CASTELLÓ. La pandemia provocada por la covid-19 ha agudizado la situación de pobreza y exclusión social de las personas más vulnerables de la provincia de Castellón. Así lo refleja la Memoria del año 2021 presentada este miércoles por Cáritas Diocesana de Segorbe-Castellón. El Obispo de la Diócesis, D. Casimiro López Llorente, ha destacado el ensanchamiento de la exclusión social que se constata en la memoria, especialmente entre aquellas personas y familias que acumulan más dificultades de integración. Asimismo, el documento refleja además un aumento de la exclusión severa, la cronicidad y la integración precaria, así como una reducción de la integración plena. En la presentación, el Obispo ha estado acompañado por el director de Cáritas en la provincia Juan Manuel Aragonés y el delegado episcopal Sergio Mendoza.
En cifras, la entidad cristiana ha destinado casi cinco millones y medio de euros y ha atendido durante 2021 a un total de 13.892 personas, una cifra algo menor que en el año 2020 en el que Cáritas ayudó a 16.815, un 16% más que en 2019. Tal y como explican desde Cáritas, este descenso de personas atendidas se debe principalmente a dos factores. El primero está estrechamente relacionado con los meses más duros de la pandemia en el año 2020, ya que durante este periodo, Cáritas Diocesana de Segorbe-Castellón no cerró sus puertas y se incrementó notablemente el número de personas que fueran a buscar ayuda en la organización.
Por otro lado y según explican fuentes de la entidad, aunque el número de personas atendidas sea menor, "la atención se ha intensificado porque los problemas también se han acentuado". Por ello, el segundo motivo radica en el ensanchamiento de la exclusión social, más allá del esperado incremento de la exclusión y la pobreza en la provincia de Castellón. "El que era pobre ahora es más pobre y el que era rico ahora es más rico, la brecha entre las personas con un gran poder adquisitivo y las que no tienen ni siquiera para comer es cada vez más notoria y esto es un grave problema", explica la responsable de comunicación de la entidad, Maria Villarroig.
A parte de las personas atendidas, un total de 25.565 personas han sido beneficiarias y Cáritas Diocesana Segorbe-Castellón ha realizado 210.620 intervenciones durante 2021. En porcentajes, el 52% de estas personas son hombres, frente a un 48% de mujeres. En cuanto a nacionalidad, la organización cristiana ha ayudado a un 59% de personas inmigrantes, frente a un 41% de personas españolas. Por lo que respecta a las personas voluntarias, durante 2021 han sido 868 los voluntarios y voluntarias que han trabajado de la mano con Cáritas, que a su vez cifra el número de socios en 1.042 en la provincia de Castellón.
La Memoria de 2021 apunta además que las consecuencias de la crisis que estamos viviendo ha afectado especialmente a las personas sin hogar, siendo atendidas en el Servicio de Acogida 917 personas, de las que un 44% viven literalmente en la calle y el resto en viviendas precarias (chabolas, habitaciones...). Asimismo, el 24% de estas personas presenta problemas graves de salud, siendo el primero de ellos la salud mental.
Por otro lado, el Proyecto Bartimeo, que acompaña a personas que sufren un alto grado de deterioro y exclusión social, ha realizado un total de 370 intervenciones en la calle. El Servicio Jurídico de la entidad también ha atendido a 390 personas y es el que cuenta con el porcentaje más alto de atención a personas inmigrantes: un 81%. Por su parte, el Servicio de Empleo ha ayudado a 1.165 castellonenses durante 2021, de los cuales un 53% fueron acompañados en años anteriores.
Cáritas Diocesana Segorbe-Castellón destaca además el aumento del número de personas y familias atendidas en las acogidas parroquiales, en las que el 63% han sido mujeres y el 37% hombres. Del mismo modo, en esta memoria, la entidad religiosa ha hecho hincapié en las graves consecuencias que la pandemia provoca en los colectivos más vulnerables como es la brecha digital, el complicado acceso a una vivienda digna, el agotamiento de la ayuda mutua y el aumento de la soledad, así como un deterioro en la salud física y psicoemocional como consecuencia de las situaciones de estrés y ansiedad por la pérdida de trabajos e ingresos. Cáritas también ve que el impacto del Ingreso Mínimo Vital y la Renta Valenciana de Inclusión "no ha sido el deseado" y que se han encontrado "muchas dificultados en su articulación el resto de las prestaciones de garantía de ingresos".
Por otra parte, el Obispo D. Casimiro López ha destacado el proyecto en el cual está trabajando la entidad para poder proporcionar una vivienda digna a los más necesitados. Se trata del proyecto Betania a través del cual Cáritas ha pedido a sus fieles que cedan sus viviendas vacías para poder destinarlas al alquiler social.
Según explican, esta iniciativa ha tenido muy buena acogida entre la comunidad de Cáritas y, de momento, la entidad ya cuenta con 6 viviendas para las familias en situación de vulnerabilidad o riesgo de exclusión social que necesiten una vivienda.