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protagoniza una exposición en el macvac coincidiendo con el 25n

Isabel Oliver dibuja una sociedad feminista frente a las obras de Rubens o Picasso

22/11/2023 - 

CASTELLÓ. La artista valenciana Isabel Oliver ha estado siempre muy vinculada al Museu d'Art Contemporani de Vilafamés (MACVAC). Fue parte de ese grupo de creadores y creadoras que ayudó a Vicente Aguilera Cerni a fundar el museo en la localidad castellonense en 1972. Pero además, dos de sus obras forman parte de la colección permanente. Un óleo sin título, datado en 1990, en el que Oliver emplea el blanco y negro; y un collage acrílico, Construcción de la ciudad de Valencia, que pintó diez años más tarde. Ambas piezas muestran, como afirma Rosalía Torrent -directora del MACVAC- "un trabajo que, a lo largo de los años, ha vivido unas etapas tan diferentes como ricas". "Isabel ha sabido trabajar partiendo de diferentes presupuestos, imágenes e ideas, que la han hecho dueña de una historia perfilada a través de unas obras que tienen un elemento común: el principio reflexivo". 

Tradicionalmente la obra de Isabel Oliver se ha asociado al pop art, ya que su producción se basa principalmente en este estilo, pero no es el único. Por eso, de su obra también se destaca su sentido crítico. Un mensaje, el de sus pinturas, siempre a favor de las mujeres y en contra del elitismo. Ejemplo de ello son, precisamente, las 15 pinturas que ahora la valenciana expone en el Macvac. El museo inaugurará el próximo sábado 25, en el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, la exposición ¿Quiénes seremos?, donde pueden verse obras pertenecientes a diferentes series, algunas de reciente creación.

"Estas quince obras son mucho más que quince historias, son, cada una, una forma de plasmar una idea y un ejemplo de cómo la pintura, siempre, siempre, puede tener algo nuevo que decir con una forma de expresión diferente. Es difícil, pero estas pinturas atestiguan que se consigue", manifiesta Torrent.

Para desmontar el pasado, y denunciar los abusos de poder que todavía ocurren en el presente, la artista se apoya en ocasiones en metáforas. Un recurso visual que le sirve de "palanca" para construir nuevas realidades, a partir de hechos que ya conocemos. "Cómo percibimos la vida es parte de nosotros. Sin darnos cuenta, conocemos fragmentos de la vida de una persona, creamos una imagen que, aunque no se corresponde completamente con la realidad, existe también. Y quizá sea más real, porque es la percibida. Isabel Oliver hace eso en gran parte de sus obras, construir una historia deseada, una mejor, pero no por ello menos real", explica Joan Feliu en el catálogo de la muestra.

Imágenes para la reflexión

La exposición arranca con la serie 'Con memoria' -también en blanco y negro-, y sus homenajes a mujeres fotógrafas tan célebres como Gerda Tar, Grete Stern y Dickey Chapelle, esta última una reportera de guerra norteamericana que cubrió la Segunda Guerra Mundial y el conflicto en Vietnam, donde murió. En la imagen de Oliver, Chapelle se sitúa cámara en mano, en medio de las ruinas, de espaldas a las construcciones que todavía se mantienen en pie. Así, lo que busca la valenciana es "reivindicar el carácter de tantas mujeres que abrieron el camino hacia la igualdad", afirma Torrent. 

También en la barbarie se sitúan las pinturas de 'Espacio público' expuestas en el Macvac. Se trata del díptico M@delman y B@rbie, en los que Oliver identifica dos actitudes muy distintas frente a la guerra: por un lado M@delman aparece con un traje impoluto y haciendo el signo de victoria, y por otro, B@rbie está pintada de espaldas, "como si fuera un personaje ajeno a la destrucción desencadenada a su alrededor". 

Con todo, el toque de color llegará en la serie 'Paseos por el museo', a través de la cual la valenciana emula a los artistas clásicos y da una vuelta a los contenidos de sus cuadros. Así, por ejemplo, toma Las tres gracias de Rubens. En Tres fatídicas manzanas en la historia de la pintura aparecen las tres mujeres fuera del cuadro, auto-observándose y observando al resto, pero además en sus pies yacen tres manzanas. Esto, según explica Torrent en el catálogo, viene a referirse al premio que el artista ganó en París, pero también a la historia de Hipómenes y Atalanta, y a Adán y Eva. En cuyos relatos, coincide que una mujer bella desencadena todos los conflictos: primero Atalanta cogiendo las manzanas del jardín de Hespérides; y segundo, Eva, aceptando la manzana de la serpiente. "Isabel Oliver se enfrenta directamente a los mitos para obligarnos a mirarlos de un modo muy distinto", afirma la directora del MACVAC. 

Ya fuera del museo, también Oliver analiza los 'Recintos privados', cuyos espacios son calificados por la crítica cultural Isabel Tajada, como "el hábitat de un depredador sexual". En este caso, la muestra abraza cuatro cuadros y cuatro espacios: su casa, su club, su biblioteca y los juegos que emprenden en esta última. Así, en el caso de la casa aparece un hombre ocultando su rostro tras un periódico, mientras que a su lado, sobre una mesita, hay una mujer enjaulada. "La idea está clara: él lee las noticias de actualidad. Inmerso en ellas, se nutre de palabras para el debate; y ella, por su parte, no podrá opinar sobre nada", señala Torrent. Por otra parte, en la biblioteca aparece Picassso, junto a una mujer llorando de fondo y detrás una de sus tantas obras. "Fue un pintor tan gigantesco como reprobable en tantas de sus relaciones con mujeres", exclama Torrent.

De este modo, la artista no busca otra cosa que hacernos pensar. Porque, todo lo que quisieron que fuéramos no es, sin duda, lo que Isabel Oliver querría que seamos. Lo decía el otro día la artista en un entrevista para la revista Makma: "Quiero recordar y quiero que se recuerden los desastres que suceden y cómo las mujeres son víctimas vulnerables en situaciones bélicas".

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