CASTELLÓ. Vanessa Escrig soñaba desde pequeña con ser profesora. Siempre tuvo claro que su predilección por la ciencia la llevaría a dedicar su vida a la enseñanza y se licenció en Química con la visión de llegar a ser docente en esta rama. Lo que no sabía la castellonense es que iba a convertirse en la mejor en lo suyo y que la Real Sociedad Española de Química la acabaría galardonando con el Premio Tarea Educativa y Divulgativa de enseñanza preuniversitaria 2021 por varios de sus proyectos. O que su primer libro, Mi Coral, -que saldrá a la venta a finales de enero- sería premiado como el mejor relato inédito científico.
"¡No es magia, es ciencia!". Con esta frase la de Castelló contagia su pasión por la investigación científica a todo su alumnado. Sin desmerecer al resto de sus compañeros de profesión, Escrig reconoce a Castellón Plaza que su motivación a la hora de llevar a cabo iniciativas de este tipo y su implicación en todo lo relacionado con su trabajo sean, probablemente, la fórmula secreta para que la Real Sociedad Española de Química la haya galardonado con el premio a mejor profesora de Química en 2021. "Para mi la ciencia no es solo mi trabajo, es mi hobbie. En mi tiempo libre me gusta investigar, escribir, leer sobre ciencia. Otras personas prefieren invertir su tiempo libre en otras cosas pero yo prefiero esto, es lo que me gusta", confiesa.
Sus primeros pasos en la enseñanza transcurrieron en Catalunya, allí estuvo cinco años trabajando como interina hasta que en 2013 volvió a su Castelló natal para incorporarse como profesora de Física y Química y Coordinadora de Ciencias y Sostenibilidad en el Colegio la Magdalena de la ciudad. En este centro, la profesional lleva a cabo numerosas iniciativas y proyectos con los que consigue dejar atrás los tópicos y demostrar que la ciencia "es tan divertida como necesaria".
Agua Espacial es el nombre que recibe uno de los proyectos premiados, se trata de una investigación sobre agua, cambio climático y desarrollo sostenible que la castellonense ha llevado a cabo junto a sus alumnos de la ESO y Bachillerato. Escrig confiesa que no es tarea fácil implicar a los adolescentes en proyectos como este, sin embargo, gracias a su dedicación y sus ganas en este tipo de iniciativas, acaba contagiando a todos sus alumnos y alumnas.
Ayudar a paliar los efectos del cambio climático en los recursos hídricos y ecosistemas. Ese es el objetivo de Agua Espacial. La profesora y científica castellonense y los estudiantes se centraron en buscar un método eficaz que permitiera reutilizar el agua de los lavamanos, las duchas o las cisternas del váter de los colegios. Para ello, desarrollaron un prototipo de depuradora de filtrado capaz de eliminar los solidos y agentes contaminantes de las aguas grises y, de esta manera, ofrecer un agua mucho más limpia y apta para reutilizar en las cisternas.
Sin embargo, ese no ha sido el único proyecto de la profesora galardonado con un premio. Vanessa Escrig y sus estudiantes han sido reconocidos también con el premio al mejor póster científico en el concurso Cristalización en la escuela, organizado por La Ciutat de les Arts i les Ciències y la Universitat Jaume I. Un proyecto inspirado en la existencia de moléculas de agua en la luna atrapados en cristales con el que la docente descubre la cristalografía a sus alumnos de 4º de ESO de una forma original y divertida, participando en este concurso a modo de congreso científico.
Su anhelo por promover el espíritu científico, la educación ambiental y los valores de la familia llevaron a la castellonense a escribir el relato Mi coral, premiado en el certamen literario internacional Tales of Mednight, enmarcado en la Noche Mediterránea de los investigadores 2021. Se trata de un relato de 36 páginas y diez ilustraciones que se encuentra en maquetación y que verá la luz a finales de enero.
La historia Mi coral cuenta desde un enfoque muy cercano cómo una adolescente que no sabía nada sobre la excepcionalidad de los corales, acaba involucrándose en su conservación. El cuento pretende explicar, de una forma amena y sencilla cómo son los corales del mar Mediterráneo y la importancia que tienen los arrecifes para el ser humano promoviendo el espíritu científico, la educación ambiental y los valores de la familia.
Consciente además de la importancia de que las futuras científicas cuenten con referentes de su mismo sexo, Vanessa Escrig es fiel defensora de celebrar el Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia. La docente reconoce que la situación ha cambiado desde que empezó en el mundo de la enseñanza y cada vez son más las chicas que eligen estudiar una carrera científica, sin embargo "todavía hay trabajo que hacer". "A mi me gusta celebrar este día para dar visibilidad a las mujeres en este ámbito, que no haya solo sesgos masculinos, que también tengan referentes femeninos, que puedan ver en mi un referente para elegir las carreras científicas", defiende Escrig.
"Las mujeres en nuestro país podemos estudiar y ejercer como científicas pero aún queda mucho por hacer, dado que muy pocas alumnas se matriculan en carreras de la rama científico tecnológica. Quizás sea por la falta de referentes femeninos o por un estereotipo preconcebido, donde tenemos una imagen masculina de la tecnología" añade. "Creo que la educación juega un papel imprescindible para desterrar estereotipos y animar a las jóvenes a sentirse capaces de todo. Las niñas deben saber que la ciencia y la tecnología ayudan a cambiar el mundo, a hacer cosas útiles", concluye.