CASTELLÓ. Tras cinco meses de legislatura, los cuatro partidos con representación en el Ayuntamiento de Castelló ya exhiben de forma cristalina su estrategia política en los plenos. Nadie esconde sus cartas, especialmente a partir de concretarse el acuerdo de gobierno entre el PP y Vox. Cada vez resulta más visible la táctica de cara a la galería y que busca un evidente rédito.
Más allá de los roles asignados en función de la distribución en el hemiciclo, parece claro que el principal socio del ejecutivo, el Partido Popular, persigue de manera reincidente disipar la actividad fiscalizadora del PSPV y, con ello, romper a la oposición. Se vio en la sesión del pasado jueves, en la que quedó patente que la forma de debilitar al Grupo Socialista pasa por fortalecer la labor de Compromís.
Desde el arranque del nuevo curso después del breve parón de agosto, los guiños del ejecutivo local hacia la coalición valencianista se han sucedido, siempre en detrimento del principal partido del bloque de la izquierda. Hasta ahora esos gestos se traducían por parte de la derecha y la extrema derecha en apoyar declaraciones institucionales o mociones formalizadas por Compromís.
En el pleno del 28 de septiembre, por ejemplo, el bipartito aprobó una propuesta valencianista sobre la instalación de nichos columbarios en el cementerio de Castelló para albergar los restos exhumados de la fosa común. También respaldó una iniciativa para exigir a la Generalitat la construcción del Nuevo Hospital General, de tal forma que incluya en los presupuestos una partida específica y garantice que se implantarán habitaciones de uso individual.
En la convocatoria de octubre, celebrada el jueves 26, Compromís volvió a salir victorioso como referente de la oposición al conseguir que se validara su moción acerca de poner en marcha una oficina de voluntariado en coordinación con las entidades del tercer sector. Ya en esa sesión el PP dibujó, en alguna intervención desde el atril, lo que se constató hace unos días. Durante los debates varios ediles populares destacaron "la oposición constructiva" de la formación valencianista. Incluso, cuando rechazaron en otras votación sus demás propuestas contempladas en el orden del día.
Esa palmadita en la espalda, acompañada de reproches y ataques al PSPV, no pasó desapercibida en el pasado pleno de noviembre. Al margen de las notorias discrepancias en cuestiones como el topónimo, la Agenda Urbana o el Pla Edificant, lo cierto es que los populares, en sus alocuciones, agradecieron el esfuerzo del grupo que lidera Ignasi Garcia por alcanzar acuerdos y llevar mociones de interés para la ciudad. Bien es cierto que algunas se enmendaron por el equipo de gobierno, como la relativa a elaborar un plan de sombras. Por el contrario, la declaración para exigir a Sanidad el servicio de Urgencias en el centro del Raval Universitari obtuvo un respaldo del gobierno, al que también se sumó el PSPV.
La estrategia de intentar dividir a la oposición se sustenta, además, en la disputa interna que existe en la bancada progresista tras los resultados electorales del 28M. Con el PP gobernando de nuevo en el Ayuntamiento, el portavoz de Compromís ha buscado desde el primer momento liderar el papel de oposición pese a contar con un menor número de regidores (tres) respecto al Partido Socialista (9)
Solo hay que repasar la hemeroteca para encontrar ejemplos. El más significativo obedeció al pleno de investidura. Sin un acuerdo entre populares y Vox para proclamar a Begoña Carrasco como alcaldesa por mayoría absoluta, Garcia se apresuró a postular públicamente su candidatura a la alcaldía. Esa maniobra presionó al PSPV para dar un paso adelante, más cuando se mantuvo en la indefinición en las primas semanas de junio.