CASTELLÓ. Los problemas que provoca la alta inflación en la contratación de obra pública están afectando a numerosos ayuntamientos de la provincia de Castellón. Tres de los más golpeados son Vila-real, Burriana y, en menor medida, Nules.
En todos los casos, los concursos para la adjudicación de nuevas infraestructuras urbanas han quedado desiertos o la ejecución de las obras pende de un fino hilo, ya que las empresas constructoras estiman que el importe económico de las mismas es ahora insuficiente. El precio de los materiales se ha encarecido en el último año, lo que va en detrimento del margen de beneficio de las empresas contratistas.
Un buen ejemplo de ello sucede en Burriana. Las obras de construcción del IES Jaume I avanzan al ralentí desde septiembre de 2021. El pasado mes de abril acumulaban más de 4 meses de retraso y ahora ya es superior a los 7 meses, según admite el concejal de Educación, Joan Ramon Monferrer.
Acciona Construcción ya pidió al Ayuntamiento resolver el contrato y abandonar las obras en noviembre de 2021, algo que reiteró en abril, mayo y junio de este año. La compañía esgrime que una modificación del proyecto y el aumento de precios en los materiales de construcción provocados por la guerra de Ucrania y la covid-19 han elevado el coste de la obra un 25% sobre los 12.385.492 euros de la adjudicación. Ese 25% no es baladí: a partir de un 20% de sobrecoste, la ley permite que una empresa pueda liberarse de un contrato de obras sin perder la fianza, en este caso de 620.000 euros.
Los técnicos municipales y el responsable de Educación de Borriana admiten que los costes se han incrementado pero creen que la petición de Acciona es desorbitada y un "chantaje". El consistorio está dispuesto a revisar al alza los trabajos de la acometida eléctrica y las conexiones entre los dos nuevos edificios del instituto, es decir, 19 de los 37 precios del contrato que propone Acciona. En total, la Conselleria de Educación podría asumir hasta 2 millones de euros de sobrecoste, pero en ningún caso llegará a los 2.580.310 euros extra que reclama la constructora.
Monferrer cree que el tira y afloja se debe a un "error inicial de la empresa, que acudió a la licitación sin haberse estudiado detalladamente el contrato". "Estamos reuniéndonos con Acciona y con la conselleria porque queremos que haya una negociación e intentemos llegar a un acuerdo, pero tenemos la espada de Damocles de que la empresa abandone la obra y se vaya", añade el edil.
Monferrer asegura que el Ayuntamiento ya ha tomado la decisión de rescindir el contrato y volverlo a licitar por vía de urgencia. En ese caso, el consistorio se incautará de los 620.000 euros de la fianza, pero se verá obligado a abrir otro proceso de contratación por un importe económico más elevado para la Generalitat, lo que retrasará la culminación de los trabajos "un año o un año y medio", admite. Es decir, los alumnos del IES Jaume I regresarían al nuevo instituto durante el curso 2024-2025. Los trabajos estaba previsto que culminaran en septiembre de 2023.
Por su parte, en Vila-real el alza de la inflación ha dejado sin adjudicar cuatro contratos de obra por falta de empresas interesadas. En clave industrial, las obras de mejora de la carretera de Onda, en el tramo de la calle Senda de Pescadors, han quedado desiertas pese a que estaban en juego 250.000 euros. La creación de un carril bici y la reordenación de ese vial en un sentido único de circulación, además de renovar el alumbrado público y un pequeño tramo del alcantarillado, han quedado así aparcadas.
También seguirán sin ejecutarse las obras de urbanización del entorno de la estación de tren para crear un espacio intermodal en la avenida Francia. Los 235.000 euros licitados pretendían ampliar las aceras y crear un parking para bicicletas y una pequeña estación de autobuses con una marquesina intermodal. También se iba a renovar el arbolado, las luminarias y el mobiliario urbano. Todo ello deberá esperar.
Otra obra en compás de espera por la inflación es la rehabilitación de la alquería Botànic Calduch. Los 182.248 euros de la fallida licitación iban a permitir completar la zona verde de 4.276 metros cuadrados ubicada entre las calles Corts Valencianes y Enric Valor, además de recuperar la vieja alquería abandonada con una nueva instalación eléctrica, de saneamiento, fontanería y climatización.
El último contrato bloqueado es el de ampliación y rehabilitación del emblemático albergue municipal Virgen de Gracia, en el Termet. Los 360.000 euros de la licitación han quedado sin adjudicar. En todos los casos, el ejecutivo municipal de Vila-real ya ha desviado ese dinero a otros proyectos, a la espera de volverlos a licitar cuando la inflación dé un respiro.
Por último, en el caso de Nules, el alza de precios ha golpeado de lleno a las obras de urbanización del PAI Alfondeguilla, que se arrastran desde el año 2007. El consistorio había logrado lo más difícil: resucitar un proyecto de desarrollo residencial que arruinó la crisis inmobiliaria y salvar las reticencias iniciales de los propietarios de los terrenos a que los costes de urbanización se encarecieran de 373.432 a 612.632 euros.
Sin embargo, esos más de 612.000 euros siguen siendo insuficientes. Por ello, los técnicos del Ayuntamiento tramitan ahora una segunda modificación del proyecto de urbanización para elevar el coste de las obras a 817.640 euros dado que los precios aumentaron un 12,7% entre diciembre de 2018 y marzo de 2022.
El solar residencial de 10.395 metros cuadrados está ubicado entre las calles Alqueries, Artana, Madre María Rosa Molàs y la zona deportiva del colegio concertado Nuestra Señora de la Consolación. "El programa ya se aprobó en el año 2008, después se paró, luego se retomó y ha tenido mucho recorrido en este Ayuntamiento. Corresponde a una zona muy dinámica y transitada de Nules, por lo que creemos que su desarrollo será muy beneficioso", asegura el concejal de Urbanismo, César Estañol.