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la ciudad vista desde otros ojos

Imposible no mirar: Àngela Moya ilustra los edificios más bonitos de Castelló

3/03/2020 - 

CASTELLÓ. Hay edificios que, sin nosotros esperarlo, nos hacen detenernos. Sentimos la necesidad de observar cada uno de sus detalles. De esquina a esquina. Y otras veces incluso nos animamos a fotografiarlos. Pero esto no sucede siempre. En la mayoría de los casos pasan desapercibidos. A no ser que lleven consigo la palabra ‘monumento’. Àngela Moya López empezaba en julio del año pasado una serie de ilustraciones sobre los edificios de Castelló que habían captado su atención. Acostumbrados a ver la ciudad desde otros ojos, lo que en realidad consiguió la artista es captar la atención de todas las personas que habían tenido acceso a sus piezas. ¿Pero eso dónde está?, le preguntaron muchos, asombrados por la belleza de estas casas. “Es verdad que Castelló tiene fachadas muy descuidadas, pero también tiene otras que rompen con esta estética”, asegura la artista.

Con todo, la intención de Moya no es hacer de esta una ciudad más bonita o menos. “Castelló es como es y por eso me gusta. Así como en València hay muchos edificios que destacan por su arquitectura, aquí no tenemos tantos, pero también los hay y pasan más desapercibidos”. En resumidas cuentas, sus ilustraciones vienen a divulgar una idea muy clara: existe patrimonio y existen muchas razones para querer darle su importancia y visibilidad. Si bien, casi todos los que han visitado alguna vez la capital de la Plana, se han detenido a observar el exterior del Teatre Principal, el Fadrí, la Concatedral de Santa María o el Ayuntamiento, por su innegable relato arquitectónico. También hay otras joyas escondidas en la plaça de la Farola, el carrer Major, el carrer d’Emmig o el de Ayoza. La misma diseñadora asegura que empezó esta serie de obras de manera casual, sin querer conseguir nada más allá que el simple placer de dibujar. Aunque con el tiempo esta idea cambió.

Además de empezar a hacer prints, por los encargos espontáneos que ha recibido, la artista quiere investigar sobre cada edificio que ha retratado, para conocer así detalles tan básicos como cuándo fueron construidos. “Sé que me gustaría llevar esta idea más allá, pero todavía estoy averiguando cómo. También, es que soy una persona que me cuesta creerme que hago las cosas bien. No me acostumbro a que me digan que algo gusta y no me planteo dar ciertos pasos”, admite la castellonense. Sin embargo, sus ilustraciones vectoriales han gustado incluso a otros municipios de la provincia que han contactado con la misma para atrapar sus obras.

Àngela Moya terminó sus estudios en Diseño Gráfico cuando la crisis imperaba y por eso pasó un tiempo en el paro esperando alguna oportunidad. "Como no tenía experiencia porque había terminado de formarme, nadie me la podía dar tampoco". Su relato no es nuevo, coincide con el de una generación que no ha tenido todas las oportunidades que seguramente merecía. No obstante, la artista terminó entrando en el sector y, contra todo pronóstico, se dio cuenta de que se estaba mejor operando desde fuera. Es decir, trabajando como autónoma, pese las dificultades añadidas que acarrean esta decisión. "En esta profesión todo pasa muy rápido. Te piden un encargo que quieren para ayer. Y no tienes tiempo para desarrollar otras técnicas ni para experimentar otras vías". Así, desde que se hizo freelance en 2018 dice sentirse libre. "Aunque los encargos siguen siendo para ayer, ahora puedo decidir qué estética o técnica quiero para los trabajos". 

Y si arriesgar es de valientes, a la creadora de momento no le va nada mal. "Es difícil hacerse un hueco", apostilla. "Lo es en una ciudad pequeña". Además, "es complicado que tengas visibilidad por tus trabajos", pero como también sostiene, "no se ha de desistir". "En una ciudad que no tiene tanta cultura visual, se ha de estar luchando". Moya lleva más de un año haciendo trabajos como autónoma para el Ayuntamiento de Castelló. Ha sido la autora del diseño de la imagen gráfica del congreso Castelló Educa, de les Nits a l'ermita, del festival Queerzine de 2018, del programa de las fiestas de Sant Nicolau de Bari, la Nit de Sant Joan o, incluso, de los paneles informativos de la ruta urbana Passeig de la Salut. También, de forma paralela, ha hecho la imagen del Betlem de la Pigà. Un compendio de trabajos que, al menos hoy, le valen para vivir de esto. 

"Siempre me ha gustado dibujar. Cuando era pequeña me entretenía diseñando ropa, vestidos, camisas. Me gustaba el mundo del diseño de moda, pero cuando empecé el bachiller artístico, tuve asignaturas que me desviaron, entre comillas, al diseño gráfico, que es lo que realmente me gusta. Yo no ambiciono premios, quiero ganarme la vida con este oficio. Una profesión que entre todos hemos de visibilizar. El diseño es importante, y no solo porque es cultura, hace falta para vivir en un mundo donde todo esté más compensado. Las personas han de recordar que nosotros trabajamos para diseñar sus negocios. No solo le damos estética, conseguimos hablar de lo que quieren transmitir y de lo que estos son, o quieren llegar ser", concluye la castellonense, quien recientemente se ha incorporado a la Asociación de Diseñadores y Creativos de Castelló para hacer equipo y conseguir ejercer plenamente esta profesión, "que tanto me apasiona". 

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