CASTELLÓ. La Universitat Jaume I retoma la elaboración de su presupuesto para 2023, aunque lo hace en un contexto de incertidumbre por varios ingresos que todavía requieren confirmación. Así lo han confirmado fuentes de la universidad castellonense tras la reunión de la Comisión de Asuntos Económicos, Informáticos e Infraestructuras, que ha tenido lugar este jueves y que ha emitido un dictamen favorable al proyecto de las cuentas de la universidad para el próximo año.
Cabe recordar que la UJI dejó en stand by el pasado mes de noviembre la elaboración de sus cuentas al considerar que el presupuesto previsto por el Consell para la universidad castellonense ponía en peligro el funcionamiento normal de la universidad al no cubrir sus "necesidades reales". Y es que durante las últimas semanas, la dirección económica de la UJI ha mantenido diferentes reuniones con la Conselleria de Universidades para abordar el tema de la financiación y poder llegar a un acuerdo favorable a las dos partes.
Según apuntan desde la universidad, la Generalitat Valenciana se ha comprometido a aportar 30 millones de euros adicionales a todo el sistema universitario valenciano una vez empiece 2023, de los cuales más de 3 millones corresponderán a la UJI. De hecho, la pasada semana el conseller de Hacienda, Arcadi España, confirmó que el pago de las nóminas a los funcionarios que trabajan en la Universitat Jaume I de Castelló y en cualquier institución pública perteneciente a la Generalitat Valenciana estaba "garantizado".
De esta manera, para poder equilibrar las cuentas, la UJI ha estimado un aumento de ingresos sustentado en tres líneas: La primera de ellas es la de la promesa del Consell de sumar esos 30 millones extra a las universidades públicas valencianas, que permitirán asumir parte de la subida de costes estructurales de funcionamiento. A falta de concretar conceptos y el reparto entre las universidades, a la UJI le corresponderá una cantidad superior a 3 millones de euros.
La segunda línea es la previsión de la UJI de obtener recursos adicionales que procedan del plan plurianual de financiación, que se encuentra en estos momentos en proceso de negociación. Por último, la Universitat Jaume I incrementará la aportación de remanentes que alcanzará los 9,2 millones de euros para atender gastos energéticos y de infraestructuras.
Aunque el aumento de la financiación por parte del Consell supone una buena noticia para la universidad castellonense, la UJI es consciente que el próximo año y los posteriores estarán marcados por un escenario de contención económica, por lo que ha decidido elaborar un plan de ajuste en el que se prioricen gastos y, de esta manera, asegurar la sostenibilidad financiera de la universidad.
Tal y como han informado fuentes de la universidad, el proyecto de presupuesto asciende a 142, 7 millones de euros, incluyendo los gastos afectados (aquellos que cuentan con una financiación específica para la realización de proyectos concretos) y los no afectados (los que atienden el funcionamiento ordinario de la UJI. Sin embargo, esta cifra no puede compararse directamente con la del presupuesto de 2022, que superó los 125,5 millones de euros, porque se ha cambiado la forma de presupuestar ingresos y gastos en distintos aspectos.
Entre otros, se incluye en el presupuesto inicial el coste de la subida salarial aplicable por ley durante el año (en 2022 y en los ejercicios anteriores no se hacía); se han incorporado inversiones y gastos como el sobrecoste de energía eléctrica, que en años anteriores se añadían después mediante modificaciones presupuestarias para incorporar remanentes; y se ha incluido el ingreso anualizado de proyectos plurianuales que, en presupuestos anteriores, se incorporaban también, después de iniciado el ejercicio, a través de modificaciones presupuestarias.
