. 

Recuerdo cuando, en los 90, el Villarreal CF formaba parte de aquella bendita rebelión de los modestos en la que también andaba, y con menor población tras de sí, el CF Extremadura de mi ciudad, hablando, con mucho esfuerzo, con mucho sacrificio, con mucho de todo, de tú a tú a los entonces líderes de la llamada ‘Liga de las Estrellas’. El Villarreal CF -lo acabo de apuntar- sentó las bases de un sólido proyecto, algo que nunca supo hacer, o no lo dejaron otros intereses bastardos, el ya desaparecido Extremadura. Por eso, visto con distancia, hace años que el ‘submarino’ ha ido ganando su Champions. 

Y termino con las personas; con esa perspectiva que dan el tiempo y, otra vez, la distancia. No voy a hablar de los Roig, porque en eso está graduado todo el mundo en Vila-real. Y con nota. Pero me quedo con tres personas, como muestra un botón triple, a las que he tenido la suerte de conocer en tres etapas distintas de mi andadura profesional. 

Foto: VILLARREAL CF.

El primero en el tiempo, el alma mater del proyecto. Compartí una comida con Unai Emery en un hotel de Valencia cuando a mi antiguo jefe le hicieron un reconocimiento en la ciudad del Turia. Era un Unai Emery que estaba comenzando a despuntar, pero ya tenía algunas muescas en un revólver que, a día de hoy, está plagado de ellas. En la conversación, larga y sobre todo balompédica, de aquel almuerzo ya transmitía ese algo, difícil de definir, que desprenden las personas llamadas a hacer grandes cosas. Lo ha confirmado, vaya si lo ha confirmado, y con creces. 

El segundo, también de forma cronológica, Raúl Albiol, con el que coincidí en nuestra etapa en Nápoles. Igualmente, todo un ejemplo de muchas cosas, en lo futbolístico y también en lo personal.  

Y, por último, por ser más cercano en el tiempo, Antonio Rodríguez Saravia ‘Rodri’, hoy ayudante técnico en el staff de Unai Emery y no hace mucho primer entrenador del Extremadura UD, proyecto de sustituto del mítico y ya nombrado CF Extremadura. No le dejaron triunfar en Almendralejo por falta de paciencia. Estoy convencido de que lo hubiera hecho. Por sus formas, por su fondo, por lo que implementó a la plantilla y de los que otros entrenadores que le sucedieron estuvieron viviendo. Tal cual, aunque también es opinión propia y discutible como todas. 

Foto: Carme Ripollès.

Por todo lo anterior, a lo peor por lo que pudo ser y no fue el equipo de mi tierra y sí lo ha sido, lo está siento y creo que lo será -las bases están muy bien cimentadas y no va ser un sueño efímero- ese Villarreal que compartía ilusiones y esperanzas con el club almendralejense no hace demasiado, me parece que, pase lo que pase este martes, el Villarreal ha ganado su Champions. Eso sí, a nada que se den los factores favorables y mantenga su filosofía en el campo, no sería descartable que ganase dos por el precio de una y en el mismo año. Veremos, no será nada fácil. El favorito es el Liverpool FC, un equipo con un potencial enorme, una máquina de hacer fútbol en todas sus disciplinas; para mí, el mejor equipo de la Premier League con diferencia y ahí están sus logros este mismo año... Pero esto es fútbol, amigo, y en el fútbol, hasta que pite el final el holandés no estará todo dicho. 

Un placer, espero haber estado a la altura de lo que merecen un tipo como Ángel Báez y los lectores de Castellón Plaza.  ¡Siempre Endavant Villarreal!

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