Balance del festival

El Rototom culmina su edición del "reencuentro" reuniendo a 211.000 personas al día

23/08/2022 - 

CASTELLÓ. (EFE). El Rototom Sunsplash cerró anoche su vigésima séptima edición, que durante una semana ha reunido a 211.000 personas de 77 nacionalidades de los cinco continentes que han acudido a Benicàssim a reencontrarse tras dos años de parón en un recinto de conciertos que ha acogido 183 actuaciones. Para la organización ha sido una "edición especial" por el "reencuentro que ha supuesto para una comunidad planetaria que deseaba volver a vivir la experiencia Rototom Sunsplash", basada en el reggae, el hip hop y las músicas del mundo.

La mayoría de los asistentes ha procedido de España, Francia, Italia, Alemania y Reino Unido, aunque se ha unido también público de Uruguay, Egipto, Tailandia, Kenia, Haití, Indonesia, Vietnam, Islandia, Nueva Zelanda o Trinidad y Tobago, entre otros muchos. Una unión demostrada de forma especial cuando en las últimas horas de la segunda jornada del festival (el miércoles 17 de agosto) el recinto de conciertos tuvo que ser desalojado de manera preventiva, y afortunadamente sin incidentes, por el temporal de viento.

"La reacción de las personas asistentes fue colectiva y ejemplar; evidenció que en la dificultad nace la unión, y que Rototom tiene un público implicado ya no sólo con la cita musical en sí, sino con el universo y la filosofía que ha construido", han señalado desde la organización. Además, el festival ha rebasado los límites del recinto de conciertos gracias a la retransmisión en tiempo real de los espectáculos de los escenarios principal y Lion y de los principales debates y sesiones de la Reggae University durante la semana. Los tres canales habilitados han acercado el Rototom Sunsplash a 2.835.000 personas de todo el mundo, que han seguido en vivo el día a día del festival vía web y redes sociales.

Una audiencia que ha sumado seguidores de 90 países para disfrutar de más de 650.065 horas de retransmisiones en vivo desde los distintos canales digitales del festival. Estas siete jornadas de festival han sumado cerca de 200 conciertos y sesiones, pero el desfile artístico que ha permitido sacarlos a escena no se ha dado únicamente sobre los siete escenarios del certamen, sino también bajo ellos.

Han sido varios los artistas que, integrando o no el cartel de este año, se han desplazado igualmente a Benicàssim para vivir el festival (como ha demostrado, entre otros ejemplos, la presencia de Green Valley), o para ayudar a construirlo desde otras plataformas ajenas a lo estrictamente musical, como plasman las colaboraciones en las sesiones de la Reggae University, en las que el público ha podido disfrutar de diálogos cercanos con Julian Marley, Horace Andy o Luciano.

En las áreas culturales se ha concentrado la actividad diaria, desde la apertura del recinto hasta la puesta de sol marcando el inicio de los conciertos y la transición hacia la programación nocturna. El público infantil, adolescente y familiar ha encontrado en Magicomundo, la Teen Yard, el Mercado Artesano, Pachamama y Jamkunda, con sus sesiones de baile afro, una intensa agenda para "festivalear" en equipo y "demostrar que Rototom Sunsplash es una experiencia que une generaciones". La Teen Yard, el área para las y los adolescentes, que sigue creciendo en programación, ha atraído también a sus múltiples talleres a público adulto.

La edición We must change the world deja hitos, como el de haber convertido al Rototom Sunsplash en el primer festival en Europa que mide, verifica y certifica (por parte de Aenor) su huella de carbono gracias a un proyecto implementado por Tuawa y Global Omnium. El certamen refuerza así su compromiso ambiental, plasmado ya en el hecho de ser un evento "plastic free". Además, el festival ha abogado por su sistema de vasos reutilizables y con fin solidario: toda la recaudación se destinará a Casda y Conquistando Escalones para respaldar una investigación esperanzadora en la lucha contra el SIDA. El compromiso social del festival se ha trasladado también a la campaña de colaboración con el Banco de Alimentos a través de la organización FoodRation4All y de su proyecto Nadie sin su ración diaria

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