CASTELLÓ. La longevidad se vive diferente en las personas que en los proyectos, como bien afirma Miguel Ángel Trilles. "Nuestro final coincide con el decaimiento, con el deterioro". Sin embargo, en el caso de la Sociedad Filarmónica de Castellón, que el mismo Miguel Ángel preside, su cien aniversario, que tuvo lugar este pasado mes de noviembre, ha coincidido con un momento de esplendor y vitalidad. La que es en realidad una de sus mejores épocas.
"Todas las sociedades tienen sus altibajos, incluso en alguna época prácticamente no tuvo actividad. Ha habido años de poca gente, otros de mucha. Y afortunadamente yo diría que desde hace veinte años estamos viviendo una etapa de gloria. Estamos ofreciendo, en colaboración con el Institut Valencià de Cultura, ocho conciertos cada trimestre", reitera Trilles.
El próximo 15 de diciembre tendrá lugar el concierto número 1401 que la sociedad organiza. Una actuación extraordinaria a cargo de la Orquesta de Radio Televisión Española RTVE, en el Auditorio de Castelló a las 19:15 horas, y que Trilles ya avanza, será unos de los directos más importantes que hasta la fecha han programado. Y eso que han sido muchos.
A lo largo de estos cien años, la Sociedad Filarmónica ha traído hasta la provincia a artistas y orquestas tan destacadas como Montserrat Caballé, Arthur Rubinstein, Max Richter, Joaquín Achúcarro, Ainhoa Arteta, Zubin Mehta, la Orquesta de París, la Sinfónica de Londres, la Orquesta Nacional de España o la Orquesta de la Comunidad Valenciana.
"Estamos acostumbrados a nuestro currículum, pero lo cierto es que es impresionante lo que hemos conseguido. Si tenemos en cuenta que por cada concierto asisten unas cuatrocientas personas, habremos reunido a medio millón de asistentes. Lo que se está ofreciendo, es además, una programación de mucha calidad. Comparable, no digo a Madrid o Barcelona, pero sí a la de Granada o Zaragoza. Es decir, no estamos en la Champions, pero sí en Primera División", manifiesta Trilles.
La asociación viene desempeñando un papel fundamental en la vida social y cultural castellonense. Es uno de los principales agentes programadores de música sinfónica, razón por la cual ha recibido, entre otros reconocimientos, la distinción al Mérito Cultural de la Generalitat Valenciana en 2006 o la medalla de Oro de la Ciudad que otorga Ayuntamiento de Castelló, la cual han recogido este mismo año.
En su caso particular, Miguel Ángel Trilles lleva dos décadas vinculado a la sociedad, si bien hace 18 que fue declarado presidente. "La música me atrapó a mí cuando yo tenía ocho años. Digamos que quedé atrapado hasta el tuétano, aunque lo mío no ha sido dedicarme profesionalmente a la música".
De este tiempo, el profesional recuerda con especial cariño las temporadas de 2004/2005, momento en el que, precisamente, se inauguró el Auditori y Palacio de Congresos. "Fue una época de inversiones. El auditorio se creó, entre otras cosas, por el esfuerzo de la Sociedad Filarmónica que se empeñó en reclamar ante las autoridades un auditorio con las cualidades que se exigen para conciertos de este tipo de música. Pero además, fue un periodo en el que nuestro programa estaba muy bien dotado y eso se notó".
Actualmente, la Sociedad Filarmónica mantiene un convenio de colaboración con el Institut Valencià de Cultura, lo que les permite programar con mayor soltura. Periódicamente ambas partes se reúnen y trazan un programa que combina música sinfónica, con orquestas más grandes, y música de cámara, con conjuntos más pequeños, ya sean cuartetos, tríos o solistas de piano y violín. El propósito es, de este modo, dar cabida a las grandes orquestas, pero también a música más íntima.
Con todo, su reto es, al igual que ocurre en muchos otros proyectos culturales, atraer a un público joven, ya que actualmente no representa ni el 20% del total de espectadores. "Hay gente joven, pero no mucha. Sobre todo tenemos un público de mediana edad. Entendemos que a los jóvenes se les ofrecen muchas cosas, y esta es una más. Pero en Castelló hay dos conservatorios y esto nos da algo de optimismo para poder captar más oyentes", explica Trilles, que añade: "De todas formas, la música clásica es una parte de la música, pero toda la música es música. Yo no busco establecer categorías, diciendo que la clásica es más buena. La música clásica simplemente tiene que ser buena. Y la popular, si es buena, es tan buena como la clásica. A partir de aquí, cada uno que elija".
El responsable de la Sociedad Filarmónica de Castelló reconoce que tampoco les interesa, de cara a un futuro, crecer en exceso. "Como estamos, con ocho pases trimestrales, estamos en el punto ideal" afirma Trilles. Y es que, si bien "Castelló es una ciudad con muchísimas oportunidades culturales", una oferta de más -opina- "podría no contar con el éxito que nos gustaría", puesto que en general la ciudad cuenta con una programación muy elevada, en el campo de la música y otras artes.
Sobre el futuro, solo espera el castellonense que lleguen a otros cien años más. "La música clásica es inmensa. En este tiempo no hemos cambiado sustancialmente el repertorio, per eso no quiere decir que se repita. La música clásica tiene muchas posibilidades", concluye.