VILA-REAL. El Servicio de Guardería Rural del Paisaje Protegido de la Desembocadura del río Mijares, gestionado por los ayuntamientos de Vila-real, Almassora, Burriana, la Diputación de Castellón y la Generalitat Valenciana, ha desmantelado varios mecanismos preparados para la caza furtiva en el espacio fluvial.
En primer lugar, se trata de dos puntos de ocultación que se habían construido con cañas y perfectamente camufladas entre el Pas de la Cossa y el puente de la autovía CV-18 para hacer esperas al acecho. Los guardas han encontrado en torno a uno de los dos puntos de ocultación plumas de ánades azulones que probablemente fueron cazados por los furtivos. La zona ubicada debajo del puente de la CV-18 es un espacio tranquilo y utilizado por los patos para descansar y alimentarse.
El segundo artefacto desmontado por el Servicio de Guardería Rural es una caja de trampa que los furtivos habían instalado en los antiguos campos agrícolas de Burriana. El artefacto estaba escondido entre la vegetación arbustiva. Se trata de una caja trampa que incorpora una plataforma con semillas pegadas para atraer a varias especies de aves granívoras como la paloma torcaz, la tórtola, la perdiz o la paloma.
El artefacto furtivo está ideado para que el ave, una vez atraída por la comida, pise la plataforma y se disparan los pistones que la sostienen dejando al animal atrapado en la red de la caja trampa. El Servicio de Guardería Rural vigila constantemente los 14 kilómetros lineales de Paisaje Protegido de la Desembocadura del río Mijares para evitar, entre otras muchas cosas, la caza y la pesca furtiva.