Foto: VILLARREAL CFVILA-REAL. Se crió dando balonazos en el Camp del Carmel de Barcelona y hoy en día es una pieza fundamental en el Villarreal. Su nombre no es otro que Ramon Terrats Espacio (Barcelona, 2000), centrocampista con clase, zurdo, polivalente y sobre todo con un futuro muy ilusionante. Llegó al Submarino en enero procedente del Girona y su adaptación al primer equipo fue tan sorprendente como prometedora y por ahora Quique Setién le tiene reservado un puesto en el once titular. Se ha convertido en un hombre tan importante que se haría extraño no leer su nombre en la alineación amarilla de este domingo para enfrentarse al Barcelona.
De familia futbolera y espanyolista, Ramon empezó a jugar en la escuela del Club Esportiu Europa con solo cuatro años. Recuerda su infancia muy feliz y siempre muy ligada al fútbol: “De pequeño jugaba mucho con mi hermano y mi padre, nos llevábamos el balón a cualquier lado. Disfrutaba mucho jugando con mis amigos, teniendo a mi familia cerca… el fútbol me hacía feliz y gracias a eso soy quien soy”.
Buena parte de las horas que compartía con el balón las pasaba en el Camp del Carmel, campo de fútbol municipal que estaba cerca de su casa y al que desea volver algún día para revivir viejos tiempos. “El Camp del Carmel me trae muchos recuerdos”, afirma Terrats mientras no puede evitar esbozar una sonrisa. “Pasaba muchas horas allí jugando con mi hermano y con mis amigos, chutando faltas, dando pases… A veces hablamos de volver algún día, pero por ahora no se ha cumplido”, lamenta el catalán.
A esa edad sus mayores ídolos eran Andrés Iniesta y Sergio Busquets, futbolistas que ocupan posiciones similares a la suya y cuyo estilo y calidad le encandilaban. “Me marcaron mucho por cómo jugaban. Siempre me han gustado, se han mantenido al máximo nivel durante mucho tiempo y siguen haciéndolo”, asegura Terrats sobre los dos exjugadores del Barcelona.
Precisamente el conjunto blaugrana es el próximo rival del Villarreal. El encuentro, programado para la tarde de este domingo en el Estadio de la Cerámica, será “muy bonito de ver” porque, según explica Terrats, ambos equipos proponen “más o menos las mismas cosas”.
Asegura que su simpatía por el RCD Espanyol, íntimo rival del Barça, no está haciendo que le dé al partido más importancia de la que tiene, pero aún así reconoce estar muy motivado de cara al duelo: “Les tengo ganas, el hecho de no haber jugado nunca contra ellos creo que influye un poco. Nos van a someter porque son muy buenos, pero espero poder ganar”.
Por su forma de hablar y de jugar, cualquiera diría que lleva más de un lustro en el club, pero nada más lejos de la realidad: Terrats viste de amarillo desde hace menos de un año. Tras jugar en el CE Europa y en el CF Damm como juvenil, con 18 años firmó por el Sant Andreu para competir en Tercera División. Tras una temporada sin demasiado protagonismo, el barcelonés se marchó al filial del Girona, donde una serie de lesiones en el primer equipo le dieron la oportunidad de debutar en Segunda División.
Con el conjunto gerundense logró ascender a Primera División , pero después de media temporada sin muchos minutos salió cedido al Villarreal B para ayudar al equipo en la categoría de plata. Sin embargo, Terrats sólo llegó a disputar cinco partidos con el filial groguet.
Su gran rendimiento con el equipo de Miguel Álvarez llamó la atención de Quique Setién e hizo que se ganara un puesto en el primer equipo que no ha soltado hasta el día de hoy. “Estoy muy feliz aquí, me siento bien jugando y estoy mejorando cada día. Antes de llegar aquí hacía tiempo que no sentía eso”, explica Terrats sobre su favorable situación en Vila-real.
Ramon Terrats estaba acostumbrado a jugar como pivote, pero Setién, que ya cuenta con un 'cinco' de garantías como Dani Parejo, confía en él para el puesto de interior. “Dani (Parejo) es intocable por su nivel y eso ha hecho que yo esté más avanzado. Es algo que me gusta, puedo llegar más al área”, sentencia el joven centrocampista sobre su posición.
Se define como “un chico que corre, que ayuda en defensa y en ataque y que puede estar tanto en salida de balón como dentro del área rival” y cree que eso le hace “más completo y mejor jugador”. Para Terrats la polivalencia es un don fundamental en un futbolista, y considera que cuenta con él: “Cuantas más virtudes tenga un jugador mejor le puede ir, creo que eso lo tengo y por eso me está yendo bien”.
No siempre ha sido así, pero Ramon explica que ahora se siente muy tranquilo y no siente ningún tipo de presión antes de los partidos. No obstante, reconoce que siempre se ha exigido demasiado, que es excesivamente perfeccionista para consigo mismo. “Me castigo cuando algo no me sale bien, pero es algo que he mejorado y que seguiré mejorando en el futuro”, confía Terrats.
Sobre sus dos últimos entrenadores, Míchel y Setién, Ramon solo tiene buenas palabras. Los ve como dos técnicos muy similares: “Sus estilos de juego son parecidos: tener el balón, hundir al rival, dominar el mayor tiempo posible… eso ha hecho que me pueda adaptar bien”, argumenta.
Además, añade que en el ámbito humano los dos son muy buenos y que, mientras que Míchel analiza muchísimo a los rivales, Setién no lo hace con tanta exhaustividad. “De Míchel aprendí mucho, me transmitía mucha pasión y motivación, mientras que Quique me ha hecho mejor y ha hecho que esté más liberado. Al Girona no le está yendo mal y a nosotros tampoco”, concluye Terrats sobre ambos técnicos.
Ahora bien, para un futbolista tan importante es la relación con su entrenador como con sus compañeros. Aunque se lleva bien con todos, Terrats admite que sus mejores amigos dentro del vestuario son Jorge Cuenca y Filip Jörgensen. También dice llevarse muy bien con Álex Baena, con quien coincidió en el Girona, así como con Yeremy Pino y con Gerard Moreno.
Cuando se descalza las botas, Terrats es un chico tranquilo al que le gusta quedarse en casa jugando con sus amigos al FIFA o al Call of Duty en la Play Station. Su novia le enseña música diferente, pero él sigue diciendo que lo que más le gusta escuchar es el reguetón. Habitualmente se alimenta en las instalaciones del club, donde asegura que se come muy bien y hay libertad para elegir. Eso sí, cuando quiere darse un capricho acude a su plato favorito, el sushi, y de vez en cuando demuestra ser humano y también tira de McDonald 's.
Destaca en él que a pesar de su éxito deportivo no ha dejado de lado sus estudios, algo que considera muy importante. Por las tardes, de manera telemática, estudia un Grado en Ciencias de la Actividad Física y el Deporte en la Universidad Isabel I de Burgos. “Me quedan dos años para acabar la carrera. Estoy muy contento porque me ayuda a liberar la cabeza del fútbol. Para mí es muy importante seguir formándome y aprendiendo”, asegura orgulloso el catalán.
Sigue viendo muchos partidos cuando está con su padre, a quien califica como un “enfermo del fútbol”. Sin embargo, Terrats lamenta que los partidos sean cada vez más aburridos y eso hace que esté perdiendo el interés por ver los encuentros en la televisión: “Cada vez me gusta menos ver fútbol, se están haciendo partidos muy largos con los añadidos y eso a veces aburre. No es un fútbol muy atractivo, hay equipos de la liga que juegan con un estilo totalmente respetable, pero que no es el que a mi me gusta ni jugar ni ver".
Terrats está bastante presente en las redes sociales, pero sabe que pueden ser negativas y tiene claro que no deben afectarle: “Lo que comenten me da bastante igual, no me afecta lo que puedan decir de mí o del equipo. Las uso para darme visibilidad a mí y al equipo, que creo que es importante y positivo”, argumenta un Terrats que aún no cuenta con cifras desorbitadas de seguidores en Twitter o Instagram.
El hecho de que tanto su padre como su madre hayan sido periodistas hace que Ramon sienta respeto por el mundo de la prensa: “Es importante, si no existiese hay cosas que no tendrían gracia. Mi padre siguió durante muchos años al Espanyol y he estado muchas veces en ruedas de prensa y redacciones. Es verdad que no la suelo escuchar ni leer, pero cómo me han enseñado lo que es siempre intento atenderla bien y con ganas”.
Aunque está feliz en Vila-real, Ramon no puede evitar echar de menos a su familia y amigos de Barcelona y Girona: “En Girona tenía muchos amigos y estaba a una hora de mi familia. Ahora vivo en Castellón y no tengo muchas relaciones más allá de los compañeros del equipo. Me está costando un poco hacer más cosas, pero voy saliendo”, afirma un Terrats que, sin embargo, sabe que en el fútbol hay que adaptarse y vuelve a subrayar que está muy cómodo en La Plana.
Además, parte de su familia materna vive en Valencia, lo que hace que sus padres visiten bastante la capital valenciana. “En Valencia tengo a mis tíos, a mi abuela, a mis primos… se hace mucho más cómodo porque mis padres están mucho por allí y está a solo 50 minutos de aquí”, explica feliz un Terrats que añade que las visitas que le hace su novia también le ayudan mucho.
Así es Ramon Terrats. Un chico joven, trabajador, tranquilo y responsable. Está a gusto con su entrenador y sus compañeros de Vila-real, pero como es natural, anhela su tierra. Cómo él mismo asegura, el futuro siempre es incierto y más para un futbolista, pero lo que parece seguro por su personalidad es que Terrats no dejará de dar lo mejor de sí para ser cada día mejor centrocampista. Volverá, tarde o temprano, a chutar faltas con sus amigos en el Camp del Carmel.
